En la edición de ayer domingo, anunciábamos que hoy dedicaríamos esta página a la creación literaria de Lucía Sosa, recientemente fallecida, y de quien compartíamos estos datos: Salteña, nacida en 1960 y radicada en la capital del país desde hacía muchos años, es autora de los libros de poemas “Plumas, plumas y plumas” y “La Viajera Solitaria”, pero también solía cantar su poesía. Así que a los textos de Lucía bien se los podría calificar como letras de canciones, más aún cuando el popular cantor Héctor Numa Moraes (con quien estuvieron casados varios años) hizo viajar a través de su voz tan particular y su guitarra, muchos de esos versos. En Salto cursó sus estudios hasta terminar Bachillerato, en 1977. Se traslada entonces a Montevideo, donde obtiene el título de Arquitecta. Ha musicalizado algunos de sus poemas y, con El globo rojo, obtuvo primer premio en el Festival de La Paz, en 1983. Ya en los 90, Numa Moraes musicalizó y grabó varios de sus textos. Lucía falleció el pasado miércoles 22 de febrero, en Montevideo.

DE TU AUSENCIA
Lloran por ti
los días de enero
que no gasté
en tu cuerpo.
Lloran por ti
los naranjales
que me he bebido
sin mirar.
Lloran por ti
los cantos rodados
verdes y blancos
grises, morados.

La luna llena
que no te vio
que me auguró
que se rió.
Y el primer día
del calendario
de tu ausencia
ya cansado.
Muévete siempre
aún en la distancia
vaga presencia
mojada.
VERSIÓN DEL TIEMPO DE TU AUSENCIA
Tres noches sin ti.
¿Cuánto?
¿Qué tanto?
Al tiempo lo inventamos para ordenar los ritos
mas no cuando te amo
mas no cuando te extraño.
Al tiempo lo inventamos
cuando la eternidad ya existía
y alguien soñaba.
DESDE EL TABLADO
Yo sé que vos no estás en el tablado.
Sin embargo
creí que eras aquel…
Será porque pinta canas
o mis ganas
de encontrarte.

Yo sé que vos no andás por dieciocho.
Sin embargo
voy cuadra tras cuadra
rostro tras rostro más o menos
a la altura
de tu cara.
Montevideo entero está enterado
de tu ausencia total
de ni tu carta
y en mi guarida ya
pierdo la cuenta
de las veces que mi cara di la vuelta
y creí verte
para perderte
de nuevo en el collage del mediodía.
Es que quedó hasta tu olor
en el aire del espacio
que no habitaste.
Yo sé que no vendrás. Nunca viniste.
Sin embargo
tampoco ni un pincel
a sobrepintar de blanco
mi dolor
multicolor.
DESALOJADOS
Qué harán, qué harán, qué harán
sin un muro que les pare el viento
sin un techo para la lluvia
sin un techo aunque no llueva
sin un techo
sin un piso tan siquiera
sin un pedazo de piso…
Qué harás, qué harás, qué harás
cuando te toque a vos
con todas tus cosas en la vereda
tus pocas cosas en la vereda
y un camión enorme esperando
para cargarlas y llevarlas
¿adónde?
Qué haré, qué haré, qué haré
cuando no me dé ya más
de ninguna manera
ya de ninguna forma
para pagar el mes
y el otro menos
y así
sin esta pared no mía
sin este techo no mío
este piso y abajo, abajo esta tierra
entonces
ni siquiera tierra.
Qué harán, qué harás, qué haré.
DE ESTE MUNDO
Puedo tomar al mundo
entre mis manos
y con cuidado infinito
posar en él la piel
de mi mejilla.
Besarlo con lentitud.
Puedo también
hundirme con mi voz
y mi argumento
entre las manos lastimadas
de este mundo.