Si bien la pandemia trajo resultados nefastos para varios rubros de la actividad económica, algunos sectores lograron apaliar la difícil situación gracias al cierre de fronteras.
La otra cara de la moneda ha sido las cientos de personas que no han podido volver a trabajar a la ciudad vecina y viceversa como tampoco visitar a sus familias que desde el inicio de la pandemia se encuentran separadas. Salto se caracteriza por cruzar a Concordia a comprar comestibles, poner nafta, adquirir ropa y calzado y de paso almorzar o cenar en dicha ciudad.
Hay épocas que la diferencia de precios es enorme, a veces no tanto, pero el salteño que tiene vehículo lo toma como parte de un paseo y muchas veces no evalúa ni calidad ni una verdadera diferencia económica, aunque hay temporadas, según el valor de la moneda, que comer en la vecina orilla, por tomar un eejemplo, cuesta la mitad que aquí.
Desde hace un año y medio esta costumbre se cortó abruptamente lo que hizo que se consumiera mas en el medio, situación que ya tiene fecha de vencimiento y las corridas hacia Concordia están aguardando el « largue « del gobierno. Existe una gran preocupación del impacto de la inminente apertura de fronteras sobre todo en el rubro alimentos, vestimenta y estaciones de servicio.