La asunción del Dr. Carlos Albisu como intendente de Salto marca el inicio de una etapa que despierta expectativas y renueva la esperanza de los salteños. En su primer discurso como jefe comunal, el nuevo intendente habló de un “día histórico”, y no exageró: se abre una oportunidad real de transformar el rumbo del departamento.
Albisu fue claro al declarar que el tiempo electoral terminó y comienza el tiempo de gobernar. Gobernar para todos, sin distinciones políticas, religiosas o filosóficas. Esa afirmación, que parece simple, encierra una profunda vocación de servicio y de unidad. Desde esta columna, saludamos con respeto al nuevo gobierno departamental y deseamos que su éxito se traduzca en bienestar para todo el pueblo salteño.
El nuevo intendente no ocultó la gravedad de la situación: habló de una crisis profunda, pero también de la determinación de asumirla sin excusas. Prometió una gestión con “espíritu sereno, actitud abierta, pero sin claudicaciones”. Hizo referencia a un gobierno de puertas abiertas, de oídos atentos, dispuesto a caminar los barrios, pueblos y caminos del interior para conocer y enfrentar los problemas de primera mano.
Hay prioridades claras: mejorar la infraestructura vial, atraer inversiones, generar empleo, fortalecer el turismo, reactivar la cultura local, y sobre todo, detener la emigración de jóvenes que buscan fuera lo que Salto no les ha podido ofrecer. Es una agenda ambiciosa, pero posible si se actúa con orden, perseverancia y convicción.
“De salteños para salteños”, dijo Albisu. Esa frase, si se vuelve acción cotidiana, puede marcar una nueva forma de hacer política. Gobernar cerca de la gente, sin privilegios, respetando la ley y honrando el mandato popular.
El desafío es grande, pero la voluntad expresada también lo es. Confiamos en que este nuevo equipo esté a la altura, y que dentro de cinco años podamos mirar atrás y reconocer que algo cambió, que Salto dio un paso adelante.
Éxitos al nuevo gobierno. Porque cuando a Salto le va bien, ganamos todos.
G.B.C