Por Nicolás Caiazzo
El controvertido tenista alemán Boris Becker fue liberado de la prisión británica donde
cumplía condena por delitos financieros con vistas a su deportación, informó la agencia de
noticias británica PA, sin precisar el destino del ex número uno del mundo.
Becker, de 55 años y ganador de seis títulos de Grand Slam, que desde 2012 residía en el
Reino Unido, fue condenado en abril por ocultar o transferir ilegalmente cientos de miles
de euros y libras para evitar el pago de sus deudas tras declararse en bancarrota.
El que fuera la gran estrella del tenis alemán, cuya carrera profesional duró entre 1984 y
1999, fue condenado el 29 de abril a dos años y medio de prisión por la justicia británica
tras ser declarado culpable especialmente de haber ocultado 2,5 millones de libras (3
millones de dólares) para evitar el pago de sus deudas.
En principio debía cumplir la mitad de su pena en prisión, antes de poder beneficiarse de
una libertad condicional. Ahora sin embargo parece que será expulsado a Alemania.
Declarado en bancarrota en 2017, Becker fue condenado por cargos que incluyen
sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda.
Durante el proceso, la fiscalía afirmó que Becker cobró 1,13 millones de euros (1,22
millones de dólares) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía
en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su
«hucha» personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
«La condena a Boris Becker muestra claramente que la ocultación de activos en el marco
de una bancarrota es una infracción grave, ante la cual perseguimos a los que la
cometen», subrayó el director general de Insolvency Service, la agencia gubernamental
británica encargada de administrar las bancarrotas.

Problemas judiciales pasados
Hace veinte años, Becker ya había sido condenado en Alemania a una pena de prisión,
cuya aplicación quedó en suspenso, por problemas con el fisco.
La jueza británica Deborah Taylor reprochó al extenista no haber tenido en cuenta el aviso
que debería haber supuesto para él esa primera condena.
Su abogado Jonathan Laidlaw consideró entonces que Becker «no podrá encontrar trabajo
y tendrá que contar con la caridad de otras personas para sobrevivir».
El tenista, que negaba todas las acusaciones en su contra, fue absuelto de otros veinte
cargos, incluidos los que se referían a la desaparición de sus trofeos. Durante la audiencia
afirmó que no sabía dónde se encontraban.
El alemán aseguró durante el juicio que tenía todavía en su posesión «muchas» de sus
recompensas deportivas, pero que algunas habían desaparecido.
Vendió ya en una subasta una parte de sus trofeos por 700.000 libras.
Según explicó el propio extenista, la bancarrota y su tratamiento en los medios dañaron la
«marca Becker».
En el pasado, tuvo también problemas con la justicia española por deudas impagadas
referentes a unas obras en su casa de Mallorca y también con la justicia suiza, por no
haber pagado al pastor que le casó en 2009.
En 2002, la justicia alemana le condenó a dos años de prisión, cuyo cumplimiento quedó
en suspenso, y a una multa de 500.000 euros por unos 1,7 millones de euros de retrasos el
pago de sus impuestos.