La historia del celuloide lo tiene atesorado en sus bandas sonoras. Muchas películas, sobretodo las del oeste, lo tenían en su inicio y final, más allá de los protagonistas, se fueron identificando por sus temas, por su canto inigualable. Poseedor de una voz prodigiosa, él se dejaba escuchar en los créditos, hasta que aparecían las primeras escenas. En “Blowing Wild”, Gary Cooper y Barbara Stanwyck, 1953, “Man Without a Star”, Kirk Douglas y Jeanne Crain, 1955, “Duelo de Titanes” -“Gunfight at the OK Corral”- Burt Lancaster y Kirk Douglas, 1957, “El tren de las 3.10 a Yuma” -“3.10 to Yuma”- Glenn Ford y Van Heflin, 1957, y “Blazing Saddles”, escrita y dirigida por Mel Brooks, con Cleavon Little y Gene Wilder, 1974, entre otras, dictó cátedra con sus grandes y eternas introducciones canoras. Paralelamente, fue metiendo casi setenta canciones en los diferentes charts de ventas y popularidad, ya sea como solista o en compañía de artistas como Easy Rider, Jo Stafford, Doris Day o Fourts Lats. Lo llamaron Frankie Laine, obtuvo en su carrera 21 discos de oro, vendió 100 millones de placas, vocalizó jazz, blues, country, gospel, soul y western, y se le reconoció por su alto registro en los cantables.
DEJÓ LA HUELLA
El 30 de marzo de 1913 nació en Chicago bajo el nombre de Francesco Paolo Lo Vecchio. Frankie era el mayor de ocho hijosde John y Anna, padres italianos. Desde chico le atraía la música y el canto, y lo comenzó a practicar porque tenía facilidades para entonar. Al poco tiempo, de adolescente, ya actuando en algunos reductos, lo llamaron Sr. Ritmo. Laine hizo su primera aparición en el coro de la Iglesia de la Inmaculada Concepción, donde se convierte en monaguillo. A los quince años actuó en el Garden Bellroom Merry de Chicago para asistir a la Escuela Técnica Lane y completar sus estudios. En forma paralela, trabajó como vendedor de coches, y como maquinista en una fábrica, mientras lo llaman de una estación de radio para cantar, pagándole cinco dólares a la semana. Allí, es donde el director de programación lo convence para cambiar su nombre por el de Frankie Laine. A los 18 años se trasladó a Baltimore y participa en un concurso de baile, estilo maratón, luego de triunfar en otros similares en Stamford, Connecticut y Chicago. Laine estableció un récord bailable de todos los tiempos de 3.501 horas en 145 días consecutivos en el año 1932 en el muelle de Wilson en Atlantic City, New Jersey, donde participaban 101 concursantes. En total, concursó en 14 maratones, ganando tres, segundo y quinto, en dos ocasiones. Mientras el tiempo sigue corriendo Frankie se muda a Los Angeles, California, y cuando trabajaba en una planta industrial, un día se da cuenta de que un niño lucha por salir de las aguas de una piscina; sin perder un instante Laine lo rescata y lo salva de morir ahogado. El niño se llamaba Ronnie Como, hijo del conocido cantante Perry Como, quien en un futuro se transformaría en su amigo. Frankie ya estaba pronto para entrar en acción, grabar discos y encumbrarse como máxima figura del cancionero. Dejaría la huella por su personal estilo y categoría.
DESEMBARCA EN LA
PODEROSA COLUMBIA
RECORDS
Luego de ser el vocalista de la orquesta de Freddy Cardone, sustituyendo justamente a Perry Como, en un momento en que se cantaba sin amplificación y que se debía escuchar por encima de la orquesta, en 1945 graba con el sello fonográfico Exclusive, lo que le valió para fichar con Mercury y, luego con Columbia Récords. Su primer gran éxito fue en 1947, “That’s my desire”. Al que siguieron otros hits: “That lucky old sun”, “Swamp girl”, “Cry of the wild goose”,”Jezebel”, “On the Sunny side of the street”, “Moonlight gambler”, y “Mule train”. En Reino Unido alcanzó enorme popularidad, con “I believe” estuvo cuatro meses en el número uno. También interpretó el tema principal de la exitosa serie de televisión “Cuero crudo” con Clint Eastwood, en 1959. En 1964 participó en el Festival de San Remo, formando sendos duetos con Domenico Modugno y Bobby Solo. Claro, que su plataforma general fue estar en la banda de sonido de aquellas gloriosas cintas de vaqueros que de alguna manera eran el punto alto de las gloriosas e inolvidables matinés de los cines barriales. Su voz se erigió en tan popular que Mel Brooks le solicitó que cantara en su famosa parodia del género, “Blazing Saddles”. La promoción en las revistas de espectáculos, las apariciones en los shows televisivos y las giras por todo Estados Unidos y parte de Europa, se hicieron frecuentes y cada vez más impactantes.
ACTUACION PARA
LA REINA ISABEL II
Su actuación frente a la Reina Isabel II en el London Palladium es muy recordada por las emociones que se vivieron, sumamente celebrada por su majestad quien en más de una oportunidad se manifestó admiradora del cantante. Sus shows en el night-club Billy Berg, y Vine Street, de Hollywood, California, crecían en brillo y color, con un manejo excepcional del escenario a cada momento. Después de años de gran esplendor realizó una gira por Gran Bretaña en 1988, cantando con el mismo vigor de siempre. En la década de los ochenta, observó en invierno, en un parque a diferentes niños sin zapatos, y solicitó a varias broadcastings en territorio norteamericano recaudar dinero para comprar ropa y calzatura en la época de navidad para las familias pobres con hijos. Miles y miles de dólares se recaudaron a beneficio de éste esfuerzo. Frankie Laine dejó de existir en San Diego, USA, el 6 de febrero de 2007, a los casi 94 años, por causas naturales de la edad. Sus temas se seguirán escuchando desde los filmes, y desde la radio. Su voz no se apagará nunca.
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