El tratamiento de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) es un tema tan interesante como escabroso, pues de acuerdo a estudios de equipos multidisciplinarios, con años de experiencia e investigación en la materia, es una acción que para lograr efectos positivos, se requiere seguir una campaña sostenida de años de labor específica a varias puntas, que tiene que ver con la metodología de trabajo y educación.
Existen varias modalidades de clasificación; entre ellas, clasificar los residuos en origen, es decir, en los domicilios.
Clasificar parcialmente y de forma mecanizada los residuos en el depósito – denominado vertedero – y luego practicar algún sistema con los restantes (los no clasificados) o clasificar manualmente.
Practicar el relleno sanitario o el vertedero sin clasificar.
Incinerar los residuos en forma genérica en el lugar de recepción.
En Salto se deben estar produciendo unas 50 toneladas/día de RSU.
Hay que clasificar el 100% de esta cantidad o de lo contrario sería un sistema mixto, de clasificado manual y vertedero ya que la porción no clasificada debe enterrarse igualmente.
El aspecto de seguridad industrial e higiene de los operadores son altamente complejos por la propia naturaleza de la tarea.
La rentabilidad de este sistema es muy bajo ya que el mismo depende de la rapidez y la efectividad del clasificado, aspectos que quedan sometidos a la naturaleza manual de la operación, y por lo tanto a su lentitud y desprolijidad. Por otro lado lo clasificado sale en general sucio, los plásticos, vidrios, metales, en general poseen una contaminación importante de elementos orgánicos y áridos que, a la larga, rebajan el valor de mercado del elemento segregado. Esto redunda en que la calidad de vida del hurgador no cambia con este sistema, pero deben trabajar más hurgadores, con lo que se estaría “multiplicando la pobreza” de este segmento.
CLASIFICAR LOS RESIDUOS EN ORIGEN
Para tener éxito en esta acción es necesario llevar a cabo una campaña sostenida de al menos 20 años de educación, para llegar a tener una primera generación adiestrada a tal práctica, de lo contrario, el funcionamiento sería relativo.
Existe la experiencia europea que por su éxito lo prueba, y las muchas otras experiencias fracasadas que lo reafirman.
Requiere una infraestructura acorde, camiones, contenedores, lugares de depósito, personal, todo adaptado para retirar los residuos clasificados de los domicilios, transportarlos, y depositarlos para su posterior tratamiento de forma ordenada.
Ejemplo, un camión que retira residuos orgánicos (mayor proporción del RSU común, rondando el 40%) difícilmente pueda recolectar los vidrios y metales, o plásticos, papel y cartón, ya que requeriría de compartimentos separados y son clases de residuos de proporciones (volumen y peso) muy diferentes comparativamente con los orgánicos.
Así que se estaría necesitando al menos dos tipos de camiones; éste requeriría de tantos compartimientos separados para tantas clases de residuos se recolecte.
Aquí tenemos un aumento análisis simple pero claro de los costos de flota, mantenimiento, combustibles y personal capacitado.
Por lo tanto, la clasificación en origen es, notoriamente más costosa que el sistema actual de recolección y manejo.
Su viabilidad económica depende entonces del rédito que se obtenga del residuo clasificado.
De lo contrario solo sería un aumento del costo del estado para los contribuyentes.
Además este paso eliminaría la fuente de sustento de los hurgadores, de quienes seguramente debería hacerse cargo el estado, aumentando la carga también en ese aspecto.
CLASIFICACIÓN PARCIAL
Clasificar parcialmente en el lugar de recepción, de forma mecanizada, para ser exitosa requiere:
La viabilidad económica del uso de la fracción clasificada.
Por ser una clasificación parcial, es de suponer que la parte segregada reviste algún interés estratégico, ya sea económico u operativo.
Por ejemplo, para extraer el 8% de vidrios y el 6% de metales de los RSU hay que “zarandear” el 100% de los RSU.
Y el costo de procesar 100 toneladas de RSU para extraer 8 toneladas de metales y vidrios deberá ser sobrellevado por estos.
Si con el restante 84% no se hace nada, es muy difícil imaginar un sistema que sea rentable y no se transforme a la larga en un aumento de costos en el manejo de los RSU.
Se repite al igual que en el sistema anterior el drama de los hurgadores.
CLASIFICACIÓN MANUAL.
– Es lo que ocurre hoy día con los hurgadores en los vertederos.
Sin embargo, la clasificación como tal requiere de una infraestructura mínima. Es decir, requiere de una playa de clasificado, con techo y piso hormigonado, con declives y canaletas para los lixiviados y el arrastre del agua de lluvia contaminada y piletas de contención de los mismos, requiere de depósitos separados para lo clasificado, techados en algunos casos.
Dejando los costos tal cual, el gestor del vertedero (intendencia) asume un difícil compromiso al jugársela por la clausura del vertedero.
Cualquier falla del sistema manual de clasificado (conflicto, dificultades ambientales, epidemias, etc.) obligarían a la reapertura inmediata del vertedero, dando marcha atrás al sistema.
La mayoría de estos sistemas dispuestos han fracasado, por diversos aspectos.
Solo algunos han tenido un éxito relativo, pero fueron instaurados en contextos muy bien delimitados y con mucho sustento público (préstamos internacionales y muchos convenios institucionales)
Son casos de muy difícil reproducción.
En el mundo desarrollado (América del Norte, Europa, Asia) no se practica.
Practicar relleno sanitario o vertedero sin clasificar.
Es así como funciona el Uruguay hoy y lamentablemente desde hace muchos años.
Algunas características de este proceso actual son:
Contamina grandes extensiones de tierra, a veces con productos muy nocivos como baterías y productos químicos de difícil degradación.
El valor post/vertedero de esta tierra desaparece y el de la tierra circundante se ve muy disminuido.
Curiosamente se buscan en general quebradas y grietas natural en la geografía para ubicar los vertederos.
Originalmente estos son lugares de gran biodiversidad natural y presencia de cursos de agua limpia tanto superficiales como subterráneos que luego quedan inservibles y se tornan un problema aguas abajo.
La tierra así contaminada pierde utilidad, ya hubo casos en el país de personas contaminadas por vivir en zonas con residuos enterrados de antaño.