El pasaje voluntario de un millar de soldados desde el Ministerio de Defensa al Ministerio del Interior, es una medida que ha generado una fuerte polémica.
Algo similar sucedió cuando años atrás se decidió que el Ministerio de Defensa se hiciera cargo de la guardia perimetral del Penal del entonces Complejo Carcelario (COMCAR), como finalmente lo hizo, ante una situación de continuas fugas a las que no se hallaba solución.
La polémica generada es la misma: ¿están las Fuerzas Armadas preparadas para hacer una tarea de prevención y disuasión del delito, como es el objetivo básico de la Policía?.
El tema radica en que los militares tienen una formación profesional que no se limita en la prevención, hasta agotar los recursos, sino que en determinadas situaciones están preparados para disparar al aire o directamente a las personas presuntas infractoras, si éstas no obedecen a la voz de alto.
De hecho esta particularidad costó un par de vidas de reclusos que intentaron fugar sin acatar la voz de alto, y fueron abatidos por los efectivos militares.
Sin duda alguna que son medidas extremas y costos que deben ser minuciosamente analizadas antes de implantar estas medidas, pero hoy pocos uruguayos discutirían el acierto de haberlas implantado.
La situación actual es diferente. Los mil soldados que pasarán al Ministerio del Interior dejarán de ser soldados y pasarán a ser policías. No dependerán del Ministerio de Defensa, sino del Ministerio del Interior y por lo tanto deberán someterse a los lineamientos de éste.
De todas formas, creemos que los soldados tienen ventaja en cuanto al manejo de armas, en cuanto a la disciplina y el orden interno, sustancial en una fuerza policíaca.
Entendemos que es una medida igualmente acertada. Una medida que permitirá aclarar de una vez por todas si los problemas de la inseguridad son consecuencia de falta de policías o de ineficiencia policial.
Seguramente que mil nuevos policías serán un aporte importante, aunque quizás no suficiente, pero que tendrían que permitir bajar los índices de delincuencia a nivel nacional.
La inseguridad en nuestro país es identificada como el principal problema en todo el país. Las estadísticas conocidas indican un auge en el número de delitos y en la gravedad de los mismos, aún cuando en ocasiones este índice muestre cierto estancamiento o incluso algún descenso esporádico, mal que nos pese la delincuencia en el país sigue creciendo.
Salto está entre los departamentos que aún mantiene un bajo índice en cuanto a delitos de sangre, pero de todas formas, existen modalidades delictivas nuevas -como el robo de automotores – que antes eran «raros» y hoy nos han llegado para aumentar las preocupaciones del ciudadano salteño.
Esperemos que la inclusión de estos nuevos efectivos policiales permita bajar estos índices delictivos.