La Batalla y los salteños que le cantaron a Artigas
Hoy es 18 de mayo y no es un día más para los uruguayos: es una de sus fechas patrias más importantes, la fecha de la Batalla de Las Piedras. Salto lo recuerda con instituciones, plazas, monumentos y calles que hacen referencia a este hecho o sus protagonistas. Si pensamos en calles, además de “Gral. José Gervasio Artigas”, que atraviesa casi toda la ciudad de Oeste a Este, está “Las Piedras”, “18 de mayo de 1811”, entre otras.
La calle 18 de Mayo de 1811, está en Barrio Artigas y no es casualidad, en ese barrio todas las calles tienen nombres que refieren al entorno del prócer: “Miguel Barreiro”, “Ansina”, “19 de Junio”, “Blas Basualdo”, “Manuel Artigas”, etc.
18 de Mayo nace en Avda. Pascual Harriague, esquina Marcelino Leal, y se extiende hacia el Este hasta el by pass de la Ruta Nº3. Las Piedras en tanto nace en pleno centro de la ciudad, al finalizar la cuadra del 1400 de Artigas y se extiende hacia el Sur hasta proximidades de la avenida Manuel Patulé.
LA BATALLA
Pero hablemos del hecho histórico en sí. En la Batalla de las Piedras se enfrentaron las fuerzas españolas bajo el mando del Capitán José Posadas y las orientales dirigidas por el Gral. José Artigas.
Los ejércitos combatieron en campos de Las Piedras desde las 11:00 horas de la mañana hasta el atardecer del mismo día. Las bajas del ejército español fueron muy numerosas, y escasas en las fuerzas artiguistas, debido a las dotes de excepcional estrategia de su jefe.
La victoria tuvo enorme repercusión para la causa de la Independencia y afirmó el prestigio de Artigas como Jefe Independentista.
QUE CANTEN LOS SALTEÑOS…
Parece esta una buena oportunidad para dar cabida a la poesía. A la poesía de autores salteños y con la figura de Artigas como tema central. Para ello vamos a las páginas de “José Artigas en la Poesía de Salto”, libro del profesor Leonardo Garet, publicado el año pasado, en el que recoge poemas de Manuel Bernárdez, Horacio Quiroga, César Miranda, José María Delgado, Víctor Lima, Altamides Jardim, Leonardo Astiazarán y José María Rondán Martínez. Le damos la palabra para algunos versos:
La Marcha de los Héroes
-Canto I-
Qué acentos, qué rumores,
Qué cánticos, qué gritos
Son esos que fermentan
De la noche en los senos infinitos,
Se envuelven en los cándidos albores
De un memorable día
Cuya leyenda prodigiosa cuentan,
Como ansiando volar dejan las frondas,
Y crecen y se enlazan y revientan,
Y revientan en ondas,
En titánicas ondas de armonía?
¿Qué viene allá, que se estremece el bosque?
A medida que viene, se levanta
Como un coro marcial de mil sonidos
Donde la voz del patriotismo canta,
Se abren todas las puertas de los nidos,
Y el melodioso bando
De pájaros agrestes
Se echa a volar trinando
Unos trinos celestes
Que oyen los viejos árboles con pasmo….
Sobre los viejos árboles, el viento
Que llega presuroso y sudoriento
De la gentil ciudad, sopla entusiasmo,
Y sacude con ímpetu violento
Las melodiosas arpas del ramaje;
Forman todas las voces del boscaje
En la masa coral, y hasta los troncos
Que duermen sin verdor, tristes y secos,
Dejan entrar el cántico salvaje
Por sus tortuosos y profundos huecos.
De donde sale luego en gritos roncos Que repiten los ecos
De los montes lejanos.
De los altivos montes que blanquean
Como testas de ancianos
Taciturnos, mirando a la pradera,
Por donde corren rápida carrera
¡El bagual de los llanos!
¿Pero qué hay?… ¿pero qué hay?…la vista ansiosa
¡Quiere subir donde el anhelo alcanza!
¿Quién es? ¿Qué va a venir? ¿Por qué rebosa
En los pechos indómita confianza? ¿Una visión? ¿un símbolo? ¿una idea?…
¡Una visión gloriosa!
Cuando el bosque palpita y rumorea,
Y va de la ciudad a la campaña
La sensación de una alegría extraña,
Y el horizonte patrio se clarea
Con matices de pétalos de rosa,
El chajá suelta el ala poderosa,
Se remonta a las nubes y aletea,
Anunciando a los campos la venida
Del astro de la vida,
Del rey Mago de Oriente,
Que en el campo inmortal de la Florida
Besó a la Libertad sobre la frente!
Y vienen con el Sol, con él marchando
Por la pampa sin fin del infinito
Entre acordes triunfales
Y como soles del valor brillando
Las bisoñas falanges orientales
Que en San José y Las Piedras batallando,
De Asencio el noble grito
Consagraron: los héroes del Cerrito;
De Carumbé, la trágica derrota;
Del Sarandí, la trágica jornada
De la fortuna y el ardor patriota;
Y siguen los vencidos de India Muerta
Con su bandera de crespón cubierta,
Mientras el aire azota
La diana de Guayabos
Resonando con ecos de revancha
Sobre filas de bravos,
Y con la vieja tricolor sin mancha
Desflecándose al viento,
Caminan en gallardo Regimiento
Los gauchos del Rincón y -aquellos otros
De Ituzaingó!- centauros,
Que arrebataban en montón los lauros
Al ardiente galope de sus potros!
Manuel Bernárdez (1867-1942)
Cosas de Artigas
La tierra de los pájaros pintados,
corona de ceibal, tierra charrúa,
parió un caudillo que dejó al dejarnos
palabras que agarraron como cuñas.
«Mi autoridad emana de vosotros»
-le dijo el capitán a los patriotas-
«y ante vuestra presencia soberana,
termina de inmediato, cesa sola.»
«El día que me quede sin soldados,
tendré los arcabuces de la sangre
para pelear con perros cimarrones,
por defender el rico patrimonio
que guardan los bravíos orientales.»
«Seamos ilustrados y valientes
cayendo con la lanza entre las manos,
techando con estrellas nuestros sueños,
de corazón que maduró temprano.»
El día que me quede sin soldados
tendré los arcabuces de la sangre
para pelear con perros cimarrones,
por defender el rico patrimonio
que guardan los bravíos orientales.
Víctor Lima (1921-1969)
A Artigas
-Fragmento-
Ya lo ves abuelo:
¡Qué mitad de siglo!
Mil vientos azotan
A un mundo perdido
Y se mata al hombre
Se destruye el nido,
Se acuñan monedas,
Se atrofian sentido,
Y con cirugía
Y métodos químicos
Disfrazan de santo
A aquél que es un cínico.
Ya lo ves abuelo:
¡Qué mitad de siglo!
¡Qué huecos los ojos!
¡Qué duro el camino!
Desde Oriente llegan gritos y quejidos:
El amo que grita
y…¡aceptar el grito!
Que si no lo escuchas
Si no has comprendido
A fuerza de hierro
Te han de abrir oídos.
Feroz llora el viento,
Se lamenta el río,
Se apaga la estrella
Palidece el lirio
Y lanzan sus voces
Millones de niños
Y piden “un mundo
Que sea menos frío”…
Leonardo Astiazarán (1927-1975)