-La noche en el Polideportivo lo tuvo todo. Organización en lo previo y lo posterior. Comportamiento válido desde la gente, sin que se renunciara a la esencia misma del deporte. En el plano deportivo no fue para menos. Ferro Carril y Salto Uruguay llegaron al quinto partido en igualdad de condiciones. Dos victorias cada uno. Por lo tanto, era alcanzar la imposición o naufragar en el dolor de la derrota.
La derrota suele ser un dolor, aunque a veces algunos conceptos puedan modificar esa convicción.
El hecho es que a falta de tres minutos todo parecía nivelado, cargado de incertidumbre, ,hasta que Ángel Cabllero, de los que llegó desde la banca de suplentes, metió puntos claves y definitivos. El elenco de Gastón Ferreira cimentó la victoria en una eficacia mayor, cuando el partido se iba y el tiempo se agotaba, con ese 78 a 70 del final.
Los 37 puntos del americano James Rojas, despegado claro está, y el formato táctico desde Gastón, para que Ferro produjera el desnivel, en un final para el infarto, con ese entorno del Polideportivo a pleno. Con toda la fiesta en la tribuna. Con toda la magia que el básquetbol parece reconquistar, sobre todo porque Ferro Carril y Salto Uruguay son parte de la historia viva, proclives al elogio en cada caso y con la franja paladeando el sabor de cuatro campeonatos consecutivos ganados. Y va sintiendo obsesión por el quinquenio.
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EL AÑO TOTAL
De lo que no hay dudas: Ferro Carril concluye el año, en medio de su furia campeona. En el mes de diciembre, el de su nacimiento en la historia, la entidad que preside el Dr César Signorelli, genera la doble exposición campeona: primero en fútbol y después en básquetbol. La acumulación de copas a la manera de este Ferro Carril, que en básquetbol también prevalece y amplía la dimensión histórica a la hora de ser Campeón.
Con Gastón Ferreira en la Dirección Técnica (entrenador nivel 3) y la ayudantía de Atilio Lima (¡nada menos!), Ferro Carril docoró la noche de gloria, al amparo de su estirpe, de su clase y de esas tres victorias ante un rival que dignificó su condición de rey.
Mientras que el básquetbol, en su globalidad, no dejó de resultar ganador. Más allá del Salto Uruguay rebelde. Más allá del Ferro potenciado a la cima. Más allá de los dos.
El básquetbol se fue jurando renacer. Y buenamente: no deja de hacerlo.