María Cavallo
Una mujer diferente, que para muchos “no tiene todos los patitos en fila”(como ella misma lo dice), pero que digan eso de su persona no le importa, lo que la muestra como una mujer que superó todos los “que dirán” que marca la sociedad y reprime.
María Cavallo superó el afuera y el adentro, en esa lucha constante entre ser y hacer lo que uno quiere y la presión de los demás. Ahora, sumida en su lucha por los derechos de los animales en cautiverio, recordada por haberse encadenado en el Zoológico de Salto en su reclamo por la liberación de la osa Eva, María Cavallo continúa firme como activista y convencida en que así como la sociedad superó la esclavitud también podrá superar el hecho de ver a los animales como cosas respetando su derecho a vivir sanamente en su hábitat natural.
¿Su lucha por los derechos de los animales surge con la osa Eva o ya lo sentía de antes?
“Yo me crié como muchos de mi generación viendo en los fondos de nuestras casas como se criaban gallinas o lechones y se mataba a esos animales como algo normal. Como muchas otras cosas en la sociedad que se naturalizan y se legitiman hasta que alguien lo cuestiona porque no esta bien. Me acuerdo que de niña fui al fondo y vi un perro que se estaba comiendo la mitad de una gallina viva. Eso fue algo que me dolió mucho, todavía lo recuerdo y fue muy fuerte para mi. Hoy, incluso vemos como se carnean animales delante de los niños y nos criamos como adaptándonos a cosas que nuestro corazón y nuestra alma rechazan, por eso yo le digo siempre a mis hijos, si ustedes un día están en una situación que no les gusta o sienten que no está bien, se van de ese lugar, no se queden sufriendo. Y eso es válido para todos los órdenes de la vida”.
¿Qué es el maltrato animal para usted?
“El maltrato no es solo el del zoológico, es también el abuso, el sufrimiento, el golpe, en seres que tienen carne y hueso, que lloran, que sienten, que se aferran a una persona cuando sienten un poco de cariño. A veces pasa que muchas personas se crían viendo ese maltrato y lo ven como algo normal, que esta bien que sea así, como pasa con la violencia doméstica. Muchas personas viven en familias donde el golpe, el grito es habitual y después se repite eso también en las parejas que se elijen pensando que es normal. Por eso siempre busco demostrarle a mis hijos con el ejemplo que cuando uno siente que algo no esta bien tiene que salir de eso, que buscar ayuda y denunciarlo y eso pasa en la violencia familiar y también en la violencia hacia los animales. Siempre dicen, toda la vida pasó, y así fue con la esclavitud, los golpes a la mujer y el maltrato a los animales, que se legitima por la sociedad y la costumbre”.
Se la ve como muy sensible al dolor o más que otras personas, ¿se siente así?, (mientras la entrevistada dejaba lucir sus ojos húmedos de lágrimas al hablar del maltrato)
“Yo a veces me siento sola en esta lucha, porque por ejemplo me parece mucho más importante hablar de leyes contra el maltrato animal en lugar de hablar como esta vestida fulana o que hizo. Y a veces veo que la sociedad está muy metida en eso y no en temas realmente importantes. Pero hubo una época en que yo también era así, subía solo fotos mías al facebook, como que el centro era yo y por eso hoy en día trato de ir más allá”.
¿Cuándo se dio ese cambio en usted?
“Hubo muchos momentos. Yo tuve una infancia complicada porque mis padres se peleaban mucho. Me casé, tuve dos hijos, el padre de mis hijos me prohibió una cantidad de cosas y yo pensaba que eso era normal. Tuve problemas con el alcohol, tuve Cáncer. Yo no me daba cuenta que me tenía que separar, que me estaba muriendo. Y ta, acá estoy, hice lo que tenía que hacer para salir adelante y enfrenté un montón de cosas. Trabajaba todo el día, hasta como las once de la noche en la peluquería para poder criar a mis hijos, yo estaba terriblemente sobrepasada con todo y todo mi cuerpo me llevaba a pedir auxilio. Fui a Alcohólicos Anónimos y empecé a superar eso del que dirán, porque muchas personas creen que es una vergüenza ir a Alcohólicos Anónimos y prefieren seguir tomando. Por el Cáncer pasé como dos años con quimioterapia y la gente como que se fijaba mucho en mi apariencia. Un día fui y me compré una peluca fucsia y salí por calle Uruguay solo para ver la reacción de la gente que se codeaba y se reía de mí, era como para desafiarla y también una terapia para mí y para vencer el que dirán. En ese momento no estaba consciente del tema de la defensa de los derechos de los animales, estaba sanándome a mi misma”.
¿Pero superó todas esas cosas?
“Después, tengo mi vida como cualquier persona, trabajo en la peluquería, hago cosas que me gustan como reformar o crear ropas o carteras. La peluquería es todo para mí, mis alegrías y mis tristezas, todo lo pasé en la peluquería. Durante muchos años di clases de música en la UTU porque yo era profesora de piano y como tenía formación en derecho también di clases de una materia que se llamaba educación moral y cívica. Pero la peluquería fue más que todo lo demás y terminé dejando de dar clases”.
¿Y cuándo empieza su lucha por la osa Eva?
“Un día vi una foto de la osa Eva en facebook y me llegó mucho.
Sentí su tristeza. Empecé a luchar por su libertad sin pensar mucho en todo lo que se vendría. Después me encadené por Eva y mi lucha siempre fue buscando lo mejor para ella. Desde ahí empieza todo esto que es sin retorno.
No es que salí a buscar prensa, no sabía que hacer y yo hice lo que sentía que tenía que hacer, es mi forma de ser y busqué el facebook como forma de expresar todo eso”.
¿Pasó por momentos difíciles en esa lucha?
“Una de las cosas que más me dolió en esto de la osa Eva fue que un funcionario del Zoológico me dijera que yo era una persona no grata y que no era bienvenida, cuando lo único que quiero es lo mejor para los animales. Después, otro episodio feo fue cuando nos cayó como una lluvia de piedras un día que estábamos protestando por la liberación de Eva. Ese tipo de cosas me dan miedo, e incluso a veces cuando voy al zoológico aviso antes a la policía como diciendo que si me pasa algo es porque fui al zoológico. Después, lo que la gente diga, no me afecta”.
¿Todavía quiere que la osa Eva sea liberada?
“Yo quería que la liberaran, después, cuando vi lo que pasó con el león Tito (del zoológico de San Carlos – Maldonado) que por negligencia cuando lo iban a trasladar lo mataron, no quería que movieran a Eva de acá. Pero yo me pregunto, ¿qué pasa con las crías de muchos animales que nacen en el zoológico y después ya no están más y nadie dice ni sabe nada? Y yo no culpo a nadie pero el zoológico tampoco me da la garantía de lo que pueda pasar con esos animales, por eso prefiero que estén libres y en su hábitat natural. El intendente tiene que dar explicación de lo que pasa con los animales que mueren o desaparecen porque si son bienes del pueblo como dicen que es la osa Eva, tiene que dar explicaciones de esos animales también”.
¿Está conforme con la situación actual del Zoológico en Salto?
“Los animales que están en el zoológico están en exhibición y mucha gente pasa y los mira y se ríe como pasa con los monos. Pero esos animales viven toda una vida en una jaula y tienen que soportar un clima que no es el adecuado. Que se tomen a los animales como cosas, que se canjean y se compran y venden no está bien. Por eso, culpo al Estado que puede poner leyes contra el maltrato animal y castigar a quienes hacen sufrir a los animales”.
¿Ese mensaje se lo transmite a sus hijos?
“Yo trato de enseñarle a mis hijos que cuando vean una situación que no les agrada que salgan a pedir ayuda, porque lo que te ahoga no es la inmersión sino el permanecer debajo del agua y hay un mensaje que me lo transmitió a mi una activista y creo que es válido también para llevarlo como insignia ¡cinco minutos de duelo y a continuar! Eso también se lo enseño a mis hijos, a no quedarse varados sufriendo mucho tiempo, porque así como hay otros animales que te necesitan también hay otras personas que te esperan, la vida sigue y hay que continuar”