Hicieron uso de la palabra los Ediles Carmen Ortiz (PC), Martín Burutarán y Carlos Silva (PN)
Ante una nueva Sesión Ordinaria del Deliberativo Departamental, los curules Carmen Ortiz, Martín Burutarán y Carlos Silva, plantearon críticas al manejo del turismo, un nuevo aniversario del primer accionar Tupamaro, y la actual situación por la que atraviesa la policlínica de Colonia Garibaldi
Edil Carmen Ortiz
En nuestro Departamento de Salto, el rubro Turismo está dando muchas preocupaciones. Contamos con lugares aptos para desarrollar la actividad turística, como ser: termas del Arapey, termas del Daymán, termas Aguas Claras, parques acuáticos; espacios verdes, que son: Parque Harriague, Parque Solari; en la costa, la hermosa obra del Muelle Negro; museos, etc. La mayoría de ellos, cuentan con diversos servicios de gastronomía y hotelería. Todos estos lugares, están en total abandono, falta de limpieza y mantenimiento.
Ejemplos en termas del Daymán: las puertas de los cambiadores de las piscinas cerradas, no cierran, las cerraduras están rotas; las mamparas que cubren las piscinas techadas, están atadas con alambres; los percheros de los cambiadores, no existen, están todos rotos; los bancos, descascarados por falta de pinturas. En termas del Arapey: falta de limpieza y podas. De todo esto y mucho más, presento carpeta con fotografías. En los espacios verdes, sucede lo mismo. El Muelle Negro, totalmente destruido.
De esta manera, no atraemos al turista y la reputación del destino turístico, se torna negativa.
Tenemos una hermosa ciudad, con preciosos lugares para que el turista se enamore y vuelva a venir, y la misma crezca económicamente; pero, no están haciendo una correcta gestión. Si la oferta turística no es buena, los operadores turísticos no pueden armar paquetes ni promociones tentadoras.
En nuestro departamento, tenemos la UdelaR, con la carrera de licenciatura en Turismo. Se reciben nuestros jóvenes y no tienen oportunidad laboral, tienen que migrar a otros departamentos para aplicar sus conocimientos. Aquí, tienen todo, pero la actual administración no genera oportunidades para nuestros jóvenes profesionales. Por ende, estamos desaprovechando mano de obra calificada. Necesito que mi petición sea tomada con seriedad y responsabilidad.
Solicito, señor Presidente, que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada al Intendente de Salto, Dr. Andrés Lima, a la Dirección de Turismo, a la Comisión de Turismo de la Junta Departamental, al Área de Parques y Jardines, a las Cámaras de Diputados y Senadores del parlamento y a los medios de comunicación en general. Gracias, señor presidente.
Edil Martín Burutarán
Quiero plantear las cosas como son. El 31 de julio pasado, se cumplieron cincuenta y cinco años del primer golpe tupamaro, fecha que no debería tener mayor trascendencia, pero que, en honor a la verdad histórica, merece recordarse. Una verdad que los tupamaros y sus adherentes han ido distorsionando, porque no les conviene recordar que se alzaron contra la democracia. El propio José Mujica, hace pocas semanas, insistió en esa teoría, de que los tupamaros se alzaron contra la dictadura. Sin embargo, la evocación de las fechas como el 31 de julio, lo desmiente totalmente.
El 31 de julio de 1963, los tupamaros robaron armas del Club de Tiro Suizo, en Colonia. Se llevaron unos cuantos fusiles, aunque no llegaron muy lejos, porque uno de sus vehículos volcó en la ruta 3 y algunas armas quedaron esparcidas en el lugar. La policía identificó a varios de los ladrones, entre ellos, a Raúl Sendic Antonaccio, quien entonces pasó a la clandestinidad, en un país con problemas, sí, pero con un estado de cosas muy lejos de justificar un levantamiento armado.
Ese fue el punto de arranque de un fatídico intento guerrillero inspirado por el éxito del castrismo triunfante en Cuba.
Desde ese 31 de julio en adelante, los tupamaros impulsaron una corriente de atracos, extorsiones, bombas, secuestros y asesinatos, perpetrados en la década del sesenta y principios de los setenta.
La violencia de los iluminados que ya actuaban en 1963, fue la primera causa de la intervención de los militares, y del golpe de estado que sobrevino diez años después, en 1973.
Por todo ello, vale la pena evocar la cantidad de fechas que los tupamaros empezaron sus correrías. Fue el 31 de julio de 1973, en que hizo exactamente cincuenta y cinco años. Negarlo, equivale a falsear la historia para justificar aquel demencial brote guerrillero.
Señor Presidente, solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada a los medios de comunicación departamentales. Muchas gracias.
Edil Carlos Silva
Hoy vamos a describir y trasmitirles la crítica situación que está viviendo la policlínica de colonia Garibaldi en nuestro departamento.
Días pasados, vecinos de colonia Garibaldi nos contactaron para plantearnos una preocupación de toda la comunidad. El pasado lunes nos hicimos presentes, y resulta que el problema, es que desde hace casi un año la policlínica de dicha localidad funciona de manera totalmente irregular, según nos indican los vecinos.
Nos plantearon que la persona encargada de la misma, la enfermera, se encuentra con licencia médica desde hace mucho tiempo, y los inconvenientes que eso trae aparejado son múltiples. Desde que no hay quien pueda dar un inyectable o curar una simple herida, hasta que en caso de una emergencia, no hay nadie preparado para asistirlos y están a la buena voluntad de algún vecino. Los relatos que pudimos escuchar son múltiples y de los más variados.
Por ejemplo: la policlínica permanece cerrada y solamente se abre, y, a veces, cuando va algún médico a dar consulta. Se ha llegado al extremo de atender niños o mayores en la puerta y a la intemperie, y pudimos ver fotos de eso, señor Presidente. Incluso se ha llegado al extremo de no atender a todos los niños presentes para la consulta, porque dicen que dan determinada cantidad de números y tienen que esperar quince días, o, sino, venirse a Salto.
En otras oportunidades, los médicos que llegaron a dar consulta se negaron a atender a los pacientes fuera de la sala, y se fueron, dejando a los vecinos sin la consulta tan necesaria y justa que se merecen.
Esta situación fue denunciada desde hace mucho tiempo a las autoridades de la salud, y hasta ahora, lo único que lograron, fue que durante un mes les mandaron un suplente, suplente que ya no está y todo volvió a como era antes. Según nos relataron los vecinos, el cambio que vieron en la atención y las prestaciones que brindaba esta persona, eran notoriamente superiores y no saben por qué lo sacaron de allí.
También, nos comentaban que los medicamentos se entregaban cuando va el médico, y, muchas veces, no tienen lo que el paciente necesita, llegando al extremo de que pacientes crónicos se han quedado sin sus medicinas. Varias mujeres presentes en la reunión, nos comentaron que recibieron anticonceptivos vencidos, y que les dicen que igual sirven; algunas, argumentan que los mismos no surgieron efecto, y hoy, están embarazadas.
Todos estos datos fueron aportados por los vecinos y, como no nos gusta quedarnos con una sola campana, intentamos comunicarnos con el encargado de la RAP de Salto, el doctor Diego Lombardo. Varias veces tratamos de comunicarnos, hasta que un día nos atendió un funcionario, nos presentamos, le describimos cuál era la situación y cuando nos fue a comunicar con el director, se nos dijo que se encontraba en una reunión. Por supuesto que le solicitamos si podía comunicarse con nosotros, y se nos manifestó que sí, dejamos nuestro contacto, pero, hasta ahora, ninguna respuesta hemos recibido.
Los vecinos, cansados con esta situación, decidieron realizar una carta dirigida a las autoridades y nos entregaron una copia; la misma, tiene las firmas de una cantidad importante de habitantes de la zona; más de noventa vecinos firmaron esta carta, la que adjuntamos a este planteo.
En Garibaldi y alrededores, viven más de ciento setenta familias que dependen mucho de esta policlínica. Su preocupación es seria, y entendemos que esta situación es insostenible. Todos los uruguayos, sin importar donde vivan, merecen una atención médica digna y de calidad. No es mucho lo que piden, no están solicitando un médico las veinticuatro horas, tampoco una ambulancia –que, por cierto, sería muy importante-. Los médicos van solamente dos jueves al mes y todos los miércoles: medicina general, pediatría y partera; nada más que eso.
Lo que ellos requieren, es que al menos, tengan una policlínica funcional y a la orden de la comunidad, una referencia médica en su lugar, para no tener que depender siempre de la capital.
Estamos convencidos de que este es un reclamo más que justo, y es por esto que lo traemos aquí, para compartirlo con todos ustedes.
Esperemos que, luego de que esta situación tome estado público, las autoridades decidan tomar cartas en el asunto y aportar la justa solución que esto merece.
Señor Presidente, solicitamos que la versión taquigráfica de nuestras palabras sea enviada a las autoridades correspondientes y a todos los medios de prensa del departamento. Muchas gracias.