Edición Año XVII N° 888, lunes 18 de noviembre de 2024
MOVIDITA. Comenzamos una semana crucial a la hora de definiciones, lo que deparará el destino de nuestros próximos cinco años de vida, ni más ni menos. Pero tampoco se trata de algo cataclísmico en el sentido que si gana uno o el otro se acaba el mundo, nada tan tremendístico como lo que viene pasando en Estados Unidos donde se ha podido leer por algunas agencias noticias internacionales de que algunos norteamericanos al ganar Donald Trump han decidido irse del país.
El domingo 24, dentro de seis días, los uruguayos volveremos a las urnas a expresar nuestro parecer a través del voto, pero al día siguiente la vida continuará, los vecinos seguirán siendo nuestros vecinos y continuaremos hablando de cosas del diario vivir. Por ejemplo, ayer en el supermercado veía el precio de un litro de leche de almendra, que suelen tomar quienes se definen como veganos. Me queda claro que no es quien quiere sino quien puede tener ese régimen alimenticio, porque ese litro no baja de $ 200. Otros son vegetarianos no por elección sino porque hace tiempo no pueden comprar un pedazo de carne, aunque algunas verduras vienen con algunos precios nada baratos.
Y la vida continuará en esas disquisiciones, sin importar quien gobierne. Por eso, recordemos aquella máxima que hizo grande a este país, el lunes que viene estaremos escribiendo en esta misma columna, seguramente sin saber aún qué indicaron las urnas, que en nuestro país seguiremos caminando hacia adelante “sin vencidos ni vencedores”.
Así que tendremos esta última semana bastante movidita de propaganda y visita de políticos a todos los programas de radio y televisión dando sus últimos mensajes tratando de incidir en el voto de la gente solo para no perder espacio en los medios porque tengo el claro convencimiento que a esta altura del partido, la decisión ya está tomada, la gente ya tiene claro qué irá a votar este domingo. No creo que queden indecisos a esta altura.
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TERCER TIEMPO. Luego deberá comenzar el análisis de la academia que trate de discernir cuáles fueron esos grandes cambios que hemos experimentado de una elección a la otra, pandemia de por medio, porque está claro que el uruguayo (y seguramente esto no sea algo exclusivo de nosotros) ha cambiado su forma de participar en la política.
Ya ni siquiera se trata de un tema de si se es de izquierda o de derecha o de centro, en general (donde siempre se admite alguna excepción), hemos mantenido en este largo proceso electoral (que aún no ha finalizado pues seguiremos en mayo del año que viene) una forma distinta de participar en la actividad política partidaria. Podríamos decir que hemos internalizado la política al extremo que ha pasado a formar parte de un estado de introversión tan extrema que ni siquiera la gente se ha identificado con alguna bandera, balconera o siquiera un pequeño autoadhesivo en el termo o en la matera como solía hacer antes cualquier adherente o potencial votante de un partido o de otro.
Está claro que este comentario no encaja en el militante de todas las horas que ese sí, claramente se identificó e incluso trabajó activamente en la campaña. Todo este comentario refiere en general a los adherentes o votantes comunes y silvestres.
Así que luego del acto electoral del domingo, vendrá ese tercer tiempo que dará bastante tela para cortar a los estudiosos de la política.
Hasta la semana que viene… y tilo pa’la barra!