El Plenario Departamental del Frente Amplio desestimó la solicitud del Ejecutivo por considerarla «improvisada» y carente de sustento técnico. Dicen que el la propuesta para el crédito carece de seriedad y solidez técnica.
La decisión sacudió el tablero político local en las últimas horas. Tras un mes de intensas negociaciones y análisis de documentos, el Frente Amplio (FA) resolvió no acompañar la solicitud de financiamiento anunciada por la Intendencia de Salto. En el programa Ver Para Creer de Canal 5 de Cable Visión Salto, Gustavo Chiriff, integrante de la Mesa Política y exsecretario general de la comuna, explicó los pormenores de una votación que, aunque no fue unánime, resultó con mayoritario en su rechazo a la gestión del actual Ejecutivo.
El dirigente detalló que el proceso involucró a todos los sectores y bases del partido. Se realizaron múltiples reuniones en una mesa ampliada para estudiar la viabilidad del nuevo “endeudamiento”. La conclusión fue que la propuesta carece de seriedad y solidez técnica. Según Chiriff, incluso quienes plantearon estrategias distintas dentro del Plenario coincidieron en no votar el documento tal como llegó.
Números que no cierran
Uno de los puntos más críticos que señaló el exjerarca refirió a las profundas contradicciones financieras del proyecto. El Ejecutivo planteó un pasivo de 1.900 millones de pesos, cifra que engloba deudas como las OPI (Obligaciones Presupuestales Impagas), convenios, el BROU y el Fideicomiso Daymán. Sin embargo, Chiriff advirtió sobre una incongruencia matemática: ese monto representa el 85% del dinero solicitado, pero la Intendencia afirmó que solo usaría el 40% para pagar deudas.
Esta danza de números generó desconfianza inmediata en la fuerza política. No quedó claro si se pagará o no el Fideicomiso Daymán, un punto vital para sanear las cuentas. Chiriff subrayó que, aunque el Ejecutivo contabilizó ese pasivo, la redacción del documento dejó abiertas demasiadas dudas sobre el destino real de los fondos.
Otro error técnico apareció en las proyecciones de inflación. Mientras que para estimar ingresos usaron el 4,5% proyectado por el Banco Central, para ajustar gastos tomaron un 5,4% sin justificación alguna. ¿De dónde sale eso?, se preguntó el entrevistado, evidenciando la falta de rigor en la elaboración del informe.
Un plan de obras fantasma
La promesa de inversión en infraestructura tampoco convenció a la dirigencia frenteamplista. El documento oficial destinaba un 55% del crédito a obras, pero sin especificar cuáles. Se mencionaron generalidades como arreglos de calles o mejoras en alumbrado, tareas que corresponden al mantenimiento básico y no requieren deuda extraordinaria.
Chiriff calificó la propuesta de vaga, escueta y carente de planificación real. La improvisación quedó al descubierto cuando, en reuniones posteriores, aparecieron «mágicamente» proyectos no escritos como un polideportivo o mejoras en el vertedero. Eso no está en la propuesta que enviaron, sentenció, marcando la diferencia entre los anuncios mediáticos y el documento.
Además, el dirigente recordó que muchas de las avenidas prometidas ahora ya estaban planificadas y presupuestadas anteriormente mediante el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI). Esto reforzó la idea de que no existe un verdadero proyecto de desarrollo, sino un intento desesperado por conseguir liquidez sin un destino claro.
El riesgo de colapso financiero
La preocupación central del FA radica en el impacto futuro sobre las arcas departamentales. Aprobar esta línea de crédito implicaría hipotecar el futuro de Salto por veinte años. Chiriff calculó que sumar la cuota de este nuevo préstamo a la del Fideicomiso Daymán (en caso de que no se pretenda cancelar el fideicomiso) generaría una obligación anual de casi 500 millones de pesos durante los próximos seis años.
Esta carga financiera resulta insostenible y podría poner en riesgo el pago de salarios. Si la Intendencia ya tuvo dificultades con una cuota de 240 millones, duplicar esa exigencia sería peligrosísimo y podría dejar a la administración desfinanciada. El análisis técnico indicó que cancelar el Fideicomiso Daymán consumiría el 60% de los recursos, borrando el margen operativo prometido.
Chiriff desmanteló el argumento de la «necesidad urgente«. Explicó que con los ahorros por ceses de contratos y el aumento de partidas del FDI, hay recursos suficientes sin endeudarse. La Intendencia recibe fondos frescos constantemente y goza de estabilidad financiera, por lo que este crédito no tiene justificación en la realidad económica actual.
Diferencias con el 2015
El exsecretario general rechazó las comparaciones con el Fideicomiso Daymán aprobado en 2015. En aquel entonces, la Intendencia estaba quebrada: no pagaba sueldos, ni a proveedores, ni a entes estatales. Aquella fue una medida de salvataje ante una crisis real, donde la viabilidad del gobierno estaba en juego.
Hoy la situación es totalmente distinta. Los ingresos de la comuna crecieron un 4% real en los últimos cuatro años y no existe una emergencia que justifique tal nivel de endeudamiento. Para el FA, aprobar esto sería una irresponsabilidad política que comprometería a futuras administraciones sin necesidad alguna.
Asunto político y disciplina
La resolución adoptada por el Plenario no es una sugerencia, sino un mandato. El tema fue declarado asunto político, lo que obliga a todos los ediles del Frente Amplio a acatar la decisión. Chiriff fue claro: Si el Plenario definió esto, tenemos que acatar.
Esta declaración busca cerrar filas ante especulaciones sobre posibles votos «rebeldes» en la Junta. La fuerza política entendió que el documento presentado es un instrumento incompleto y una propuesta discrecional que no se puede avalar responsablemente.
Exigencia del Presupuesto Quinquenal
Finalmente, la resolución del FA marcó la cancha para el futuro inmediato. En lugar de pedir préstamos a ciegas, se exigió al Ejecutivo la presentación inmediata del Presupuesto Quinquenal. El partido entiende que ese es el ámbito real para discutir inversiones y prioridades.
Chiriff concluyó que el documento de crédito era pobrísimo y no cumplía con los estándares mínimos de un fideicomiso, ni de obra ni de administración. Sin un cronograma, objetivos claros ni presupuesto detallado, nada aseguraba que las obras se realizaran, transformando el crédito en un cheque en blanco que el Frente Amplio se niega a firmar.
Contextualización
La Intendencia de Salto remitió a la Junta Departamental una solicitud para contraer una nueva línea de crédito a largo plazo (20 años). El objetivo declarado era reestructurar pasivos y financiar obras de infraestructura. Sin embargo, la propuesta generó resistencia inmediata en la oposición y, fundamentalmente, en la interna de su propio partido, el Frente Amplio. La Mesa Política y el Plenario Departamental analizaron la documentación técnica y concluyeron que la información era insuficiente, inconsistente y financieramente riesgosa. Esta negativa del FA bloquea virtualmente la aprobación del préstamo, ya que se requieren mayorías especiales en la Junta que el oficialismo no puede alcanzar solo con los votos de su propia bancada.
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