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martes, diciembre 2, 2025

A 113 años de Ferro, la familia de “Chirola” García recuerda su legado y su amor eterno por el club

Es emotivo con el cumpleaños de Ferro y a la vez triste, nostálgico porque papá no está, pero está festejando igual él con nosotros

Marcela, hija de «Chirola» García

En el marco del 113° aniversario de Ferrocarril Fútbol Club, la familia ferrocarrilera vuelve a reunirse para celebrar más de un siglo de historia, pasión y pertenencia. Entre los homenajes y recuerdos que emergen cada año, uno de los nombres que permanece grabado en la memoria colectiva es el de Carlos “Chirola” García, quien no solo defendió la camiseta dentro de la cancha, sino que también dedicó su vida al club como colaborador, trabajador y, sobre todo, como hincha incondicional. Su figura marcó a generaciones, no solo por lo que hizo en el deporte, sino por los valores que transmitió: humildad, compañerismo, honestidad y un amor profundo por Ferro.

Ferro Carril Campeón de 1968 – «Chirola» García / Foto: Club Ferro Carril de Salto

A dos meses de su fallecimiento, su ausencia sigue siendo tan palpable como su legado. Por eso, en este aniversario tan especial, conversamos con su esposa y su hija Marcela, quienes abrieron su corazón para recordar a ese hombre que convirtió al club en su segunda casa y que supo contagiar a hijos, nietos y bisnietos esa pasión que lo acompañó desde que llegó de Montevideo hasta sus últimos días. A través de sus palabras se reconstruye no solo la vida de un jugador y colaborador, sino la de un verdadero ferrocarrilero, de esos que viven y sienten cada partido como parte de su historia personal.

Esta entrevista, cargada de emoción, nostalgia y reconocimiento, es un homenaje a Chirola y a todas las familias que hacen de Ferro mucho más que un club: una identidad, una tradición y un lugar donde los afectos se transmiten de generación en generación.

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En este aniversario de Ferrocarril entrevistamos a la señora y a la hija de un gran colaborador y quien supo ser jugador del club, el Chirola García.

Marcela, ¿qué recordás cuando empezó la pasión de tu papá por Ferrocarril?

«Yo, obviamente, de chica no me acuerdo mucho de cuando él jugaba, pero siempre, o sea, él jugó desde que se vino de Montevideo;  vino directo a Ferro, jugó en tigre en una temporada chiquita ,  Y nosotros desde chicas, aparte de ir a la cancha, de pasar todo el día en el club, él trabajaba también en el club y después de ahí, después de grande, seguir con él, y hasta ahora y para siempre.»

¿Qué sentía él por Ferrocarril? ¿Qué veías vos en él?

«Ferro era todo, eso es lo que nos enseñó a nosotros, a los hijos y a los nietos, todos. La pasión por el fútbol primero que nada y después por Ferro, que era el cuadro que lo aprendió a querer, porque viste que él era de Montevideo, aprendió a quererlo acá.»

¿Cómo eran esos domingos cuando se iba a la cancha a ver a Ferro, cuando entraba a la cancha?

«Mamá se puede acordar más, yo era chica cuando él jugaba, pero después él estuvo ayudando ahí y siendo equipier, todo. La emoción, la pasión, el sentimiento por Ferro, por esa camiseta que siente… Se sintió orgulloso y a la vez lo emocionó cada partido, o a veces la rabia cuando perdíamos porque era todo: si perdíamos, o si él se acordaba cuando él jugaba, él siempre tenía un recuerdo, siempre tenía una palabra o una frase que siempre decía. Por ejemplo, le preguntaban por algún rival y él decía ‘digno rival para un campeón’, sin desmerecer al otro cuadro pero resaltando a Ferro, que era el orgullo.»

¿Esa pasión la dejó a ustedes y a los nietos?

«A nosotros primero que nada porque pasábamos todo el día en Ferro. Y después a los nietos, y tiene dos bisnietos también, que hasta el día de hoy vamos a la cancha, entran con los jugadores como mascotas.»

«Lo recuerdan siempre el Ta-Ta Chirola.»

Y hoy, cumpliendo 113 años, ¿Ferro para ustedes es una familia?

«Sí, sí, aparte, ya te digo, nosotros el ir a la cancha, siendo fútbol, básquetbol, siempre ahí en el club. La piscina íbamos también. Pasábamos todo el día; trabajaba mamá también, estuvo trabajando en la piscina, y siempre estaba Ferro acá en Salto, Ferro.»

¿Te dejó muchas enseñanzas tu papá? Además del fútbol, ¿era muy compañero como papá?

«Sí. Mirá, no es porque sea mi padre, pero muy buena persona, correcta, honesta. Eso nos enseñó a nosotros, a nuestros hijos, porque cuando nosotros trabajábamos ellos se ocupaban de los chiquilines. Hasta el día de hoy los chiquilines lo recuerdan: ‘el Ta-Ta decía tal cosa’, ‘decía tal otra’. Y siempre una enseñanza; primero que nada un ejemplo. Se nace con un ejemplo, el ejemplo de los dos y el amor, la unidad entre ellos. El compañerismo se lo destaca hasta el día de hoy. Nosotros nacimos, nos criamos viéndolo y los chiquilines también, los nietos también.»

Él falleció hace poquito tiempo.

«Hace dos meses; ahora el 11 va a hacer tres meses y todavía realmente nos parece increíble porque se lo extraña horrible en casa. Más allá de que lo intentaban, pero volvíamos siempre con él; entonces esta vez no. Y dificilísimo.»

¿Qué hacían cuando era el cumpleaños de Ferro, el año pasado?

«Últimamente él no podía andar solo porque tenía problema de Alzheimer, pero nosotros lo acompañábamos a la cancha; él siempre iba acompañado. Y a los festejos de Ferro él no iba últimamente porque viste que él no salía mucho, pero él siempre estaba o se acordaba, o a veces se acordaba de los goles, o mirando el partido, de los goles que él hacía.»

Dentro de su enfermedad, pero Ferro siempre estuvo presente.

Ferro ocupó un lugar muy importante en su vida.

«En su vida, sí, sí. Desde que se vino hasta que falleció, aunque él no entendía mucho, él sabía. Nosotros íbamos a la cancha: ‘ganamos, papá’, o si no, él nos preguntaba ‘¿cómo salimos? ¿O perdimos?’ Él siempre estaba atento.»

Para culminar la nota, dejarles un mensaje a los hinchas de Ferro que tanto lo quisieron a él y a toda la familia ferrocarrilera, que siempre lo recuerdan con tanto cariño.

«Nosotros hasta el día de hoy sabemos bien que papá era muy querido por ser buena persona y por ser hincha de Ferro más que nada. Y siempre estuvieron. Cuando él falleció estuvieron presentes con nosotros. Y decirles: papá nos acompaña siempre y de Ferro siempre va a estar él. Todo esto, estos cumpleaños, este cumpleaños va a ser, y los venideros, va a estar presente igualmente en cada partido, porque cada partido nosotros estamos. Y si Dios quiere que vamos a salir campeones, va a estar él también; va a ser dedicado para él por todo lo que aportó», concluyó Marcela, su hija.

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