Niño…Niño, que vienes al mundo, a cambiar nuestras vidas. Traes tu hermosura, tu inocencia, tu paz, tus risas, tus juegos. Portas la mayor sabiduría, al desconocer la maldad. Transmites amor y alegría, en esas carcajadas genuinas, llenas de simpatía. Dormido irradias paz…y en esa sonrisa cómplice al soñar, me permites imaginar tu mundo, de juguetes, colores y seres alados, que te protegen y vienen a jugar.
Niño, tú portas, la más pura inocencia que en esta vida se puede encontrar.
Lástima que la vida misma, cuando creces, te hace cambiar.
Ay, si pudiera, haría un laberinto, con tus juegos, tus risas, tu paz, tu alegría, tu amor y tu bondad….para quedar atrapada, y ver tu hermosa niñez reflejada en ese laberinto, del más puro cristal.
Mtra. Mónica Mengui de Gabrielli