Presentamos al SIBO, enfermedad intestinal que puede poner a Salto como centro regional de diagnóstico

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Henry Cohen, médico gastroenterólogo

Henry Cohen es un reconocido médico gastroenterólogo de destaque internacional, además de haber formado parte del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) como coordinador en tiempo de pandemia. Cuando hablamos en la entrevista vía zoom de esa etapa de su vida y al confesarnos que le gusta el arte, le preguntamos dónde estaba el cuadro que le había obsequiado el Presidente de la República en agradecimiento por los servicios prestados al país, y tuvo la gentileza de pasearnos con la camarita del zoom por su casa hasta mostrarnos el cuadro colgado en un lugar de privilegio en su sala de descanso junto a condecoraciones recibidas en reconocimiento a su labor médica. Pero el motivo de la entrevista se debió a que ha tomado visibilidad una enfermedad que si bien no es nueva, ha llevado a una preocupación creciente en la sociedad, nos referimos al SIBO.

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– ¿El SIBO es una nueva enfermedad que ha aparecido o ya existía y se confundía con otra como es el colon irritable?

– No es una enfermedad nueva, del SIBO se habla hace más de 30 años. Quizás sea más nueva para el público en general en Uruguay. Los gastroenterólogos la conocemos hace bastante tiempo. ¿Por qué se habla y se investiga más el tema del SIBO en este tiempo? Porque los conocimientos sobre la microbiota en general y sobre todo la microbiota intestinal, son cada vez mayores, conocemos más cosas de la microbiota, aunque por supuesto todavía desconocemos más de lo que conocemos. SIBO es una sigla en inglés que refiere al “crecimiento bacteriano en el intestino delgado”. Sucede cuando bacterias que normalmente forman parte del intestino grueso, de alguna forma migran hacia el intestino delgado y como allí están afuera de su hábitat natural, trabajan mal.

O sea, son bacterias que fermentan cuando tienen el sustrato adecuado, cuando por ejemplo, comemos hidratos de carbono, entonces ya se encuentran a sus anchas y fermentan demasiado produciendo mucho gas. Pueden producir fundamentalmente dos gases, y hago hincapié en esto porque hoy son solo dos los que se pueden determinar, el hidrógeno y el metano. En sentido estricto de la palabra, el SIBO es cuando en el intestino delgado las bacterias fermentan demasiado y producen más hidrógeno que lo habitual.

Hay otros bichitos en el intestino en general, ya no solo en el intestino delgado, que se llaman “arqueas”, que son diferentes a las bacterias y virus y que producen otro gas que es el metano, a eso le llamamos IMO, que es la sigla en inglés de “Intestinal Methano Overgrowth”, es decir, sobrecrecimiento de metano en el intestino en general. Hoy los métodos de diagnóstico más modernos permiten determinar la presencia de esos dos gases en el aire espirado.

– ¿Cuáles serían los síntomas que una persona percibe y que podría ser SIBO?

– Hay muchos síntomas que se le atribuye al SIBO, los más frecuentes son la distensión abdominal, los gases, pueden haber alteraciones en la movilización intestinal que como esquema que es no siempre se cumple, la tendencia a la diarrea se ve más frecuentemente en el SIBO y la tendencia a la constipación se ve más frecuentemente en el IMO. Esto que le digo no son realidades absolutas que se den en todos los casos. También puede tener dolor abdominal y puede traer algunas más, pero esos son los síntomas más frecuentes.

– ¿Puede confundirse el SIBO con el colon irritable porque tienen síntomas similares?

– En un porcentaje importante de pacientes que cumplen con la definición de colon irritable tienen SIBO. Si un paciente que tiene dolor abdominal que se presenta reiteradamente en el tiempo al que se le asocia una alteración en la movilización intestinal, ese paciente uno puede decir que tiene síndrome del intestino o colon irritable, si además tiene distensión y muchos gases, uno puede hacerle el diagnóstico de SIBO, y puede tener las dos cosas. Lo bueno de hacer el planteo de que tiene SIBO y no quedarse solo en el planteo del colon irritable, es que uno le puede ofrecer un diagnóstico más preciso, y por lo tanto, un mejor tratamiento.

– Dicen que uno de los problemas para poder diagnosticar el SIBO es que recién hace poco trajeron a Montevideo un aparato que permite su diagnóstico, y ahora se habla de la posibilidad que se instalen otro en Maldonado y uno aquí en Salto. ¿Cuál sería la razón para elegir estos puntos de concentración para instalar aparatos que diagnostiquen SIBO?

– Aparato para diagnosticar SIBO había antes en Uruguay, lo que hace casi dos años llegó fue el primer aparato para determinar SIBO e IMO, o sea, la determinación de hidrógeno y de metano en el aire espirado. ¿Por qué Salto y Maldonado? Porque son ciudades con una densidad poblacional importante, y además, tienen una virtud. Por ejemplo, Maldonado en el Este y Salto en el Litoral están no lejos de otras grandes ciudades con una masa poblacional muy importante. Entonces, me parece que los colegas que decidieron incorporar los aparatos ahí, lo hicieron con mucha inteligencia y van a cubrir una necesidad real del lugar en donde viven y de sus alrededores.

– ¿Por qué se sostiene que el SIBO podría ser la puerta de entrada a otras patologías?

– Porque a veces los pacientes que tienen SIBO tienen enfermedades predisponentes, como por ejemplo, para mencionar una muy frecuente, la diabetes. Entonces, a partir de allí permite evaluar un paciente en general. Esto no debería ser tan fácil, porque no es un minuto, viene el paciente “como y me hincho”, se hace el estudio del SIBO y luego vemos el resultado. Como todo paciente, se trata de alguien que tiene lo que antes se llamaban trastornos funcionales digestivos y que ahora se rebautizaron como trastornos del eje cerebro intestinal. El segundo cerebro es el intestino, hay un diálogo entre el cerebro y el intestino, se comunican por tres vías diferentes, el sistema nervioso, el sistema inmunológico y el sistema endócrino. Es muy rico ese diálogo, pero cuando comienza a funcionar mal, es como el diálogo entre dos personas, se corta y vienen las peleas, y esto es lo mismo. En este diálogo cerebro intestinal, en esta vía de comunicación hay un personaje, un protagonista que es la microbiota intestinal, que cuando funciona mal, se produce el SIBO, el colon irritable y se pueden producir una cantidad de otras enfermedades a lo largo de la vida.

La salud de la microbiota intestinal depende desde la vida intrauterina, es decir, desde cómo se comporta la madre en la vida intrauterina, de lo que pasa especialmente en los dos primeros años de vida del bebé. Y después también, de un sinnúmero de factores. Entonces, un adecuado interrogatorio del paciente nos permite muchas veces determinar otras enfermedades, porque ningún paciente viene acá con un cartelito que dice tengo tal cosa. Hay que interrogarlo, hay que examinarlo, hay que descartar otras enfermedades, hay que estar seguro que no es celíaco. No es infrecuente que un paciente con estos síntomas puedan ser celíaco o tener otras enfermedades. Así que, como siempre, la vieja medicina es insustituible.

– Una vez diagnosticado el SIBO, ¿cuál es el tratamiento a seguir?

– Principalmente hay que hablar también del tema alimentación. Un aliado imprescindible en la tarea de un gastroenterólogo es una buena nutricionista que se comunique con el médico para saber qué es lo que pretende, cuál es el diagnóstico y que conozca cual es la enfermedad que va a tratar. Habrá que hacer una dieta, para eso habrá que explorar muy bien cuáles son las intolerancias del paciente. En principio, la dieta implica suspender en una primera etapa que va entre 20 y 30 días en forma bastante estricta todo lo que fermenta. Después viene la segunda etapa de la dieta que es la reintroducción, en la cual se van tanteando progresivamente de a una cosa y en porciones crecientes lo que el paciente puede tolerar, y después viene una tercera etapa que es cuando el paciente ya conoció lo que pasó, sabe qué tolera y qué no, va adaptando su dieta a esta tercera etapa, que es la que tiene que mantener. Y además, hay medicamentos que pueden variar de acuerdo al tipo de gas que produzca el paciente predominantemente, pero que son antibióticos.

– Hay un dato estadístico que refiere a que hay un porcentaje elevado de pacientes, más del 40% que recae en el SIBO, y en cierta forma se responsabiliza a situaciones externas, como puede ser el estrés de la persona enferma, ¿es así?

– Hay un trabajo muy bien hecho que demuestra que a los nueve meses del tratamiento, un 46% de los pacientes recayó. Para decirlo en cifras redondas, más o menos la mitad recae al año. Esa es una cifra importante, y eso es porque la microbiota intestinal tiene una condición que se llama resiliencia, que es que trata de volver a su condición anterior. O sea, es muy difícil para el paciente modificar su microbiota para mantenerse con una fermentación menor, y para eso exige adaptarse a una dieta nueva en la cual el paciente observe sus tolerancias y sus intolerancias. Cuando hablamos de intolerancia, por ejemplo, una muy común, la intolerancia a la lactosa, quiere decir que si le ofrezco un vaso de leche y me dice que tiene intolerancia, entonces, ¿cuánto puede ser el vaso? Quizás un poquito de leche tolere o quizás tolere el queso o el yogurt porque no todo es igual, y la cantidad importa.

Entonces, importa lo que uno come, importa la cantidad de lo que uno come, importa qué combina, porque puede decir que ahora no va a tomar leche porque hace un rato comió algo con harina y esa combinación le cae mal. Pero también, las condiciones emocionales, por lo que me puede decir, “sabe que doctor, hoy no porque estoy muy nervioso”. Es decir, todo eso influye porque somos lo que comemos, pero también, como dijo recientemente un excelente nutricionista argentino en una conferencia, también somos lo que come la microbiota. Es importante lo que le damos de comer a nuestra microbiota, y recuerde que su microbiota no es igual a la de nadie más, es algo individual como su huella digital.

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PERFIL DE HENRY COHEN

Casado, tiene dos hijos y dos nietos.

Es del signo de Escorpio.

De chiquito quería ser jugador de basquetbol.

Es hincha de Nacional, de Atenas y de Hebraica Macabi.

¿Alguna asignatura pendiente? Seguir disfrutando de lo bueno que le ha dado la vida.

¿Una comida? El salmón.

¿Un libro? Me suele gustar el libro que estoy leyendo.

¿Un hobby? Dedicarse al arte.

¿Qué música escucha? Variado, pero mucho clásico, como la ópera.

¿Un día de la semana? El sábado.

¿Qué le gusta de la gente? Que sea empática, sincera y leal.

¿Qué no le gusta de la gente? Que sea desleal.

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