Lalo Fransen: el play boy del club

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    Alma máter de «Los Patters»
    Ensayando en el sótano de un viejo local se dejaban oír los compases de una música bien llevada, y por sobre todo bien interpretada, donde los vecinos se daban cita para admirar y aplaudir a los ejecutantes.  Se reunían una vez a la semana para repasar los temas de los shows que realizarían en el fin de semana por los bailes. La orquesta creada en 1958, se llamó Los Patters, una de las primeras del rock and roll en Argentina, y ahí tocaba la guitarra, cantaba, siendo el alma máter. Junto a la  banda desarrolló su amor por estas cuestiones de combinar las notas en el pentagrama, y por trascender. Después de un tiempo, entendió que deseaba ser solista y se perfiló rápidamente entre la gente, que de a poco fue reconociéndolo como un muy buen cantautor y más adelante como productor fonográfico, director artístico y también musical. Su aspecto de «play boy», con imagen de muchacho de clase alta pero nacido en Palermo, lo tuvo en cuenta el ejecutivo de  RCA Víctor de la vecina orilla, Ricardo Mejía, quien lo hizo grabar muchos discos y lo contrató para su descubrimiento «El Club del Clan». Así se convirtió  en uno de los pioneros de un movimiento rioplatense que hizo un furor inaudito: «La Nueva Ola». Se llama Lalo Fransen.
    Danny Santos
    a 220 volts
    El verdadero nombre de Lalo Fransen es Norberto Franzoni, llegado a éste mundo el 13 de noviembre de 1938. Tiene en la actualidad 76 años. De chico aprendió a tocar la guitarra y el piano, y los conocimientos de ambos instrumentos  hoy en día son enormes. Mientras estudiaba en el secundario, trabajaba junto a su padre que tenía una joyería. Pero, la actividad artística fue más fuerte para Lalo, que cuando punteaba la viola entonaba alguna estrofa de un tema de moda. El rock del rey Elvis Presley, y Bill Haley estaban pegando por el orbe y ello no pasó inadvertido para el joven Franzoni, porque aún estaba lejos de llamarse Lalo Fransen. Con el afán de formar una orquesta en el barrio, recorrió toda la zona buscando músicos, pero ello no le resultó fácil, hasta que se dio, haciendo del proyecto una realidad. Los Patters, de a poco salieron de su cascarón, hasta erigirse como un número de resonancia en el ambiente porteño. Tocado por su interior y deseando seguir adelante, alguien le puso Danny Santos arrancando como solista. Es ahí que la banda sigue pero acompañando al cantante, bajo esa denominación, Danny Santos y sus 220 volts de rock and roll, llevando al éxito «Saco de sport blanco» de Mary Robbins, y «Me olvidé de olvidarla» de Elvis, con un espléndido solo de guitarra. Ambas versiones pasan a la historia, siendo éste el puntapié inicial de su carrera.
    «El pañuelo
    manchado de rouge» con Panchito Nole
    En 1960, Norberto ya había pasado los veinte años y no había registrado ningún disco, es por ello que decide probar suerte en los estudios de la fonográfica RCA. Brinda una prueba de condiciones cantorales -ahora se le llama casting-  ante la atenta mirada del director Ricardo Mejía, de nacionalidad ecuatoriana, quien lo incorpora de inmediato al elenco de nuevaoleros, y lo bautiza Lalo Fransen, un derivado de su propio apellido que sonaba muy italiano. A mediados de noviembre del mismo año, Lalo graba su primer disco simple en la etiqueta del perrito obteniendo un enorme suceso con «El pañuelo manchado de rouge» de Pedro Luján y «Swing», con el acompañamiento de la orquesta de Panchito Nolé, que viajó a tales efectos a Buenos Aires, ya que en ese momento allí había un paro de músicos.  Una vez editado, Fransen no podía creer que sus temas estaban mezclados con intérpretes de la talla de Paul Anka o Neil Sedaka, era como vivir un sueño y entendió que la suerte estaba de su lado.  En febrero de 1961, su imagen se hacía conocida porque RCA iniciaba un programa en canal 7, llamado «Swing, juventud y fantasía», donde Lalo aparecía con otros exponentes de la canción.  En 1962, pasa a «Ritmo y juventud» y «La cantina de la guardia nueva», por Canal 11, ambos con la dirección de Dino Ramos. Pega con «Ruedas», «Enamorada», «Bailemos otra vez el twist», y «Buscando una estrella». Su mayor oportunidad estaba por aparecerse…
    «El Club del Clan»
    en 1963
    Para vender más y más simples y LP’s, Mejía y RCA buscan fama con el lanzamiento de «El Club del Clan» a través de Canal 13, siendo más tarde emitido por diferentes países, incluido Uruguay, donde llegaron a hacer los «claneros» un show aparte los lunes por Canal 4 Montecarlo TV en vivo. Fue tan impactante este espacio en 1963 que se paralizaba Buenos Aires para ver en acción a los componentes del «Club»: Violeta Rivas, Jolly Land, Raúl Lavié, Nicky Jones, Johnny Tedesco, Chico Novarro, Cachita Galán, Raúl Cobián, Perico Gómez, el último que llegó: Palito Ortega y el propio Lalo Fransen, entre otros. Mientras el micrófono de techo corría de un lado a otro -no había micro de mano- con primitiva imagen en blanco y negro, el caballero de pantalón gris, camisa blanca, corbata y saco deportivo azul con escudo en el bolsillo, conquistaba con sus temas: «Fotonovela», «La niña», «Desconfiada», «Cada noche sin ti», «La media medalla», «La niña», «Te besé» y «Vuelve a mí». Y junto a Palito, Nicky y Johnny, formó «Los Red Caps», que siempre cerraban las emisiones del Club del Clan.  El impacto de este ciclo fue muy grande, logrando además una enorme influencia en los gustos de la juventud de esa época. Lalo, fue uno de los referentes.
    Productor, director
    artístico y musical
    El público se entusiasmaba al verlo a Lalo Fransen bailar el twist, con sus interpretaciones sobre temas de amor, con estilo y pegadizas. Luego de «El Club», llegó «Sábados Continuados» por Canal 9, con los principales del Clan. Otro suceso, mientras la segunda parte de «El Club del Clan» se transforma en fracaso. En los años siguientes, Lalo, filma distintas películas, se casa, se radica en España durante tres años y retorna a Buenos Aires en 1970, para trabajar como autor y productor en RCA con el elenco de la compañía: Raúl Padovani, Pintura Fresca, Silvana di Lorenzo, Los Linces, Ruben Mattos, La Joven Guardia, y Katunga, con «El Manosanta» de Alberto Olmedo, incluido.
    Robert Livi lo llama para que produzca a Julio Iglesias en un álbum, en Miami y desde allí en más, es el director musical de la orquesta que secunda a su amigo y socio Palito Ortega, en sus presentaciones en directo, demostrando que aún sigue vigente entre sus seguidores, desde aquella nueva ola inolvidable. Más allá de la nostalgia.
    Alma máter de «Los Patters»
    Ensayando en el sótano de un viejo local se dejaban oír los compases de una música bien llevada, y por sobre todo bien interpretada, donde los vecinos se daban cita para admirar y aplaudir a los ejecutantes.  Se reunían una vez a la semana para repasar los temas de los shows que realizarían en el fin de semana por los bailes. La orquesta creada en 1958, se llamó Los Patters, una de las primeras del rock and roll en Argentina, y ahí tocaba la guitarra, cantaba, siendo el alma máter. Junto a la  banda desarrolló su amor por estas cuestiones de combinar las notas en el pentagrama, y por trascender. Después de un tiempo, entendió que deseaba ser solista y se perfiló rápidamente entre la gente, que de a poco fue reconociéndolo como un muy buen cantautor y más adelante como productor fonográfico, director artístico y también musical. Su aspecto de «play boy», con imagen de muchacho de clase alta pero nacido en Palermo, lo tuvo en cuenta el ejecutivo de  RCA Víctor de la vecina orilla, Ricardo Mejía, quien lo hizo grabar muchos discos y lo contrató para su descubrimiento «El Club del Clan». Así se convirtió  en uno de los pioneros de un movimiento rioplatense que hizo un furor inaudito: «La Nueva Ola». Se llama Lalo Fransen.
    Danny Santos a 220 volts
    El verdadero nombre de Lalo Fransen es Norberto Franzoni, llegado a éste mundo el 13 de noviembre de 1938. Tiene en la actualidad 76 años. De chico aprendió a tocar la guitarra y el piano, y los conocimientos de ambos instrumentos  hoy en día son enormes. Mientras estudiaba en el secundario, trabajaba junto a su padre que tenía una joyería. Pero, la actividad artística fue más fuerte para Lalo, que cuando punteaba la viola entonaba alguna estrofa de un tema de moda. El rock del rey Elvis Presley, y Bill Haley estaban pegando por el orbe y ello no pasó inadvertido para el joven Franzoni, porque aún estaba lejos de llamarse Lalo Fransen. Con el afán de formar una orquesta en el barrio, recorrió toda la zona buscando músicos, pero ello no le resultó fácil, hasta que se dio, haciendo del proyecto una realidad. Los Patters, de a poco salieron de su cascarón, hasta erigirse como un número de resonancia en el ambiente porteño. Tocado por su interior y deseando seguir adelante, alguien le puso Danny Santos arrancando como solista. Es ahí que la banda sigue pero acompañando al cantante, bajo esa denominación, Danny Santos y sus 220 volts de rock and roll, llevando al éxito «Saco de sport blanco» de Mary Robbins, y «Me olvidé de olvidarla» de Elvis, con un espléndido solo de guitarra. Ambas versiones pasan a la historia, siendo éste el puntapié inicial de su carrera.
    «El pañuelo manchado de rouge» con Panchito Nole
    En 1960, Norberto ya había pasado los veinte años y no había registrado ningún disco, es por ello que decide probar suerte en los estudios de la fonográfica RCA. Brinda una prueba de condiciones cantorales -ahora se le llama casting-  ante la atenta mirada del director Ricardo Mejía, de nacionalidad ecuatoriana, quien lo incorpora de inmediato al elenco de nuevaoleros, y lo bautiza Lalo Fransen, un derivado de su propio apellido que sonaba muy italiano. A mediados de noviembre del mismo año, Lalo graba su primer disco simple en la etiqueta del perrito obteniendo un enorme suceso con «El pañuelo manchado de rouge» de Pedro Luján y «Swing», con el acompañamiento de la orquesta de Panchito Nolé, que viajó a tales efectos a Buenos Aires, ya que en ese momento allí había un paro de músicos.  Una vez editado, Fransen no podía creer que sus temas estaban mezclados con intérpretes de la talla de Paul Anka o Neil Sedaka, era como vivir un sueño y entendió que la suerte estaba de su lado.  En febrero de 1961, su imagen se hacía conocida porque RCA iniciaba un programa en canal 7, llamado «Swing, juventud y fantasía», donde Lalo aparecía con otros exponentes de la canción.  En 1962, pasa a «Ritmo y juventud» y «La cantina de la guardia nueva», por Canal 11, ambos con la dirección de Dino Ramos. Pega con «Ruedas», «Enamorada», «Bailemos otra vez el twist», y «Buscando una estrella». Su mayor oportunidad estaba por aparecerse…
    «El Club del Clan» en 1963
    Para vender más y más simples y LP’s, Mejía y RCA buscan fama con el lanzamiento de «El Club del Clan» a través de Canal 13, siendo más tarde emitido por diferentes países, incluido Uruguay, donde llegaron a hacer los «claneros» un show aparte los lunes por Canal 4 Montecarlo TV en vivo. Fue tan impactante este espacio en 1963 que se paralizaba Buenos Aires para ver en acción a los componentes del «Club»: Violeta Rivas, Jolly Land, Raúl Lavié, Nicky Jones, Johnny Tedesco, Chico Novarro, Cachita Galán, Raúl Cobián, Perico Gómez, el último que llegó: Palito Ortega y el propio Lalo Fransen, entre otros. Mientras el micrófono de techo corría de un lado a otro -no había micro de mano- con primitiva imagen en blanco y negro, el caballero de pantalón gris, camisa blanca, corbata y saco deportivo azul con escudo en el bolsillo, conquistaba con sus temas: «Fotonovela», «La niña», «Desconfiada», «Cada noche sin ti», «La media medalla», «La niña», «Te besé» y «Vuelve a mí». Y junto a Palito, Nicky y Johnny, formó «Los Red Caps», que siempre cerraban las emisiones del Club del Clan.  El impacto de este ciclo fue muy grande, logrando además una enorme influencia en los gustos de la juventud de esa época. Lalo, fue uno de los referentes.
    Productor, director artístico y musical
    El público se entusiasmaba al verlo a Lalo Fransen bailar el twist, con sus interpretaciones sobre temas de amor, con estilo y pegadizas. Luego de «El Club», llegó «Sábados Continuados» por Canal 9, con los principales del Clan. Otro suceso, mientras la segunda parte de «El Club del Clan» se transforma en fracaso. En los años siguientes, Lalo, filma distintas películas, se casa, se radica en España durante tres años y retorna a Buenos Aires en 1970, para trabajar como autor y productor en RCA con el elenco de la compañía: Raúl Padovani, Pintura Fresca, Silvana di Lorenzo, Los Linces, Ruben Mattos, La Joven Guardia, y Katunga, con «El Manosanta» de Alberto Olmedo, incluido.
    Robert Livi lo llama para que produzca a Julio Iglesias en un álbum, en Miami y desde allí en más, es el director musical de la orquesta que secunda a su amigo y socio Palito Ortega, en sus presentaciones en directo, demostrando que aún sigue vigente entre sus seguidores, desde aquella nueva ola inolvidable. Más allá de la nostalgia.
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