La reciente decisión del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) de prohibir el ingreso por Avenida Reyles desde Ruta 3 a quienes circulan hacia el norte representa una medida arbitraria, impuesta desde Montevideo sin comprender las particularidades de Salto. Una vez más, se repite la lógica centralista: en el sur se diseñan soluciones, en el norte se aplican prohibiciones.
El comunicado del MTOP, fechado un día antes de su implementación, no solo exhibe falta de planificación, sino también una alarmante ausencia de empatía hacia las empresas locales y los transportistas que diariamente utilizan esa vía como acceso natural y estratégico a la ciudad. A quienes generan trabajo, se les complica la logística sin ofrecer alternativas reales.
La responsabilidad de corregir los problemas viales no puede recaer únicamente en los usuarios. El Estado, a través del MTOP, debe ser quien genere soluciones de infraestructura que ordenen el tránsito, como se ha hecho en reiteradas oportunidades en rutas del sur del país. Pero aquí, en lugar de invertir, se prohíbe. En lugar de dialogar, se impone.
Se trata de una medida que afecta a particulares, a empresas de transporte y al comercio local. Y lo que es más grave: se impone sin participación ciudadana, sin escuchar a quienes viven y trabajan en Salto. No es justo ni aceptable que las decisiones que alteran la vida de una comunidad entera se tomen desde un escritorio en Montevideo, sin diálogo ni consideración.
Salto no puede ser siempre la variable de ajuste. Exigimos al MTOP que revierta esta resolución y proponga soluciones reales, técnicas y dialogadas. Porque la planificación del tránsito debe responder a las necesidades de las personas, no a la comodidad burocrática.