“Basura con historia”: Rescataron de una volqueta una colección de 5 mil fotografías del siglo XIX y principios del XX
Hemos visto en escuelas y en otras tantas actividades la presencia del Museo Itinerante, pero ¿de qué se trata? Conversamos con Pablo Villaverde, cara visible de esta “herramienta”, como la llama él, que sirve para contar historias.
1. ¿Qué es el Museo Itinerante?
– El Museo Itinerante, primero que nada, nació como una herramienta que generamos para nosotros mismos por la necesidad de seguir formándonos en algo que nos metimos que es la gestión y conservación de la fotografía patrimonial. El desaparecido profesor Mauro Alvez da Silva, Edison Tábano como se conocía en redes sociales, nos invitó una vez a un taller sobre conservación, manipulación y gestión de fotografías, del Centro de Fotografía de Montevideo que venía a Salto por unos días. Nos causó curiosidad y fuimos. Ellos traían lo que se llama una colección de estudio, que eran fotografías en diferentes formatos, procesos, soportes. Nos mostraron cómo se manipula, cómo se gestiona, cómo se escanea, pero cuando ellos se fueron se llevaron ese material, más allá que volvían al año siguiente. Pero si nosotros queríamos seguir ampliando nuestro conocimiento sobre ese tema nos quedábamos sin material. Entonces nos dijimos, que si queríamos seguir empapándonos sobre esta temática, íbamos a necesitar nuestra propia colección de estudio. Fuimos adquiriendo materiales que luego de usarlos nos surgió otra pregunta, qué íbamos a hacer con él porque no le encontrábamos sentido que quedara guardado en casa. Ahí inventamos el Museo, y como ya veníamos circulando en Primaria con talleres de cine y audiovisuales, lo encaramos como una herramienta educativa para contar la historia. Con el tiempo se independizó de esos talleres para convertirse en lo que es hoy el Museo Itinerante.
2. ¿Pero tú vienes de la comunicación?
– Sí, te podría decir que nuestras primeras armas laborales fue en la comunicación, comenzando como telefonista en una radio los viernes a la noche, cuando todavía no existía el celular. Luego seguimos como gurí de los mandados, algunos días como panelista hablando de algún tema en boga, también hicimos de mobileros, seguimos como operador de radio, como conductor. Pero hoy estoy más en los audiovisuales.
3. ¿Cómo es eso?
– Si bien no relegamos la radio, a partir de 2012 nos vinculamos al sector audiovisual educativo. Primero con el “Corte en Aulas”, que era un festival de cine de Primaria que se hizo durante siete años en Salto con más de mil gurises al año como público. Gracias a ese festival nos vinculamos al Nox (Film Fest), que en 2025 cumple 10 años. Estuvimos también vinculados al Macacus Cine, que es un festival de cine que ya lleva 16 años en Rio de Janeiro. Y en Salto hemos recorrido las escuelas dando clases de fotografía, de cámara, de edición, de teatro.
4. Compartimos un año en el CERP estudiando profesorado de Historia, no sé si tu pasión por la historia te llevó al museo o el museo te llevó a la historia, ¿cómo fue?
– Siempre nos gustó leer, desde gurí. Mis primeras lecturas fueron los libros de Julio Verne, el primer libro que leí fue “De la Tierra a la Luna”, y el segundo fue “Testamento de un excéntrico”. Empecé leyendo ciencia ficción, pero en casa siempre se compraba el diario, y siempre he leído allí sobre la historia salteña, porque siempre viene algún artículo sobre eso. Es por ahí que entré a la historia local, siempre me interesó saber por qué Salto, de cuándo Salto, quiénes han sido las personalidades que nacieron o que vinieron acá, el puerto. Esos temas me fueron llevando. Comencé a coleccionar artículos de los diarios en papel de los que hablan sobre la historia salteña, primero como hobby y luego se convirtió en estudiar profesorado, y ahí la vamos llevando.
5. Como lo indica su propio nombre, el Museo se mueve, lo hemos visto en escuelas, en exposiciones en varios lugares, ¿cómo es su recorrido?
– Es itinerante porque no tiene un espacio físico sino que es un museo que se mueve. No tenemos una ruta establecida, lo que están establecidos son los contactos, ya que venimos de dar talleres en las escuelas tanto de la ciudad como del interior, y cuando presentamos a los maestros y directores la idea de crear el Museo Itinerante, ya quedó establecido que cuando tengamos un evento o un proyecto anual como el que tienen las escuelas, que un año es sobre la familia, otro sobre los derechos humanos, y si ven que en alguna de estas propuestas el Museo encaja, ahí estaremos. Por ejemplo, nos preguntaron si podías armar una exposición sobre la familia, y con el material que tenemos podemos armar una línea del tiempo con fotografías para que se vea cómo se vestía la familia, cómo paseaban a fines del siglo 19, a principios y mediados del siglo 20 y llevamos el material para que salir de lo meramente teórico. Otra cosa que pasa con el museo, es que está prohibido no tocar. O sea, cada objeto que está en el museo pasa por la mano de todos los niños cuando hacemos la exposición.
6. ¿Cómo adquieren todo el material que tienen en el museo?
– Adquirimos por diferentes modalidades. Pero contextualicemos, porque de pronto se ve una foto de nuestra colección en las redes y no es solo eso, hay mucho trabajo de investigación detrás, digitalizarla, luego de todo eso recién se puede publicar. El 99,9% de las colecciones que maneja el Museo, que hoy son más de 150 colecciones, son adquiridas por donación desde diferentes partes de Uruguay. Hace unos días recibimos de Fray Marcos unos diarios muy interesantes, y fósiles desde Colonia. No nos sentimos los propietarios sino los curadores de todo lo que tenemos, el propietario sería el pueblo salteño.
7. He visto alguna publicación tuya en las redes molesto por el uso indebido de material del museo. ¿Se han apropiado en forma indebida de material de ustedes?
– Sí, en el formato digital. Lo que me enoja es que la gente ve esas publicaciones pero no sabe todo el trabajo que le hemos puesto detrás. Por ejemplo, manejamos la colección Murguía, que es medio millón de negativos. Hemos tenido que comprar en Estados Unidos escáneres específicos para poder digitalizarla, restaurar en algunos casos, y que venga otra gente no para replicar, porque si fuera solo eso estaría bien porque se difunde, pero que se tome la molestia de borrar nuestra marca de agua y que lo publique como propio, eso molesta. Además, tampoco podemos tomar medidas legales, porque todo lo que se publica en las redes pasa a ser de dominio público, pero al menos por decencia que se reconozca el trabajo que hemos hecho.
8. ¿No estás solo en este trabajo?
– En las presentaciones casi siempre aparezco solo yo, pero tengo algunos colaboradores que cuando pueden, están, porque no podemos pagarlo, porque algo que no dijimos aún es que el Museo Itinerante es sin fines de lucro.
9. ¿Qué recibís de la gente cuando ves que se detiene a ver la muestra y valora el trabajo que han hecho en el Museo Itinerante?
– Y te dan ganas de seguir, si no tuviera esa devolución y la gente fuera totalmente fría en la recepción de ese material o de las historias que hay detrás, tendría que dejar de hacerlo. Te cuento una anécdota. Hará dos años con un amigo andábamos caminando por la noche salteña y una volqueta que estaba en la puerta de Recolección, hasta la mitad estaba llena de fotos. Desde entonces no me da pena decirlo que desde ese momento empecé a buscar adentro de cada volqueta, arqueología urbana le digo. Metí a mi compañero que es más flaquito adentro de la volqueta, empezamos a cargar mochilas y bolsas, nos ayudaron los funcionarios de Recolección porque al final cargamos para casa cerca de 5 mil fotos en diferentes formatos, en negativos, diapositivas, fotos del 1800 y pico. Empecé a seleccionarlas y las empecé a publicar en Facebook. Ahí había fotos de una quinceañera en el Club Uruguay, resulta que había sido Inspectora de Primaria, a quien conocimos en el “Corte en Aulas” que te mencioné, y cuando nos reencontramos en Casa Quiroga que yo tenía una exposición, hubo abrazos, lágrimas, mucha emoción porque entre esas fotos había una persona cuyos hijos y nietos no tenían una foto de él, entonces más lágrimas, más abrazos. Eso llevó a que devolviéramos más de la mitad de esas imágenes porque habían sido tiradas por error en una mudanza.
10. ¿Así que el título de la nota podría ser el rescate de la historia?
– Escribo columnas en Facebook y en algún portal cada tanto, prefiero llamarlo basura con historia, porque si no es de casualidad que paso y rescato ese material, hubiera terminado en el vertedero. Pero para el 2027, que es cuando se cumplen los 10 años del Museo Itinerante, queremos llegar a la personería jurídica. Por otro lado, si a la gente le interesa colaborar con el proyecto y tiene en su casa alguna cámara antigua, algún objeto con historia, estamos abiertos a recibir esas donaciones como forma de seguir enriqueciendo las muestras.
