«¿Viste cuando esos tipos que son parte de la vida y se hacen querer siempre y en todos lados en que están?….Y bueno, el «Cuchillo» era de esos tipos. Como jugador, como Director Técnico, pero sobre todo como hombre de fútbol. Como hombre en la vida. Hombre para ser noble, pa´ pelearse por los amigos, para que entiendan que la amistad no es cosa fulera y es posible. El «Cuchillo» demostró en vida que se puede tener muchos amigos. Pero para eso hay que ser lo que él fue: un tipazo en serio. De esos que vienen cada tanto. O no vienen. ¿Se entiende?»
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Es una mezcla de conceptos. Desde algunos de esos tantos que fueron calibrando a NELSON JOSÉ QUEVEDO. El «Cuchillo» del viejo Hindú allá por los años 70, después el pase a Montevideo.
Pasó por varios equipos. Siempre solía hablar de Wanderers. Ahí conoció a Enzo Francéscoli, «porque junto a su padre me abrió las puertas de su casa».
El Wanderers en que también jugaba un salteño como Alcides «Zanahoria» Fagúndez, además de Jorge «Chifle» Barrios, Luis Alberto «Beto» Acosta, Daniel Carreño, Roberto Roo, Raúl Esnal, Celso Otero….
Para «Cuchillo», ese Wanderers «tenía un montón de cosas a favor y en la cancha metía miedo, por la personalidad. De cada equipo en que uno juega se va quedando con lo mejor. Yo elijo el buen recuerdo».
DESDE EL PASO DEL BOTE…
Unas semanas atrás en Montevideo, cuando Nelson venía decreciendo en su salud. Se le habían planteado complicaciones severas. Peleó hasta donde pudo, sin que faltara la entrega de siempre.
La vida que se apagó y los rescates que pasaron a no faltar,
Los amigos del fútbol y de tanos quehaceres humanos.
Desde su gente aquí y desde tantos en Montevideo y en el exterior, mientras «Nostálgicos del Fútbol», el ámbito creado por Nelson Marcenaro para tender una mano a los excrack en situaciones comprometidas en el plano de la salud y el económico, igualmente evocó «a un amigo como «Cuchillo», que nunca dejó de ser parte de nosotros».
El mismo «Cuchillo» que se recostaba en ese ayer memorioso, con el Paso del Bote bien en las entrañas del sentimiento.
«Soy un hijo de ese barrio y me siento hermano de tantos, con los que me une ese afecto. A ese tipo de afecto no lo cambio. Porque ahí estarán siempre las imágenes de mi viejo, de mis hermanos, de los que fueron parte de una familia que no dejó de sentirse unida, por más que algunos tomamos otros rumbos, pero nunca dejamos de volver».
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Unos dos meses atrás, Nelson llegó a Salto junto a Hugo. Fue un reencuentro ampliado, con la familia detrás. Lo de Hugo es conocido, por estos últimos años en el fútbol de Emiratos Árabes, y la condición de entrenador de goleros, parte misma de su encendida pasión.
¿Cómo no otorgar razón humana, cuando la vida no deja de hermanar?
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Nelson José Quevedo. «Cuchillo».
El corazón de esos tantos afectos.
¿Y la verdad?….de tantos afectos que fueron.
Y de tantos afectos que son.
Plenamente. Eternamente….
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
