El partido que perdió: el que no podía perder.
-El fútbol reconoce el principio de la lógica. Pero no siempre.
Tampoco el fútbol es una tabla de multiplicaciones o restad. Se nutre de contenido a partir de los conceptos que asisten. Y aquello tan densamente trillado en el tiempo, es cosa válida: cada partido es una historia distinta.
Pero después de ese Litoral 2 Arsenal 0 el sábado en la tarde-noche del Dickinson, se encuadra en una conclusión: es el partido que Arsenal NO PODÍA PERDER-.
Jugando de local ante un rival sanducero y por diferencia de dos goles, implica buena parte del hundimiento.

Claramente Arsenal no repitió recetas pasadas. La ausencia de vuelo en aras de la creatividad y el contrapunto de un fútbol más expuesto al rebote que a la sincronización más o menos sabia.
El primer gol de Litoral a los 24′ cuando Nicolás Duarte golpeó de cabeza frente al adelantamiento de Federico Noboa, primera estocada al alma verde. Y cuando en los 12′ de la recta final, el arquero vuelve a caer en el error con las manos que vacilaron y la pelota que se le fue, Libertad dejó en claro que además del oficio que no le falta y de un DT como Juan Ramón Silvera a la medida de estos partidos, también dispuso de ese aliado puntual: cuando el rival se penumbra por la equivocación que lo posterga.
LA PROYECCIÓN EN EL TIEMPO
Para Arsenal es la hora crítica. Ese 2 a 0 alcanzó el efecto de una perforación.
Casi hasta el fondo de su latido. Mientras la interrogante es esa: ¿qué margen de lo posible para el juego revancha?.
¿En qué medida produce un giro argumental, para alcanzar un épico pasaje a semifinales en la Divisional B del Torneo de OFI?
El hecho es que el empate clasifica a Litoral y también perdiendo por un gol. El retorno de Jorge Echenausi por ejemplo, bien puede jugar a favor de un Arsenal sublevado y menos herido. Al amparo de una mecánica que DEBE evitar fisuras.
Que el equipo RECUPERE visión de ataque y llamarada propia de aquel que se siente apto para la eficacia.
La respuesta es de Arsenal. Pero no solo es la rebeldía, el querer y punto. Es la misión de fútbol-fútbol, a partir de argumentos aplicables y que distaron de aparecer en la mayoría de los 90′ iniciales.
El margen de la ilusión se estrechó. Pero algún aire en los pulmones queda.
Arsenal tendrá que saberlo.
Y esa también, es su cuestión básica y esencial. ¿Qué duda cabe?
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-