Catalina Ramírez Benítez y David Ocampos López es un matrimonio guaraní de la comunidad Pindó de Paraguay que estuvieron esta semana de visita en nuestra ciudad invitados por Juan Carlos Palacios y su esposa. En un alto de su agenda de charlas y visitas, se acercaron hasta la redacción de EL PUEBLO para contarnos su historia. No hablan mucho, hablan lo necesario para hacerse entender, reconocen que les cuesta hablar castellano, prefieren el idioma guaraní, en la transcripción de esta charla intentamos ser los más fieles posible en la manera en la que se expresan por respeto a ellos.
– Cuéntenme el motivo de su visita a nuestra tierra.
David- Bueno, antes que nada presentarme, mi nombre es David Ocampos, pertenezco a uno de los pueblos, Mbyá, que actualmente está en Paraguay, que sería pueblo Mbyá Guaraní. Estamos acá compartiendo nuestra parte de lo que es la cultura guaraní y parte de lo que es la educación que tenemos en la comunidad, Pindó.
– ¿Ahí es donde ustedes viven?
David- Si, Pindó es el nombre de una palmera. Realmente estamos muy felices, contentos y nos sentimos en casa, la gente es muy amable. Estuvimos visitando algunos lugares, algunas escuelas, compartimos algunas cosas con los estudiantes.
– Como maestra, cuando tiene contacto con los niños escolares uruguayos, ¿qué es lo que más le preguntan de la cultura guaraní?
Catalina- Los chicos principalmente me preguntan sobre cómo sobrevivimos, qué contamos a los niños sobre nuestro antepasado. Me preguntan también sobre mi maquillaje Mbyá Guaraní (se encuentra en una pequeña dimensión sobre su nariz), qué significa, para qué lo usamos, entonces yo les explico qué significado tiene nuestro maquillaje indígena.
– ¿Es maquillaje? Pensé que era tatuaje.
Catalina- No, no es tatuaje, es maquillaje creado por nuestra abuela indígena.
– ¿Y qué significa?
Catalina- Nuestro maquillaje indígena es para protegernos de mal espíritu, no sólo una clase de dibujo tenemos, el maquillaje de diferentes imágenes tenemos.
– Bien, tengo entendido que trabajan en turismo donde ustedes viven y donde básicamente a la gente que va a visitar las Misiones le cuentan un poco de su historia.
David- Trabajaba, estuve en una de las Misiones como guía informador. Ahora mismo estoy como guía en la comunidad, tenemos un lugar turístico que está habilitado para recibir a la gente en forma privada en la comunidad.
– La gente que va a visitar toda esa zona donde hubo Misiones Jesuitas hace muchos años, ¿qué es lo que busca averiguar?
David- Y hay algunos que ya conocen más o menos la historia y algunos que no conocen, y nosotros nos encargamos de contar la historia, lo sucedido, quiénes fueron los que construían la Misión. Hablamos sobre la historia.
– Y hablando de la historia, los antepasados de ustedes, ¿cómo recibieron a los curas jesuitas?
David- Bueno, en esa época había una relación entre los jesuitas y guaraníes, pero en la actualidad eso cambió. Una vez que fueron expulsados de la región los jesuitas, muchos de los guaraníes volvieron a su vida anterior, y hoy en día lastimosamente dentro de la comunidad ya se desconoce la historia.
– ¿Es como que las raíces guaraníes han tomado más fuerza?
David- Sí, hoy en día no se habla sobre la historia, no se habla de lo sucedido en las Misiones, o sea, que la historia prácticamente no existió.
– Pero he visto fotos de construcciones que han quedado de esos tiempos de las Misiones.
David- Sí, hoy en día están en tres lugares, en tres ciudades, que quedan algunas partes de lo que fue la gran obra de los guaraníes en las Misiones. Serían Trinidad, Jesús, San Cosme y San Damián.
– ¿Cómo viven hoy los guaraníes? ¿Han vuelto al origen o están actualizados con el siglo XXI? ¿Cómo se han desarrollado?
David- Hoy en día estamos actualizados al siglo XXI, ya sea como en tecnología, hoy en día la utilizamos. También el tema de la escuela, que los niños, los jóvenes ya estudian, hay muchos jóvenes que hoy ya están en la universidad, cursando algunas de las carreras como Derecho, Enfermería, Licenciatura en la Educación. Pero siempre se trata de mantener la cultura, el idioma, la tradición.
– Tengo entendido que en Paraguay hay dos idiomas oficiales, el castellano y el guaraní. ¿Qué es lo que se enseña en la escuela?
Catalina- Bueno, en mi comunidad Pindó, que está cerca de la ciudad San Cosme y Damián, del departamento de Itapúa, los profesores indígenas se encargan de enseñar a los niños en su lengua indígena, que sería el preescolar. Después enseñamos la segunda lengua, sería el guaraní paraguayo y la tercera lengua es no indígena, que también es sumamente importante para los niños indígenas. Hoy en día los niños indígenas ya tienen deseo de estudiar, de ser alguien en la vida, entonces la lengua español es algo muy importante también ya a los niños indígenas.
– Claro, porque en la universidad no hablan en guaraní.
Catalina- No, entonces nuestra enseñanza en la escuela Pindó sería trilingüe.
– Voy a hacer una pregunta que puede ser polémica, pero ¿ya nos perdonaron por lo de la guerra de la Triple Alianza?
David- Sí, eso ya quedó al pasado.

– ¿Cómo es la vida en Pindó?
David- Bueno, en cuanto a la cultura nosotros tenemos nuestra propia creencia, siempre también tratamos de mantener la creencia. Creemos en Dios, que para nosotros es Tupá. Y así también tenemos un líder, un líder político que se encarga de algunas gestiones en la comunidad y también tenemos líderes espirituales. Y la organización o la comunidad se dedican hoy a la agricultura, la artesanía. Muchas personas salen a trabajar afuera, hacen trabajo en el campo.
– Nosotros tenemos algunos problemas que vienen con el sistema económico capitalista que tiene que ver con el consumismo. ¿Cómo son en Pindó? ¿Son más de la tierra y no les dan mucho valor a las cosas materiales? ¿O sí se les dan valor a las cosas materiales?¿O se valora de otra manera los valores?
David- Realmente valoramos más, como te decía, la cultura. Siempre tratamos de no adentrar mucho en la tecnología, pero también, como te decía, ya jóvenes por ejemplo usan tecnología.
– ¿Cómo es en la escuela de Pindó?
Catalina- Hoy me di cuenta que los niños tienen acá todos una minicomputadora y ahí tienen todas sus tareas. Pero en mi escuela en Pindó, por ejemplo, no contamos con esa herramienta para trabajar con los niños indígenas. Los maestros indígenas hacen todo lo posible para hacer su trabajo en la escuela. Por ejemplo, usamos solo hojas, sulfito, cuadernos, entonces casi no contamos con la herramienta tecnológica.
– ¿Ustedes están más acostumbrados cuando están solos a hablar en guaraní que en castellano? Porque yo veo que les está costando un poquito buscar las palabras adecuadas para expresarse.
David- Realmente nos cuesta mucho, es la dificultad mayor que tenemos.
– ¿Ustedes expresan mucho más siempre en guaraní?
David- Sí, en guaraní paraguayo.
– El guaraní, una vez lo hablamos con Juan Carlos Palacios, es un idioma muy romántico, es muy poético.
Catalina- Sí, es muy lindo hablar en nuestro idioma materno.
Palacios- ¿Me permite una acotación? Hay un experto en guaraní de la provincia de Corrientes que me decía que el guaraní no se traduce, se interpreta.
– ¿Algún mensaje que les gustaría dejar en esta visita a Salto y a nuestro país?
David- Bueno, yo de mi parte nada más agradecerle una vez más a la familia Palacios por recibirnos. Gracias a ellos pudimos estar acá, contar un poco sobre la historia. Desde el lunes, martes, estuvimos dando charlas y vimos mucho interés de la gente en conocer más sobre la cultura guaraní. Eso es muy importante. Ojalá tengamos una oportunidad más de venir acá y compartir más con ustedes.
– Juan Carlos, para usted, como un estudioso de las Misiones Jesuitas y también del pueblo guaraní, ¿qué ha significado esta visita?
Palacios- Y esto tiene mucho de emotivo, porque uno conoció la comunidad de ellos, conoció cómo viven, llenos de limitaciones. Y que ellos vengan a contar acá cómo ha sido la historia de esa comunidad nos conmueve mucho y nos acerca, porque todos ellos son gente con un carácter muy humilde. Las veces que hemos ido allá también nos agasajan con todo lo que pueden agasajarnos. Así que desde ese punto de vista, mi señora y yo nos sentimos muy felices de que ellos estén acá y de compartir estos días con ellos. Te quería agregar que la comunidad de ellos estaba en el río Paraná, pero se construyó la represa de Itaipú y fueron expulsados. Entonces la entidad binacional Yacyretá le compró 338 hectáreas. Es donde viven y conservan gran parte de esa vegetación natural. Por eso, entre los atractivos que ellos han instalado en forma bastante reciente ahí, es un sendero para recorrer la selva misionera y él es el guía. Como él ya tenía experiencia de trabajar en la Secretaría Nacional de Turismo, es el guía para pasear por ese sendero.
– ¿Cómo les ha caído nuestra comida? Porque imagino que ustedes deben estar acostumbrados a otro tipo de alimento, con otros sabores, con otros ingredientes, y de repente llegan acá y se encuentran con otro tipo de comida.
David- Para mí, muy bien. Es una diferencia de lo nuestro. Pero yo ya estoy acostumbrado a eso. Con el trabajo, tuve la oportunidad de viajar a Buenos Aires una semana, entonces ya estoy un poco acostumbrado.
– A los uruguayos nos reconocen en el mundo por andar con un mate bajo el brazo, pero eso en realidad le pertenece a ustedes. ¿Ustedes toman mate?
Catalina- Sí, sí, sí, tomamos mate.
David- En Paraguay tomamos el mate solamente a la hora de la mañana con agua caliente. Después de las nueve o las diez, ya preparamos el tereré.









