El escritor artiguense pero radicado en Salto Luis
Do Santos ,autor del libro «El Zambullidor» visito la Escuela N.120 de Tiempo Completo.
Fue recibido por niños y docentes de la institución quienes le realizaron una entrevista para conocer más sobre su vida y las obras que ha escrito.
La Escuela ha homenajeado a este escritor, los niños tuvieron la oportunidad de dialogar con un escritor cálido, humilde y muy querible, que además dio mensajes tales como que nunca hay que rendirse ante las adversidades.
“La Escuela N.120 a través del Proyecto de Lectura y Escritura promueve el entusiasmo por leer y escribir siendo ésta visita una experiencia inolvidable para todos los niños de la institución ya que el escritor Luis Do Santos con su libro es un ejemplo de cual es el valor de Leer y Escribir para cualquier persona” – informó a EL PUEBLO la Maestra Cristina Chamorro.

“A la figura del río, imagen de viaje o de cambio, de misterio o autoconocimiento, Luis Do Santos le incorpora en El zambullidor el hechizo ominoso de los fantasmas que viven bajo las aguas y que, dos por tres, asoman por las orillas.
En esta novela de construcción ágil y precisa atravesada por siestas y velorios, por animales rastreros y ritos pueblerinos, el inexorable paso del tiempo encuentra su sustrato y su contracara.
Con El Zambullidor, Luis Do Santos, construye una pieza narrativa de particular extrañeza, que subraya su condición única dentro de las letras uruguayas, al tiempo que se posiciona como uno de los secretos mejor guardados de esa entelequia llamada «el interior profundo» –de Salto, para más señas– que se empeña en dar a luz, de vez en cuando y para disfrute de quienes leemos, grandes libros y grandes escritores” – reflexiona Martín Bentancor.
El Zambullidor se compone de ocho capítulos, y cada uno de ellos es una especie de anécdota contada en pasado por el protagonista, casi todas ellas sobre su infancia.
En estos capítulos nos cuenta sobre su vida en un pequeño pueblo del departamento de Artigas (esto no se menciona explícitamente pero se puede inferir), en la frontera con Brasil.
Allí, su niñez transcurre entre travesuras, escapadas al río, búsquedas de tesoros, amistades y peleas, sucesos extraordinarios, más travesuras, y los memorables castigos de su severo padre que lo marcarán para toda la vida en más de un aspecto.
Si bien me llamaron la atención la sinopsis y la portada, no esperaba encontrarme con una historia como la que se cuenta en esta novela. Imaginaba sí, que sería algo ambientado en la campaña, cargado de tradiciones pueblerinas, con la crudeza típica de este tipo de historias del Uruguay rural del siglo pasado.
Es una una historia sobre las ilusiones y desilusiones de la infancia, sobre la amistad, sobre la incomprensión de los adultos, sobre las relaciones familiares, y sobre la felicidad que se esconde en las pequeñas cosas.
Por si esto fuera poco, toda la historia está encadenada por la figura del río, que está presente en todos los capítulos y juega un papel importante en el desarrollo de los acontencimientos, partiendo por el suceso que da inicio a la novela: cuando el protagonista ve a su padre haciendo uso de su “don” (o maldición), la capacidad de zambullirse y encontrar en las aguas turbulentas los cadáveres de quienes caen y se ahogan en el río.
Esto tiene una cierta base real, ya que existen personas que se dedican (o se dedicaban en esa época) a esto y supuestamente con una especie de rito podían adivinar en qué parte del río está atascado el cuerpo. Pero bueno, más allá de este detalle, el río es una presencia imponente dentro de la novela que directa o indirectamente moldea las vidas de las personas.
Además, otros sucesos fantásticos como las apariciones (algo muy típico en las historias ambientadas en el campo uruguayo) le dan un toque místico muy interesante.
Otra cosa que cabe resaltar es el aire poético que desprende esta novela.
Esta escrita de forma exquisita y tiene frases y reflexiones que hacen más rica y atrapante la lectura.
Luis Do Santos Ardohain nació en Calpica, pueblo de cañaverales ubicado a orillas del Río Uruguay en el departamento de Artigas.
Es letrista de murgas y canciones, radicado desde hace muchos años en Salto, y autor de Tras la Niebla, libro de cuentos y poesías, y La Última Frontera, novela editada en 2008 por la Intendencia de Salto.
Participó de las antologías Cuentos de Boliche (1995), y en la publicación producto del concurso de cuentos de la Cooperativa Bancaria (2007).
El Zambullidor obtuvo una mención de honor en la categoría Narrativa del concurso literario Juan Carlos Onetti del año 2014.