Cabría preguntarse: ¿cuántos uruguayos escuchan todavía la música de Eduardo Fabini? ¿Cuántos…Hoy que Youtube -y similares- nos ponen al alcance de la mano lo que queramos escuchar? Pocos seguramente, y es una lástima que así sea.
Sí, Eduardo Fabini es ese cuyo rostro aparece estampado en los billetes de 100 pesos, pero ¿qué más sabemos de él? De todas maneras, más allá de saber sobre su vida y su obra, insistimos con el concepto del párrafo anterior: escuchar su música es lo fundamental. Es el mejor homenaje.

Esta semana que pasó, estuvo marcada justamente por el recuerdo -al menos en varios ámbitos- de este gran compositor uruguayo nacido un 18 de mayo y fallecido un 17 de mayo. Esas cosas curiosas del tiempo y del destino, han hecho que se juntaran las dos fechas en el calendario.
Nacido el 18 de mayo de 1882 en el pequeño pueblo de Solís de Mataojo (departamento de Lavalleja), falleció en Montevideo el día antes de cumplir sesenta y ocho años, el 17 de mayo de 1950.
Fue parte de una familia en la que ya se destacaban algunos músicos. El contacto con la naturaleza en sus primeros años de vida, marcó para siempre su creación artística, al ser tema esencial de sus obras.
Hace exactamente diez años atrás, en parte de una nota más extensa, escribíamos en esta página: “…creemos que actualmente su música debería tener una mayor difusión. Por un lado porque lo merece; por otro, porque conocerla significaría una buena defensa contra la música “descartable” que lamentablemente prolifera y encuentra campo fértil entre los aplausos al facilismo…”.
El primer sudamericano que hizo oír en Europa nuestra música nativa
El miércoles 18, una asidua lectora de EL PUEBLO, Leonida Amarillo, que también escribe y de quien este diario ha publicado poemas en más de una ocasión, nos hacía llegar las siguientes líneas, con la aclaración que eran extraídas de un suplemento escolar del año 1980:
“Eduardo Fabini. El más positivo valor de la música uruguaya. En rueda de profesores o con discípulos interpretaba en guitarra y piano trozos basados en armonizaciones de motivos rioplatenses con 18 años y se encontraba en el conservatorio de bruselas, donde se perfecciona en violín, en lo cual regresa con las más altas calificaciones.
La Patria Vieja, una de las obras que fue realizadas sobre textos de Yamandú Rodríguez, se estrenó en el Teatro Solís en 1925.
Un ejemplo del Criollismo Musical de Fabini, La isla de los ceibos, poema sinfónico, realización más terminada de Fabini, las flautas que imitan el canto de los pájaros nativos como la paloma torcaza y el sabiá.
La primera grabación de esta obra, y de Campo, se realizó el 22 de noviembre de 1927 en Estados Unidos, cuando Fabini se encontraba en Washington como agregado cultural de nuestra Embajada.
Fue el primer disco de música latinoamericana grabado por la RCA (Radio Corporation of America).
El Arroyo, es una obra para coro mixto a cuatro voces a capella. Un pasaje de las aguas por las orillas con su vegetación típica poblada por aves nativas. Tristes Nº 1 y Nº 2 se compuso en Bruselas cuando tenía 19 años, encierra la añoranza de su tierra tan lejana, eran ejecutadas en guitarras. El estreno se cumple en 1935 y 1936 en versión para piano, en Argentina y Uruguay. El Triste Nº 1, compuesto para guitarra, comienza con el “rasgueado” de la guitarra criolla.
Fabini no olvidó a los niños y para ellos compuso alegres obras como La Vaquita Colorada y Soldadito.
Eduardo Fabini nació en Solís, departamento de Lavalleja, el 18 de mayo de 1882 y fallece en Montevideo el 17 de mayo de 1950. Fue el primer sudamericano que hizo oír en Europa nuestra música nativa”.
Obras
Excepcional violinista, Fabini dejó exquisitas obras orquestales como: «Campo», «La isla de los ceibos», «Burucuyá», «Mañana de Reyes»; pero también fue creador de importantes piezas pianísticas como sus «Tristes», «Estudio Arpegiado»; otras para coro y orquesta: «La Patria Vieja», «Las flores del monte»; canciones con temas criollos: «El arroyo», «El nido», «Luz mala»; o temas infantiles: «Grillita y Grillín, «Vaquita colorada», «Hormiguita negra», entre varias más.
El homenaje de Salto
Salto recuerda a Eduardo Fabini con una plazoleta que lleva su nombre. Se ubica sobre Costanera Sur Tomás Berreta, lado oeste, frente al complejo de apartamentos del Barrio San Martín. Allí se encuentra una placa en la que pueden leerse estas palabras:

Eduardo Fabini. “Señor austero en la forja de su música” -Dr. Eduardo J. Couture-
Homenaje en el Primer Centenario de su Natalicio.
1882-18 de mayo-1982.
Rotary Club Salto Oriental