Es la única vez que nos ocuparemos de este tema, sencillamente porque consideramos que ocuparse de él en estos momentos constituye una bajeza y una falta de respeto al pueblo uruguayo, aquejado por una pandemia que seguramente tendrá consecuencias terribles que aún no se han visto.
La altura del nuevo túnel construido por la Intendencia de Montevideo como forma de descongestionar el tránsito vehicular en uno de los puntos cruciales de Montevideo, ha sido un motivo de discusión. Para nosotros, una discusión inconcebible, inoportuna e inadecuada en estos momentos.
No cuestionamos el derecho a revisar aspectos de la obra pública que tienen todos los ciudadanos y en especial los ediles de una junta departamental. Tratándose de integrantes de la oposición, deben de revisar cuidadosamente los temas que discuten, porque en caso contrario pueden volverse en su contra.
El punto no es menor, ni tampoco sin importancia, pero cuestionar en estos momentos la altura de un túnel nos parece de Ripley. La altura del túnel no es un tema menor en una obra que costó 18 millones de dólares y fue cuestionada por un edil nacionalista que aseguró que un ómnibus de doble piso no podría pasar debido a que no le daría la altura.
Nos pareció una estupidez, que no se hubiera previsto, pues sería desconocer un aspecto esencial. De todas formas la Intendencia de Montevideo se preocupó en documentar y difundir el pasaje de uno de estos coches por la nueva senda.
Aquí viene lo cuestionable. Cuando creímos que hecha esta demostración el tema se terminaba sin pena ni gloria, otro edil nacionalista tomó la posta y criticó a la Intendencia de Montevideo, señalando que era una falta de respeto a la población que paga sus impuestos y costea las obras públicas, dedicarse a mostrar esto en lugar de atender otros temas más importantes (¿?).
Ya no entendemos nada. ¿Pretendía que no se aclarara el tema? Nos viene a la memoria aquella máxima que establece “no aclares que oscurece”. El episodio es casi absurdo, pero no menor, porque esconde acciones como la actitud de los medios de comunicación que se hicieron eco del tema sin verificar sencillamente si le asistía al menos parte de razón.
Quién y por qué se lo hizo, vaya Ud. a saber. Ineptitud, impericia o pago de favores políticos?
Esta es la cuestión.
A.R.D.