La selección uruguaya orientada por Diego Alonso, finalizó en la posición número 20 del Campeonato Mundial de Qatar. Marruecos fue cuarto. Croacia tercero. Y esta Argentina campeona por tercera vez en la historia.

Desde EL PUEBLO, el rescate de algunas portadas de medios, que reflejan el tiempo de Argentina monarca mundial, después de un partido infartante, con esa casi diabólica definición de los tiros desde el punto penal.
Cuando es posible releer los enfoques periodísticos, solo queda admitir ese «que lejos estamos, Uruguay» en relación a los hermanos del Plata.
Se nos fueron en la estadística y en protagonismo.
Finalistas en el 2014 y en el 2022. Actuales campeones de América, mientras Messi pasó a alcanzar registros memorables, para siempre. Eternos.
En el 2018 en Rusia, el anterior técnico celeste, barrió con la última ilusión al amparo de su tácticas timoratas y ahora Alonso, gobernando por la ausencia de convicciones y con su propio reino a cuesta: el de la confusión.
Argenta, luce lo que es. Uruguay, mermado y gris en esa escala Nº 20. Esa escala del fuego apagado. Al igual que la ilusión: también sometida.
