Agosto es el octavo mes del año en el calendario gregoriano. En el hemisferio sur, marca el final del invierno y el inicio de la primavera, una época en la que la naturaleza comienza a despertarse y florecer. Aunque el clima no es tan extremo como el verano del hemisferio norte, agosto es un mes de transición y preparación. Pero, más allá de sus características estacionales, este mes tiene un nombre cargado de historia y significado. ¿Sabes por qué agosto lleva este nombre? Exploremos la historia detrás de este mes y la figura de Octavio Augusto, en cuyo honor fue nombrado.
La figura de Octavio Augusto y el origen del nombre de agosto
El emperador César Augusto, conocido originalmente como Cayo Octavio Turino, fue una figura central en la transformación de Roma de una república a un imperio. Nacido en el año 63 aC, Octavio era sobrino nieto y el hijo adoptivo de Julio César. Tras el asesinato de César en el 44 aC, Octavio emergió como uno de los líderes clave en la lucha por el poder que siguió. A través de una combinación de astucia política, alianzas estratégicas y un carisma indudable, Octavio consolidó su poder y se convirtió en el primer emperador.
En el año 27 aC, el Senado romano otorgó a Octavio el título de «Augusto», que significa «el venerado» o «el sublime», marcando el inicio del Imperio Romano y su nuevo estatus como emperador. Augusto implementó una serie de reformas políticas, económicas y sociales que trajeron estabilidad a Roma después de años de guerra civil. Bajo su liderazgo, el imperio experimentó un período de relativa paz y prosperidad conocido como la «Pax Romana».
El nombramiento de agosto
El mes de agosto fue originalmente conocido como «Sextilis» en el calendario romano, ya que era el sexto mes del antiguo calendario romano. Sin embargo, en el año 8 aC, el Senado romano decidió renombrar el mes en honor a Augusto. Esta decisión no fue simplemente un homenaje a un líder amado; reflejaba los logros significativos de Augusto durante esos meses. Bajo su gobierno, se lograron importantes victorias militares y se realizaron celebraciones y festividades que consolidaron su poder y prestigio.
Renombrar el mes de Sextilis a Augustus fue también un acto simbólico que ayudó a establecer y perpetuar el legado de Augusto en la historia romana. Este gesto colocó a Augusto en un pedestal similar al de Julio César, quien había dado su nombre al mes anterior, julio. Así, la influencia de Augusto no solo transformó el paisaje político de Roma, sino que también dejó una marca indeleble en su calendario.
