No nos alcanzará la vida para entender porqué existe resistencia y hasta oposición a la medida que trata de fijar límites (o impedir los abusos) de los funcionarios públicos, en cuanto a medidas de inasistencia o licencias médicas.
¿Es que no hay abusos o quienes se oponen a esta medida lo ignoran? O lo que es peor aún, ¿pretenden sacar provecho de esta prerrogativa? No nos sirve la acusación de que sólo nos fijamos en las excepciones. A la prueba está de que hay funcionarios públicos que hace mes, por no decir años, que están “licenciados” y sin embargo trabajan normalmente en otros lugares.
Cuanto esto decimos vendrá inmediatamente el rechazo o la acusación de estar a favor de quienes impulsan la medida, Nada más equivocado. Como siempre lo hemos dicho, pretendemos una sociedad más justa, menos “bananera” y realmente solidaria.
Creemos que la justicia en estos casos debería establecer la visita del médico certificador (el que no debe pronunciarse ante el “licenciado”), fijado por una parte neutral y no por uno de los intereses en juego.
Lo justo para nosotros es que se atendiera y diera licencia a los que están verdaderamente enfermos y no a cualquiera que por ser funcionario público se cree con este “derecho”.
No pretendemos perjudicar a los trabajadores que se hallan enfermos, sino evitar los abusos que existen y existirán siempre en este sistema. De tanto en tanto se descubre a alguien en esta situación y esto no lo puede ignorar ningún gremio o sindicato, que teóricamente tiene por objetivo luchar por los derechos de los trabajadores y no por los abusos.
Se nos perdonará (o no) nuestras diferencias, pero con el correr de los años aprendimos que el trabajador que cumple y tiene “prestigio” ante la patronal, es más escuchado y hasta respetado.
Esto no quiere decir que este del lado de los patrones, sino del lado de lo correcto. Somos partidarios de los derechos de los trabajadores, pero no de los abusos, que nos tendrán siempre en la vereda de enfrente. Los abusadores son corruptos, e hipotecan las genuinas luchas gremiales por darle argumentos a quienes tratan de sacar provecho de estas situaciones.
No puede haber empleados públicos con un año o dos de licencia, sin que pierdan la calidad de empleados públicos, porque en estos casos y si se justificara deberían ser jubilados. Menos aún desempeñándose en otras tareas, porque esto se llama abuso y quienes los cometen son abusadores y no pueden ser considerados nunca como trabajadores genuinos.
A.R.D.
