Hace cinco años tuve que hacerme dos trasplantes de médula ósea, pero ahora me siento con ganas de trabajar y logré volver
Darío Piscacco
La Expo Salto volvió a ser el escenario donde los sabores locales conquistan al público. Entre ellos, se destacó una propuesta con más de treinta años de trayectoria: la de Darío Pisacco, quien regresó con renovadas energías luego de superar serios problemas de salud que lo alejaron por un tiempo de las ferias.
“Hace cinco años tuve que hacerme dos trasplantes de médula ósea, pero ahora me siento con ganas de trabajar y logré volver”, contó Pisacco, emocionado por reencontrarse con la gente que lo sigue desde hace décadas.
Su propuesta gastronómica es amplia y variada: pasteles, empanadas, tortas fritas, panchos, hamburguesas, chorizos, papas fritas, refrescos, cerveza y el infaltable vino con frutilla, un clásico que, según él mismo afirma, lidera las ventas en Lavalleja.
Empanadas con 15 sabores diferentes
El gran atractivo de su stand son las empanadas. “Tenemos quince sabores distintos: carne, carne picante, carne con aceitunas, salteña, chilena, jamón y queso, queso y cebolla, caprese, calabreza, pollo, verdura de espinaca, cuatro quesos y muchas más”, detalló. Entre las más elegidas mencionó la salteña, la chilena y las caprese.
Panchos con sello propio
Los panchos tampoco se quedan atrás. Aunque la base es el clásico pancho, Pissaco reveló que el secreto está en darle un toque especial al agua de cocción y en las salsas: “Tenemos mayonesa, mostaza, ketchup y cuatro o cinco salsas distintas: criolla, picante, queso, papita… siempre hay algún secreto nuevo”.
Los pasteles, marca registrada
Pero si hay un producto que distingue a Darío Pissaco son los pasteles. Con origen en el puerto de Punta del Este, sus clientes los siguen a donde vaya. “En la Expo Salto llegué a vender cerca de tres mil pasteles en un fin de semana. Los clásicos son de dulce de leche y membrillo, pero también tenemos nuevas variedades como dulce de leche con nueces, con chispas de chocolate, Martin Fierro y crema pastelera”.
Una historia de constancia y sabor
Con tres décadas dedicadas a la gastronomía popular, Pissaco reconoce que lo que lo sostiene es la fidelidad de la clientela que lo busca año a año. “Estos pasteles tienen marca registrada. La gente ya sabe lo que son y viene a buscarlos”, afirmó.
Además, valoró la oportunidad de reencontrarse en la Expo Salto con un público que disfruta de lo artesanal, lo casero y lo tradicional.
“Lo importante es poder trabajar, compartir con la gente y ofrecer lo mejor de nosotros”, concluyó con la satisfacción de haber vuelto a lo que más le apasiona.
