¿Por qué estudiar en Salto?

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El domingo pasado presentábamos las opciones de estudios terciarios que brinda nuestra ciudad, no solo para los que acá residen sino para estudiantes del interior de Salto y también para los de otros departamentos.

Hoy fuimos a buscar distintos testimonios de estudiantes que optaron por estudiar en Salto, algunos ya están recibidos y ejerciendo sus respectivas profesiones, otros cursando estudios universitarios, de magisterio y profesorado.

Jóvenes formados en diferentes carreras del Instituto de Alta Especialización (de UTU) comparten sus experiencias

Liliana Castro Automóviles

En nota del pasado domingo, el Prof. Robert Álvez, Director del IAE Salto (Instituto de Alta Especialización) explicaba las distintas carreras terciarias que ofrece esta institución. Ahora, son los propios estudiantes, de diferentes carreras, quienes comparten sus experiencias. Coinciden en las ventajas que brinda este centro y destacan en general a Salto como ciudad de buenas oportunidades de formación.

ANGELINA CARDOZO CURSÓ “TECNICATURA EN ORGANIZACIÓN DE EVENTOS”

Angelina Cardozo Chiesa tiene 41 años, decidió estudiar en Salto “porque es mi ciudad y aproveché la oportunidad de formalizar mi capacitación en el área en que me desempeño desde hace más de 12 años”, por lo tanto lo que cursó es Tecnicatura en Organización de Eventos. Cuando habla del IAE, dice que destaca de esta institución “el apoyo del equipo docente, siempre presente y dispuesto a facilitar conocimientos, gestiones y demás. También las comodidades de la infraestructura que hacen que sea un placer estudiar”. Angelina es de las personas que sin dudarlo recomienda Salto como lugar de estudio, y en ese sentido comenta que “también cursé la Licenciatura en Trabajo Social en Salto y si bien no lo terminé, puedo compartir con algunos compañeros de generación, todas las oportunidades que han tenido y el desarrollo personal-profesional que lograron”. Finalmente dice que tiene como meta “seguir desarrollando mi empresa, disfrutando de lo que amo hacer y profesionalizando el área de Event Planner, específico de Bodas y 15 años, que es un área que merece contar con profesionales competentes y dedicados”.

IGNACIO PISSACO CURSÓ “TECNICATURA EN RECREACIÓN”

Ignacio Pissaco tiene 20 años, nació en Salto el 16 de marzo de 2004. Con familia de origen de Villa Constitución, en esa localidad reside actualmente. Así transcurría la breve conversación mantenida para este informe:

-¿Por qué decidiste estudiar en Salto?

Porque es una ciudad cercana a mi pueblo, y tiene ofertas educativas interesantes.

-Qué carrera cursaste?

Cursé la Tecnicatura en Recreación.

-¿Algo que quisieras destacar del IAE?

Quiero destacar que es un local moderno y agradable. Entre otras cosas cuenta con una sala de computación bien equipada y un anfiteatro de gran tamaño en el cual realizamos la defensa de nuestro proyecto de egreso. Además tuve la oportunidad de obtener una pasantía en el área de Recreación en el Centro de Especialización Hotelera y Gastronómica de UTU en Termas de Guaviyú. Es importante esta pasantía porque nos permite, a los estudiantes de UTU, realizar prácticas en el ámbito profesional y frente a un público diverso.

-¿Recomendarías Salto como lugar de formación?

Sí, claro que lo recomiendo

-¿Por qué?

Porque es una ciudad linda para los estudiantes que, cómo dije anteriormente tiene varias ofertas de formación académica.

-¿Qué planes a futuro tenés?

En el futuro me gustaría estudiar la Licenciatura en Educación Física, una carrera de la misma rama que la Tecnicatura en Recreación.

RODRIGO DA ROSA CURSÓ “TECNICATURA EN ADMINISTRACIÓN”

Rodrigo Da Rosa, salteño, nació el 30 de marzo de 2002. “Decidí estudiar en Salto por la oferta educativa que tiene. Había buscado información sobre las Tecnicaturas que brinda UTU y me llamó la atención la buena salida laboral que tienen; entonces cursé la Tecnicatura en Administración”, comienza contando. Luego comenta que “el IAE Salto te abre las puertas al mercado laboral. Cuando me encontraba estudiando la Tecnicatura en Administración tuve la oportunidad de concursar por una pasantía en la administración del Instituto y actualmente soy pasante allí, pero así como yo, varios compañeros tuvieron la oportunidad de concursar por pasantías y actualmente se encuentran como pasantes en BPS, Ministerio de Viviendas, AFAP…Todos sabemos que este tipo de pasantías tienen un gran valor y preferencias al momento de concursar por un puesto de administrativo en cualquier lugar”. En cuanto a Salto como ciudad para formarse profesionalmente, dice que “lo recomendaría por la gran oferta educativa que tiene y recomendaría el Instituto de Alta Especialización por la gran salida laboral que tiene. Hay empresas que necesitan gente y suelen ir al IAE a pedir que le recomienden alumnos”. Cuenta finalmente: “ahora el principal plan a futuro que tengo es la Tecnicatura de Gestión Humana, poder egresar para complementar con la Tecnicatura de Administración y así tener un mayor conocimiento, que a su vez sumado a la pasantía ya estaría contando con experiencia laboral y no solo con los conocimientos teóricos”.

De escuela y liceo rurales a Magisterio en el IFD

Mercedes Duarte Varese: “Salto es una ciudad que ofrece muchas posibilidades de formación profesional”

Lo que sigue es el testimonio de Mercedes Duarte Varese, quien luego de una formación en escuela y liceo rurales, optó por estudiar Magisterio aquí en la ciudad de Salto. Como lo explicaba su Directora, Silvia Jaureche, en el informe de EL PUEBLO del pasado domingo, el Instituto de Formación Docente (IFD) ofrece dos carreras: Maestro de Primera Infancia (habitualmente conocida como MPI) y Maestro de Educación Primaria (a quienes algunos llaman “de Educación Común”). Al comienzo, Mercedes se inscribió para cursar Maestro de Primera Infancia, pero al ser un curso para un restringido número de cupos y no resultar sorteada, decidió cursar la carrera de Maestro de Educación Primaria. Actualmente está a un paso de obtener el título: solo me resta “la instancia de defensa de la tesis, que va a ser ahora en marzo”, comentó.

Primaria y Secundaria en el ámbito rural

“Tengo 35 años y nací en la ciudad de Salto el 7 de octubre de 1988. Crecí en Pueblo Biassini, a 83,5 km de distancia de la ciudad de Salto por la ruta 31. El pueblito queda en el camino de acceso a la ruta 4. En 1995 empecé primer año de Primaria, en ese tiempo lo que llamaban “jardinera” se dictaba en un pueblo vecino, a 7 km de Biassini, y no era obligatorio, por lo que mamá decidió no mandarme, más que nada porque ella trabajaba en Barras de Sopas y no contábamos con un vehículo para traslado. Ella trabajaba en una estancia, era auxiliar de servicio y mientras ella trabajaba yo pasaba el día aprendiendo a leer y a escribir con Doña Elma, la mamá de su patrona. Recuerdo que ella me regaló un libro de Matemática, y uno de Lectura que se usaban en Primaria, también me regaló otro libro, “Campanita”, con el que aprendí a escribir y leer en cursiva. Debo decir que gracias a su dedicación y a la de mamá que me escribía cuentos, los diseñaba y armaba libros para que yo leyera, entré a primer año muy adelantada, leía y escribía muy bien. De primer a sexto año concurrí a la Escuela Rural N° 33, de Biassini. En el año 2000 hice sexto año y en 2001 comencé primer año de Ciclo Básico en el Liceo Rural de Rincón de Valentín. De primero a sexto los cursé en el mismo liceo. Tomábamos un ómnibus frente al pueblo que nos llevaba hasta el local liceal, como anécdota puedo contar que le pusimos al ómnibus el nombre de “Chupatierra” porque las camisas blancas del uniforme quedaban cubiertas de tierra, cabe destacar que era un vehículo antiguo, no cerraban bien las puertas y ventanas y recorría muchos caminos de tierra trasladando estudiantes”.

¿Por qué decide estudiar Magisterio?

“Porque es un sueño que tengo desde niña. Amaba “jugar a la maestra” y ayudar a mis compañeros con sus tareas. Siempre de niña solía decir que cuando fuera grande sería una maestra. Las puertas de casa eran mis pizarrones, armaba salones en el patio de casa y jugaba con mis vecinitas. Desde 2006 a 2016 fueron años dedicados a mis hijos y años que me ayudaron a madurar sin quitar la mirada de mi meta. En 2019, con mis hijos más o menos grandecitos, decidí, con el apoyo de mi familia, empezar la carrera de Magisterio que después de 5 años, este año recibiré mi tan soñado título.

Salto ofrece muchas posibilidades

“Salto es una ciudad que ofrece muchas posibilidades de formación profesional, por suerte se puede estudiar en Salto sin tener que viajar a otro departamento. Si bien para la gente de campaña hay que relocalizarse en la ciudad, para eso hay opciones como hogares estudiantiles, etc”. En tanto al ser consultada específicamente sobre el Instituto de Formación Docente, reflexiona:

“Primero que todo destacaría la flexibilidad en los horarios, con esto permite a personas que trabajan o que somos padres, poder elegir entre los tres turnos y tener la misma oportunidad de estudiar. La seriedad, compromiso, buena voluntad y familiaridad con la que somos tratados cuando pasamos a ser parte de la institución, eso también debe destacarse”.

Planes a futuro

“Quiero seguir formándome, de hecho un maestro nunca deja de estudiar. Quiero volver a mi “escuelita”, la N°33, pero esta vez a trabajar. Quiero formar parte de ese buen recuerdo de la infancia de muchos, muchos niños”.

Romina Espinosa, estudiante de la Facultad de Psicología

La experiencia de una mamá trabajadora que milita en el sindicalismo y que se decidió a estudiar una carrera universitaria

Romina Espinosa es funcionaria municipal y Presidenta del Plenario Intersindical de Trabajadores de Salto, pero lo que quizás no todos conocían de ella es que es una estudiante avanzada que está por concluir sus estudios en la carrera de Psicología. EL PUEBLO dialogó con Romina para conocer su experiencia.

– ¿Cómo surgió la posibilidad de volver a estudiar y comenzar una carrera en la universidad?

– En realidad, era un pendiente que yo tenía. Nunca me quedé quieta, pasé por varias carreras, arranqué después que terminé el liceo, empecé a hacer profesorado de filosofía, no me gustó. Empecé literatura en Montevideo en el IPA y tampoco me gustó. Después tuve a mis hijos y se me complicó un poco. Cuando volví a Salto hice Administración en la UTU y después hice la Tecnicatura en Administración Pública, pero siempre me había quedado pendiente hacer una carrera universitaria que estaba entre ciencias políticas y psicología. Como no podía volver a Montevideo a estudiar porque tenía a mis hijos, me definí por Psicología, y la verdad que no me arrepiento porque ahí encontré mi vocación.

– Necesitó acompasar el estudio con la familia y el trabajo, ¿cómo logró coordinar y ordenar sus tiempos?

– Sin el apoyo familiar es muy complejo. Ahí tuve la suerte que mientras viví con el padre de mis hijos, él siempre me generó esta posibilidad de poder tener un espacio para estudiar. Él se quedaba con los gurises mientras yo iba a clases, y después con la carrera universitaria mis hijos ya estaban grandes, lo que me generó otra posibilidad. De todas maneras, no es sencillo acompasar las ocho horas de la jornada laboral más las horas que te implica el estudio de una carrera universitaria, que son bastantes horas, mucho trabajo en equipo, fines de semana en los que prácticamente no estaba en mi casa porque estábamos estudiando y haciendo los trabajos finales. Es importantísimo el apoyo de la familia.

– Pero además, imagino que la decisión de retornar a los estudios luego de algún tiempo, no debe haber sido muy fácil de tomar.

– Claro, fue una decisión que tomé habiendo conversado con quien era mi esposo en ese momento, porque también implicaba para él una sobre carga. Yo terminaba mi jornada laboral, de ahí me iba a las clases en la universidad. Pero después tuve la suerte dentro de lo que fue la desgracia de la pandemia, por llamarla de alguna manera, que a mí en cuestiones de estudio me benefició por esto de al tener que pasar a ser virtual las clases, se me generó muchas más posibilidades al estar en mi casa con mis hijos mientras estaba estudiando. El tener que conjugar tiempo, estudios, la familia, el trabajo, es realmente muy complejo.

– ¿Cómo ha sido esta experiencia de retomar los estudios e ir generando su propio camino dentro de la carrera de Psicología?

– Para mí, maravilloso. Sin duda lo vale muchísimo, y que además está esa cuestión de decir que se puede. Es más complejo, sobre todo el retomar los estudios a nivel de la universidad, que no es lo mismo que el liceo. Te exige mucho más tiempo de dedicación, de investigación, de lectura de varios autores sobre un mismo tema; o sea, no quedarte solo con lo que te dan en clases sino también de investigar por afuera. Así que es un montón de horas y horas que hay que meter, que es un sacrificio pero que realmente lo vale. Yo entré en la universidad con esta tesitura de que como ya tenía trabajo, no es que necesitaba recibirme enseguida para salir a trabajar de eso, entonces como que me fui tomando mi tiempo y fui haciendo la carrera un poco más despacio para poder dedicarle tiempo a los hijos y a la familia, que también lo requiere. Es sacrificado, pero para mí es maravilloso, es más, lo volvería a hacer.

– Pero además de todo lo dicho, hay que sumar su trabajo sindical en su propio gremio y también como Presidenta del PIT CNT local. ¿Eso complejizaba aún más todo?

– Sin duda, en los últimos años fueron más difíciles porque además justo en el marco de la pandemia también empezamos con el tema del referéndum por la Ley de Urgente Consideración que me llevó muchísimo tiempo, pero bueno, logré ir acompasando para poder seguir avanzando al punto que ahora ya estoy en el proceso de tesis para terminar.

– ¿Qué consejo o mensaje le daría a todas aquellas personas que estuviesen en una situación como la suya?

– La vida es una sola, y si uno tiene ganas de hacerlo siempre encontrará los espacios, de alguna u otra manera, porque además, hoy la universidad tiene esta flexibilidad de que muchas de las materias son online y no necesitas ir a clases. Está esa satisfacción del fruto de tu esfuerzo, de verlo plasmado en el conocimiento que se adquiere en las experiencias que vivís, más allá del cartoncito final, por llamarlo de alguna manera, todas las realidades que descubrís, que conocés, vuelvo a repetirlo, lo volvería a hacer. Hay que animarse.

De San Javier al CERP del Litoral

Camila Borba Lukianchuk vino a estudiar a Salto por “la necesidad de buscar una formación más allá de los confines de mi localidad” y por “una experiencia de vida más enriquecedora”

Como es sabido, el Centro Regional de Profesores del Litoral, o sea el que tiene su sede en Salto (Cervantes y Florencio Sánchez), recibe a estudiantes de profesorado que provienen de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro. Lo que muchas veces no se tiene en cuenta, es la cantidad de ellos que no vienen de las ciudades capitales sino de las más diversas localidades del interior de esos departamentos. Todos ellos tienen la posibilidad de acceder a importantes becas que contemplan alimentación, hospedaje, etc.

Es el caso de quien entrevistó EL PUEBLO para este informe, la joven Camila Borba Lukianchuk, a quien le resta solo un examen para egresar como Profesora de Idioma Español y con quien así transcurría lo medular del diálogo mantenido:

-¿Nacida dónde?

Nací en Young, departamento de Río Negro, y actualmente resido en Guichón, departamento de Paysandú. Pero mi viaje hacia la realización personal y profesional comenzó en la localidad de San Javier (Río Negro), un lugar hermoso culturalmente, pero con carencias de opciones académicas para mis aspiraciones terciarias…

-¿Y ahí es cuando surge la idea de venir a Salto?

Sí; la decisión de estudiar en Salto surgió no solo de la necesidad de buscar una formación más allá de los confines de mi localidad, sino también de mi aspiración de una experiencia de vida más enriquecedora. Quería salir de mi zona de confort, explorar nuevas oportunidades y desafiarme a mí misma en un entorno diferente al que estaba acostumbrada. Opté por el Profesorado de Idioma Español en el Centro Regional de Profesores del Litoral, una institución que ha experimentado notables avances en los últimos años, con una gran comunidad de profesionales con experiencia y calidad académica. Considero que la enseñanza no solo se trata de impartir conocimientos, sino también de contribuir al crecimiento personal de los estudiantes. La oportunidad de ser parte del proceso mediante el cual los estudiantes descubren sus habilidades y desarrollan su pensamiento crítico es profundamente gratificante para mí, por eso me sumergí durante cuatro años en esta maravillosa carrera.

-El CERP brinda, además de las clases, algunos beneficios que ayudan económicamente a los estudiantes que vienen de otros lados, ¿accediste a ello?

Claro; el apoyo financiero proporcionado por el CERP fue fundamental para lograr mis objetivos. Gracias a una beca integral que cubría alojamiento, alimentación y transporte, pude concentrarme plenamente en mis estudios sin preocupaciones económicas. Esta ayuda no solo allanó mi camino hacia la graduación, sino que también fortaleció mi compromiso con mi desarrollo intelectual y personal.

-¿Si te pregunto por planes a futuro…?

Ahora, como docente en formación, contemplo con entusiasmo las posibilidades que el futuro me depara. Aunque aún no he decidido cuál será mi próximo paso académico, la idea de explorar la psicología como una nueva área de estudio me atrae. Reconozco que la educación es un viaje continuo de descubrimiento y crecimiento, y estoy emocionada por lo que el futuro me depara.

Paulina Gérmino y Gastón Signorelli, egresados de la UDELAR

La experiencia y consejos de dos jóvenes abogados para los nuevos estudiantes universitarios

Paulina Gérmino y Gastón Signorelli son dos jóvenes profesionales que comparten con EL PUEBLO sus experiencias en los tiempos en que fueron estudiantes de la Facultad de Derecho en Salto y transmiten algunos consejos a las nuevas generaciones.

– ¿Cómo vivieron ese pasaje por la universidad al estudiar abogacía?

Gérmino- Al principio no quería estudiar abogacía, quería ser profesora de literatura, pero justo cuando egresé del IPOLL en 2010, la carrera de literatura no estaba más en el CERP, justo ese año no salió, y mi vieja me dijo “no te vas a tomar un año sabático, así que inscríbete a hacer algo”, así que me inscribí para ser abogada. En realidad pensaba estudiar profesorado de literatura y abogacía hacerla de a poco, pero los planes se dieron al revés, y calculo que con los años estudiaré para ser profesora de literatura.

Signorelli- Mi caso es bastante particular porque mis dos viejos son abogados, así que desde chico andaba por el escritorio cuando salía de la escuela, siempre me tiró un poco la abogacía. Los primeros años no estaba muy convencido, arranqué la carrera porque tenía que hacer algo. Fue bastante complicado el pasaje del liceo a la universidad, conocer gente nueva, los profesores son diferentes, vienen estudiantes de todos lados, socializar. Al principio es todo complicado. Así que no comenzás muy convencido a estudiar como cuando la terminás, porque ya estando por 4° me di cuenta que era lo que realmente me gustaba, sobre todo cuando empezaron las partes prácticas de la carrera. Terminé y ahora estoy ejerciendo desde hace 5 años.

– Siempre se habla de la ventaja que tiene la Facultad de Derecho en Salto por la superpoblación que hay en Montevideo, ¿cómo lo vivieron ustedes?

Gérmino- Por una cuestión de cercanía, yo vivía a 5 cuadras de la Facultad, por lo que me resultaba súper práctico. Cuando empezamos 1° año éramos como 130 y de mi generación terminamos la carrera creo que 20. Es impresionante la cantidad de gente que desertó después del 2° año, sobre todo cuando das Obligaciones, que la mayoría perdía. Por otro lado, si bien la UDELAR anexó casas al aumentar la oferta de las carreras universitarias, no había un acompañamiento en cuanto al tema de las aulas. El edificio central de la UDELAR tiene muy pocos salones en comparación con la cantidad de gente que cursa, además que somos una sede que no solo recibe la carrera de Derecho sino también Agronomía, Veterinaria, Enfermería, Arquitectura, Ciencias Sociales, o sea, hay cantidad de carreras que se pueden cursar o por lo menos iniciar. La falta de salones lo vi a lo último, salvo eso, siempre me gustó tener contacto con estudiantes de otras carreras, la Regional te da una diversidad que no pasa en Montevideo, porque allá cada edificio es de una carrera sola.

– ¿Qué mensaje darían a las nuevas generaciones que están iniciando sus estudios?

Signorelli- Posiblemente lo que les ha pasado a todos los estudiantes, como nos ha pasado a Paulina y a mí, y al resto de los egresados, al principio los que no son de acá se van a querer volver, y los que son de acá van a querer cambiar de carrera, porque como dije, el cambio del liceo a la Facultad es muy grande y no es gradual como capaz debería ser. Cambian muchas cosas, son muchos estudiantes, te separás de tus amigos que hiciste en el liceo, estás casi solo, los profesores son mucho más exigentes. Calculo que si pasás 1° estás salvado porque después todo empieza a mejorar porque lográs hacer grupos y amigos nuevos, te relacionás con gente de otras carreras, vivís la vida universitaria. El consejo que les podría dar es que traten de aguantar lo máximo posible ese primer tramo, que es el más complicado.

Gérmino- Les diría que no se tomen las cosas tan a pecho. Me acuerdo que cuando recién empecé estaba bastante asustada porque era un mundo nuevo, imagínate que venía de un colegio católico privado, fui al SAFA como Gastón, y como que uno en el colegio privado está más contenido. En el IPOLL tenía compañeros del colegio, entonces como que no noté tanto el cambio tan drástico. Pero cuando pasás a la Facultad, si no estudiás ni te levantás a la hora que tenés que estudiar o ir a clases, nadie va a andar detrás de ti, los profesores no te van a andar diciendo lo que tenés que hacer. En realidad, tenés que ser más autónomo en la universidad, y si no te lo tomás en serio, te pasa el agua por arriba porque los profesores no te esperan. El profesor que viene de Montevideo viene una vez o dos a la semana como mucho, da la clase y se retira. En Montevideo tenés la opción que como son 20 profesores de una misma materia, podés elegir con el que querés cursar, pero en Salto no tenés esa opción. O sea, o te llevás bien con el profesor que viene o te llevás bien con el profesor que viene (risas), porque si no, no funciona la cosa.

El mayor consejo que le puedo dar a un estudiante nuevo de esta carrera es que no quede estructurado sino que tienen que acoplarse a cómo el profesor da la clase y tratar de ser flexibles en ese aspecto. La transición a la Facultad debería verse antes, en el liceo, como una materia o un cursillo que vaya preparando a los futuros estudiantes universitarios con los cambios con los que se van a encontrar en la Facultad.

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