
En diálogo con El Pueblo, Paola Burgos, representante de las academias de conducción de Salto, planteó una serie de propuestas orientadas a mejorar la seguridad vial y la formación de los nuevos conductores. Entre los principales reclamos, destacó la necesidad de implementar una identificación visible para quienes obtienen su primera licencia de conducir, una medida que, según explicó, es habitual en países de primer mundo.
La propuesta consiste en una insignia con la letra “A” o “L” en el parabrisas, visible pero sin obstaculizar la visión, tal como se hace en muchos países europeos. “Serviría para que los demás conductores tengan empatía y ayuden a integrar a estos nuevos conductores, en lugar de presionarlos con bocinazos o actitudes agresivas ante errores comprensibles”, sostuvo Burgos. Además, permitiría al cuerpo inspectivo realizar controles más específicos sobre estos conductores durante su primer año.
Por otra parte, Burgos reclamó que las licencias de conducir sean otorgadas exclusivamente en la ciudad de Salto, eliminando los exámenes en localidades suburbanas donde, según expresó, el tránsito es escaso y no se genera una evaluación realista. “Un examen en Paso del Parque o Paso La Cadena no tiene las mismas condiciones que en plena ciudad. Es una diferencia enorme”, dijo, y agregó que la Intendencia debería centralizar los trámites y apostar a un sistema más uniforme y justo, aunque reconoció que quitar ese derecho ahora puede generar resistencia por su trasfondo político.
Otro punto que consideró clave fue la reforma del sistema de carnet de salud para conductores, que a su juicio no cumple con los controles necesarios. Propuso un carnet único, emitido por mutualistas y ASSE, que incluya análisis de sangre y orina, capaces de detectar consumo de alcohol o sustancias incompatibles con la conducción. “Desde las academias detectamos personas con medicaciones que afectan su desempeño al volante, pero el carnet de salud actual no lo contempla”, lamentó.
Burgos también planteó que la patente de rodados debería sustituirse por un control técnico anual (ITV), que certifique el estado del vehículo, los frenos, neumáticos y otros aspectos clave para la seguridad. “Hoy en día, tenemos autos de alta gama circulando sin luces o con neumáticos desgastados. No se trata solo de pagar una patente, sino de garantizar que ese vehículo está en condiciones de circular”, enfatizó.
En cuanto a la formación, propuso que el costo de las academias pueda ser subsidiado o respaldado a través de INEFOP, especialmente para personas en seguro de paro o de bajos recursos. Explicó que una licencia de conducir hoy es casi un requisito laboral, por lo que debería facilitarse el acceso a la formación formal.
Finalmente, instó a que se exoneren las matrículas a las academias formales (registradas en el MEC) para que puedan reducir costos y ofrecer tarifas más accesibles. “Queremos aportar a la seguridad vial desde nuestro rol educativo, pero necesitamos que nos den el respaldo institucional”, concluyó.