Durante años fue la encargada de la sección rural del diario. Competente, responsable, profesional, Sara Ferreira, periodista de vocación, fue una de las pioneras a nivel nacional en desempeñarse en el ámbito periodístico productivo, habiendo, en ese momento, tan solo tres mujeres: dos locutoras, una de Paysandú y otra de Radio Rural de Montevideo, y ella, en la prensa.
Supo estar en una época en la que el derecho de piso se hacía pagar con rigurosidad; insertándose con éxito, en un mundo dominado, en su totalidad, por el hombre, demostrando una capacidad de trabajo insuperable y comprometida.
No quiso estar ausente en este pequeño homenaje a la Segunda Época de este nuestro diario, EL PUEBLO.
LOS INICIOS
Ingresé a EL PUEBLO en setiembre del año 2010, la primera nota, fue acerca de un informe referido a los guantes del padre pío que estaba siendo dirigido entonces por Wenceslao Landarin (un excelente compañero de trabajo).
A partir de allí, continué en información general, pasé luego a la sección de policiales y posteriormente, y como la mayor parte de mi pasaje por el diario, en la sección de rurales.
RECUERDOS
Una sección que me dejó muchas satisfacciones, ya que a través de este trabajo, conocí a mucha gente y muchos lugares y no menos importante, tuve la amistad de muchas personas, a quienes tengo que agradecer por el buen trato y fundamentalmente el respeto. De igual forma, agradezco a mis colegas que siempre estuvieron para dar una mano, ya fuera con materiales, así como con el traslado, teniendo en cuenta que, en esta sección, hay que viajar bastante.
UNA NOSTALGIA EMOCIONANTE
Hoy, y como desde hace poco más de 4 años, luego de la pandemia, vivo y disfruto vivir en el entorno rural junto a mi familia. Al ser convocada para esta nota, me emociona saber que mi ausencia en el diario se haya notado, por lo que solo me queda agradecer haber sido parte de la familia de EL PUEBLO, a todos los que confiaron en mi, principalmente a Adriana que nunca me cuestionaba y a Alberto (que algún sermón me daba) pero siempre para sumar, como profesional y como persona. A mis compañeros del diario, de todas las secciones, no los nombro porque no son pocos, a los clientes y a todas aquellas personas que entrevisté en esos 10 años.
Trabajar en EL PUEBLO fue un privilegio; es un medio conocido y reconocido en todo el país, y deseo que así continúe en esta nueva etapa