Edición Año XVII N° 869, lunes 8° de julio de 2024
INTERNAS (1ª parte). Pasó la primera etapa, la de las elecciones internas de los partidos políticos, la que son obligatorias constitucionalmente para ellos pero no para los ciudadanos. Ahora vienen las etapas nacionales de octubre, tal vez noviembre, para terminar en mayo del año que viene en las elecciones departamentales. Pero veamos.
En estas elecciones son electos integrantes de los Órganos Deliberativos Nacional y Departamental, los que en la jerga suelen ser llamados convencionales, quienes de acuerdo al órgano al que son electos resolverán temas partidarios de jurisdicción nacional o local. Entre los temas que deben resolverse está el de elegir, en primera instancia, al candidato único por partido a la Presidencia de la República, que de no alcanzar las mayorías especiales requeridas en las urnas, el tema pasará a la agenda de la convencional nacional. Luego, esos mismos convencionales terminarán eligiendo a sus autoridades ejecutivas (Honorable Directorio del Partido Nacional o Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado, etc., con la única excepción del Frente Amplio, que no necesitó que se reformara la Constitución en diciembre de 1996 para tener elecciones internas pues desde su nacimiento en 1971 tiene por norma elegir a sus autoridades en forma democrática en internas que se dan en tiempos desfasados a las actuales internas de los demás partidos, por eso en este caso concreto la única funcionalidad que tendrá la convención nacional será la de proclamar la fórmula presidencial con control de la Corte Electoral en las próximas semanas para luego dejar de existir). Pero en los demás partidos, su convención nacional quedará funcionando cada vez que se la convoque como órgano máximo deliberativo.
Luego tenemos las convenciones departamentales, que de nuevo, ordenarán su casa eligiendo a las autoridades ejecutivas locales, ejemplo, Comisión Departamental del Partido Nacional, Comité Ejecutivo Departamental del Partido Colorado, Comisión de Asuntos Políticos de Cabildo Abierto, y otro etcétera. Lo dicho anteriormente respecto al FA se mantiene a nivel local, donde en su momento ya se eligió su Mesa Política y los integrantes del Plenario Departamental (sucediendo lo mismo a nivel nacional).
Pero antes, las convenciones departamentales, que suelen ser convocadas en los meses de diciembre o de enero, deberán resolver el tema candidaturas a la Intendencia. La excepción vuelve a ser el FA, pues en su orgánica ese tema lo resuelve su Plenario Departamental, que luego de alcanzar un acuerdo, cumple con el formalismo constitucional de convocar a su convención departamental controlada por la Corte Electoral y hacer así las proclamaciones.
Como se ve, no en vano son llamadas elecciones internas de los partidos políticos porque en esencia se trata de eso, de ordenar la casa interna y definir temas considerados importantes en cada partido, como por ejemplo, también se aprovecha por algunos para ordenar la lista a la Diputación al haberse eliminado en la reforma de 1996 la llamada “cooperativa de votos”, donde podía haber multiplicidad de listas a la Diputación acumulando por sublema, algo que sigue pasando a nivel de listas al Senado.
Esto lo traigo a colación porque de acuerdo a la participación en estas internas del 36% de los uruguayos habilitados a concurrir a votar “voluntariamente”, se pretende incorporar en la agenda el análisis de la permanencia de estas elecciones internas o de buscar su obligatoriedad. El argumento más contundente para cambiar la actual modalidad de estas elecciones es que al concurrir tan pocas personas a votar si bien no deteriora o debilita al sistema político uruguayo, “enciende las alarmas en el tablero”.
Pues, desde ya adelanto que no estoy de acuerdo con lo que se viene sosteniendo y en próximas entregas espero poder aportar algunos “apuntes en borrador” de mis ideas de por qué defender lo que tenemos y afirmar que no comparto ni que se encienden las alarmas ni que el sistema político de nuestro país se deslegitima por la baja participación de la gente.
Hasta la semana que viene… y tilo pa’la barra!