Atemporal
En la Playa del Reloj Roto el tiempo se mueve sin sentido, no funciona su faro porque el ciclo de su giro no es periódico, el oleaje comienza antes que el viento sople y el sol se esconde antes del atardecer.
Fue ahí donde encontré hace mucho, entre rastros de arena y vidrios recién rotos por las rocas, el papel mojado con un escrito que marcó mi vida: “vive sin tiempo, sé eterno”.
Recién hoy, otra vez en este lugar, lanzo al agua el mensaje en esta botella que todavía no se romperá sino hasta dentro de veinte años atrás.
Anti-horario
Tengo un antiguo reloj que se estropeó y no hay mecanismo capaz de poder solucionar su problema. El tiempo, en él, corre al revés.
No sirve para dar las horas ya que sólo va hacia atrás.
Tampoco pretendo arreglarlo, me resulta curioso poder entender su nuevo funcionamiento, me invita a crear nuevos mundos en mi cabeza en donde los ancianos rejuvenecen y las mariposas se convierten en orugas.
Paso las horas mirándolo, imaginando fantasías, mientras un hilo de arena parte desde abajo y después de un extraño giro antihorario asciende hacia la parte superior.
Juan Pablo Nickleson
