Nació en Rocha. Cuenta sin dolor ni remordimientos que se trataba de una casa muy humilde, de esas que el baño está en el fondo, bien lejos de la casa en la que se crió junto a siete hermanos. Pero aún así, con todas esas dificultades a cuestas, tenía bien marcado cual era su meta y luchó para alcanzarla. Trabajó duro, estudió, se preparó, se bancó muchas y se tragó varios sapos, pero llegó.
Hoy es uno de los periodistas más polémicos y respetados del país. Trabaja bajo tres premisas básicas: ética, responsabilidad y compromiso. La dignidad del periodista es algo que saca a relucir en sus palabras cuando cuenta el mundo de tentaciones por el que camina cada día y que debe dejar de lado para “no ser señalado con el dedo”.
Es que Ricardo Gabito Acevedo es así, frontal y sin vueltas. “Yo no quiero que todos me quieran, algunos me quieren pero la mayoría no. Y si hay alguien de mi familia que no me quiere, no me importa. Yo no dejo de ser quien soy”, explicó Gabito en entrevista con EL PUEBLO.
Después de haber brindado una charla en la Regional Norte junto al periodista Miguel Nogueira (Buscadores, Televisión Nacional), Gabito regresaba de un paseo por la feria dominical junto a su colega y en el hall del Hotel lo esperaba EL PUEBLO para conversar sobre la impronta de un singular exponente del periodismo uruguayo.
Frontalidad, ética, responsabilidad
y compromiso
Como a todos los que son del interior, a Ricardo Gabito en Montevideo le dicen “canario”. Pero orgulloso, él cuenta “soy rochense de pura cepa y además orgullosamente rochense, que eso es otra cosa muy diferente. Es mucho más que solo ser rochense. A pesar de que he tenido un poco de contaminación con la forma de hablar del montevideano, trato de mantener los modismos propios de Rocha”.
Para Gabito lo “más importante” es ser “auténtico”. “Detrás del personaje hay una persona, pero la persona y el personaje deben estar en la misma sintonía, El show de la televisión, a veces te exige determinadas formas de comportamiento, pero el mensaje debe ser uno solo y en mi caso ha sido siempre coherente”.
Como periodista es frontal y polémico. No pierde la oportunidad de realizar una denuncia cada vez que hace su trabajo, pero manifiesta que siente la necesidad de hacerlo.
“Yo creo que hay actores de primer orden que forman parte del negocio del fútbol, que son más importantes que los protagonistas que entran a jugar detrás de la pelota los fines de semana. Entonces, el fútbol uruguayo está enfermo desde hace varios años a ojos vista. Tanto los que estaban adentro como los que están afuera, sospechaban de la organización. Y yo aposté a demostrarle a la gente que eso estaba enfermo y que necesariamente había que meter el bisturí a fondo y hacer transformaciones y que era imprescindible. Porque caso contrario nos íbamos a quedar sin el espectáculo”, afirmó.
Comentó que el ministro de Turismo y Deportes, Héctor Lescano, “abrió la boca por primera vez en el año 2006, desde un gobernante y dijo que la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) necesita un baño abundante de agua, jabón y cepillo de alambre. Y no es porque Lescano haya venido al fútbol y lo haya descubierto él. Sino que se nutrió mucho tiempo de los mensajes de mucha gente, entre ellos yo, que hicimos una crítica permanente y denunciamos las anormalidades que había”.
Es que Gabito no es uno de los que se denomina “periodista deportivo” porque su labor consiste en comentar un partido de fútbol o las posibilidades que tiene un equipo de una disciplina deportiva equis, para ganar un torneo del ramo. Sino que investiga los entretelones de todo el mundo del deporte y los denuncia sin pelos en la lengua.
Señaló en ese sentido, que “no es que yo quiera sacar protagonismo con lo que digo, sino que considero que es imprescindible hurgar en ese mundo oscuro que había en el ámbito del fútbol y había protagonistas de primer nivel como Eugenio Figueredo (ex presidente de la AUF), Paco Casal, Gustavo Méndez (ex árbitro), Tenfield, y a partir de ahí se deja en evidencia un sistema cuasi mafioso en la forma de conducir el fútbol, haciendo lo que querían con total arbitrariedad y despotismo”.
Pero dijo que a partir de los hechos que empiezan a tomar estado público y de que Paco Casal “no era el santo que nos querían vender a todos”, dijo que entonces “cambia la actitud de Tenfield, y cuando cayó preso el gerente general de Tenfield y cuñado de Enzo Francéscoli, Edward Yern, por asistencia financiera al narcotráfico, la actitud de la gente que se maneja en Tenfield cambió totalmente. Porque hacían lo que querían con la AUF y con los clubes chicos, los manoseaban como querían, pero cuando terminó preso la gente que vino atrás cambió y eso ha sido positivo para el fútbol. Porque esta actuación decorosa que está teniendo Uruguay en el Mundial es consecuencia del cambio que hubo en la forma de gobernar el fútbol”, denunció Ricardo Gabito, fiel a su estilo.
El episodio con Susana Giménez
Entre la infinidad de denuncias e investigaciones que Ricardo Gabito ha realizado en el correr de su trayectoria periodística en los diarios Últimas Noticias y La República, para el que escribe actualmente, y la revista Caras y Caretas con la que mantuvo el último episodio más conocido, que fue la vinculación del uruguayo Jorge Rama, ex novio de la diva argentina Susana Giménez, a quien acusó de estar vinculado al narcotráfico y conseguir dinero de ese negocio para la compra de jugadores de fútbol.
Pero una decisión empresarial de colocar una foto de la estrella argentina para que la portada de la revista luciera mejor, echó por tierra una investigación que pretendía demostrar otra cosa, y el hecho terminó en un juzgado donde la diva pasó a ser la protagonista y sembró el silencio sobre las operaciones ilícitas que se gestan en nuestro deporte mayor.
Pero el público dudó de Gabito porque su denuncia no tuvo andamiento.
“Yo me quedé con la misma sensación de la gente. El de Susana Giménez es un caso muy complejo. Allí hubo una confusión de hechos, donde las responsabilidades se entrelazaban. Yo estoy convencido, porque además lo hubiera podido probar, que el trabajo periodístico y la investigación que hice fueron hecha correctamente. Ajustada a las normas y a los procedimientos que tiene que tener una investigación periodística”, explicó.
“Lo que pasa que había otros elementos más, que no correspondían a mi responsabilidad, sino al director de la revista Caras y Caretas, como el uso de la imagen de Susana Giménez en la tapa. Los títulos de la portada de Caras y Caretas que no eran de mi responsabilidad, que eran lo que habían provocado el daño que nos estaba reclamando Susana Giménez”, comentó.
Gabito informó además que “a la hora de ir al juzgado, el propietario de la revista, el Dr. Alberto Grille, accedió a tranzar y a pedir disculpas públicamente a la señora Susana Giménez de la responsabilidad de Caras y Caretas por el uso de su imagen y todo eso, esto echó por tierra mi investigación que era otra cosa. Pero a su vez me obligaba a mí también a formar parte de esa transacción y a aceptar las condiciones generales que se impusieron en la transacción. Susana Giménez me pidió disculpas a mí también, pero fue más importante decir que se retractó Gabito y Grille”.
La historia quedó al final en que debieron llegar a una transacción judicial y en la misma Gabito “no pudo demostrar que a lo largo de todo mi trabajo, en ningún momento había dicho que Susana Giménez estaba vinculada al nacotráfico.
Sino que todo lo que dije lo iba a poder probar, en base a los testimonios de dirigentes del Club Nacional de Montevideo, que iban a decir que Jorge Rama, cuando hizo el negocio con ellos, había dicho que la plata la ponía Susana Giménez”, narró.
Además el periodista expuso que “los cheques de Jorge Rama rebotaron en el banco. Pero cuando esto sucede, Giménez se hace a un lado, termina con Rama y dice que nunca tuvo vinculaciones con el narcotráfico, cosa que era real, pero también era cierto que su novio, tenía relaciones con personas con antecedentes por narcotráfico y que al día de hoy siguen siendo investigados por la justicia uruguaya.
Todo esto fue muy confuso. Pero tuve que tragarme unas cuantas culebras a decir de Mujica, porque este trabajo de periodista tiene mucho de eso”, subrayó.