«Soy Director Técnico diplomado pero hace cuatro que no dirijo. Si elevo esta carta y aparece mi nombre, me crucifican para el futuro, no solo los dirigentes sino también mis colegas. Entonces pasaré a ser mala gente, mal tipo, resentido y que recurre a un medio de prensa para ventilar el pensamiento. Bueno…digo que no soy resentido y que no voy a partidos de la «A» y mi corazón está en la «B», porque en mis tiempos de jugador disfruté en esa divisional y fui campeón. Esa Divisional de la que fui parte, no tiene nada que ver con esta. Aquella era competitiva y no faltaban equipos con buenas credenciales, y entonces ascendían los mejores. Debo ser de los pocos que este año fue a las 16 fechas de la «B» y por lo tanto tengo mi opinión. Leí en EL PUEBLO de unos días atrás, que este fue el peor año de la «B», creo que no les falta razón, pero no dijeron todo lo que había que decir. Es cierto que tantas protestas arruinaron la imagen de la divisional, pero hay que contar toda la verdad y decir bien lo que pasó, yo digo lo que otros callan»
El DT llegó a EL PUEBLO. Dejó la carta. Abrió diálogo con cronistas de este medio y planteó la solicitud: que su nombre no apareciera al final de la carta, «porque lo que importa es el contenido, para que sepan que aquí en este medio hay varios que quieren tapar el sol con las manos o jugar a las escondidas con las verdades».
Hecha esta aclaración, leamos.
«En la Divisional jugaron 12 equipos, y cada uno disputó 48 puntos. Yo también pregunto porque fue tan poca gente a cada partido y en algunos, había 20 o 25 hinchas. Si alguien cree que el hincha no tiene olfato, se equivoca. Sabe dónde está lo bueno y dónde está lo malo. Para la «B» fue un pésimo año en la mayoría de los equipos y mirando la tabla uno saca la cuenta que el 70% de los equipos ganó menos del 50% de los puntos disputados, pero lo más que se vio y lo que más se puede reprobar, fue la carencia en esa mayoría, desde los Directores Técnicos, pasando por los jugadores y sobre todo la ausencia de planes en la cancha. Vi equipos que jugaron solo pensando en salvarse del descenso, achatados para proponer. Cito los casos de Santa Rosa, Tigre, Parque Solari y Chaná; estoy hablando del 33% de los equipos y más que a sus jugadores, hago responsables a sus técnicos que al momento de empatar y no perder, se creyeron con derecho a tocar el cielo con las manos.
El «Lolo» Aguirre llegó a Deportivo Artigas y le levantó el autoestima, pero poco pudo hacer, mientras a Piegas en Dublín lo cascotearon por todos lados para sacarle puntos que el equipo ganó en la cancha.
Hay que decirlo bien a lo paisano: futbolísticamente la mayoría de los equipos de la»B» hicieron agua por todos lados y dejo afuera de la crítica a Hindú, Sud América y Palomar, los únicos que se la jugaron para defender una idea. Creo estar acertado en el punto de vista que no solo fue el peor año de la B por tanta protesta (en algún momento todo pareció oler a joda), sino por el chato nivel de la mayoría.
Yo me pregunto si se puede jugar bien al fútbol, con técnicos que hacen colgar a sus equipos del travesaño, sin tener audacia para ser distintos y mejores.
Ustedes se preguntaran cual es la solución desde mi opinión: sacar a los técnicos conservadores y con berretines, que mal aportan y van dejando en el camino, poco y nada.
Los dirigentes debieran ser más selectivos, porque a ellos en el fútbol les cabe una responsabilidad que no pueden desconocer, porque si desconocen son aliados de la pobreza futbolística y si esa pobreza no es sacada de cuajo, es porque se ha caído en un lamentable conformismo. Muchas gracias».