Con 76 años y afectado por Parkinson, Ozzy Osbourne cerró su carrera en vivo junto a la formación original de Black Sabbath, ante miles de fanáticos y una audiencia global por streaming.

El pasado sábado 5 de julio, el estadio Villa Park de Birmingham fue testigo de un momento que quedará grabado en la historia del rock: el concierto de despedida de Ozzy Osbourne junto a la formación original de Black Sabbath. Con 76 años y afectado por el Parkinson, Ozzy eligió su ciudad natal para poner punto final a su carrera en vivo, acompañado por sus compañeros de ruta de toda la vida: Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward.
La jornada fue concebida no solo como un espectáculo musical, sino como una celebración cultural y benéfica que reunió a lo más destacado del heavy metal y el rock mundial. Bajo el nombre “Back to the Beginning” (“De vuelta al comienzo”), el evento ofreció un recorrido emocional por más de cinco décadas de historia del género.
Una constelación de estrellas
La lista de artistas que participó fue sencillamente descomunal. Además de contar con su propia banda solista —Zakk Wylde, Mike Inez, Adam Wakeman y Tommy Clufetos—, Ozzy fue acompañado en el escenario por los miembros originales de Black Sabbath, reviviendo así la alineación histórica del grupo.
También se sumaron al evento figuras de renombre como Steven Tyler, Ronnie Wood, David Ellefson, Tom Morello (quien además fue director musical del evento), Chad Smith y Jason Momoa, este último como maestro de ceremonias.
El concierto incluyó la actuación de bandas legendarias como Metallica, Guns N’ Roses, Pantera, Slayer, Tool, Alice in Chains, Anthrax, Mastodon, Lamb of God, Gojira, Halestorm y muchas más. Se formaron también supergrupos efímeros, integrados por íconos como Billy Corgan, Jake E. Lee, Nuno Bettencourt, K.K. Downing, Slash y Lzzy Hale, que se unieron en el escenario para rendir homenaje a los pioneros del metal.
Clásicos eternos: el repertorio
La primera parte del espectáculo estuvo dedicada a los éxitos de Ozzy en solitario. Interpretó cinco temas emblemáticos: “I Don’t Know”, “Mr. Crowley”, “Suicide Solution”, “Crazy Train” y la balada “Mama, I’m Coming Home”. Ozzy cantó desde un trono negro, visiblemente emocionado.
Luego, se unieron Iommi, Butler y Ward para revivir la esencia Sabbath con una selección potente: “War Pigs”, “Iron Man”, “N.I.B.” y “Paranoid”, tema con el que cerraron la noche. El propio Ozzy definió este repertorio como “las canciones que me hicieron quien soy”.
Más de dos millones de almas presentes
Villa Park fue colmado por unas 40.000 personas, quienes asistieron desde temprano a una jornada maratónica que comenzó a las 13:00 y se extendió por casi diez horas. Pero el impacto global del concierto fue aún mayor: la transmisión en vivo alcanzó un pico de 5,8 millones de espectadores conectados simultáneamente. Además, se vendieron accesos digitales con contenido exclusivo, generando una verdadera comunión global de fanáticos.
Los ingresos del evento fueron destinados íntegramente a causas benéficas. Las organizaciones beneficiadas fueron Cure Parkinson’s, el Birmingham Children’s Hospital y Acorn Children’s Hospice. La esposa de Ozzy, Sharon Osbourne, había asegurado que el propósito del concierto era despedirse con dignidad y solidaridad.
Testimonios, emociones y un cierre a la altura
La noche estuvo llena de momentos memorables. Al concluir su repertorio en solitario, Ozzy agradeció al público con la voz quebrada: “No tenéis ni idea de cómo me siento. Gracias desde el fondo de mi corazón”. La ovación fue unánime.
Durante la presentación final con Black Sabbath, los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Birmingham mientras la banda saludaba por última vez. Entre la audiencia, la emoción era visible. Algunos fanáticos lloraron, otros alzaron pancartas en homenaje a Ozzy, y muchos confesaron sentirse “parte de la historia”.
Un fanático londinense relató que vendió su auto para poder asistir. “Cuando pasé momentos difíciles, sus canciones me ayudaron. Valió cada centavo”, dijo conmovido. También hubo homenajes proyectados en pantallas gigantes, con mensajes enviados por celebridades como Jack Black, Dolly Parton y Ricky Gervais.
Un final con peso histórico
Desde su formación en 1968, Black Sabbath definió las bases del heavy metal. Casi seis décadas después, cerraron el ciclo donde todo comenzó. El concierto de Birmingham no solo fue la última presentación de Ozzy, sino también la despedida definitiva de los fundadores de Sabbath en conjunto, quienes no tocaban los cuatro juntos desde 2005.
La ciudad entera se vistió de negro para recibirlos. Las autoridades locales les otorgaron la “Freedom of the City” como reconocimiento a su influencia cultural. La prensa internacional calificó el evento como un “Live Aid del metal”, una despedida épica para una banda que transformó el rock y dio voz a generaciones enteras.
Ozzy Osbourne confirmó que no habrá más shows: “No había mejor lugar para despedirme que en casa”, dijo. Y así, entre lágrimas, riffs inmortales y un público entregado, se despidieron los inventores del heavy metal, dejando un legado imborrable en la historia de la música.