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viernes, 4 de julio de 2025
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Somos celíacos, no somos millonarios

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Diario EL PUEBLO digital
Enlace para compartir: https://elpueblodigital.uy/yy6v

Ante la lectura de tanto material que por nuestro propio trabajo tenemos a la mano, un tema que sin duda no pasó desapercibido fue un artículo cuya titulación es «Somos celiacos no millonarios».
¿Porqué los celíacos deben pagar más por sus alimentos?
En este breve informe encontramos las palabras y experiencia de los entrevistados que saben de lo que hablan.

Celíacos Salto busca que se apruebe una Ley para Celíacos como ya hay en otros países y asesora sobre la enfermedad

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Con Sara Fernández Silva, del Grupo Celíacos Salto

En 1989 hubo una orden dada a sanatorios y hospitales por parte de la autoridad sanitaria del país para elaborar una lista de pacientes celíacos. Si alguien solicita hoy esa lista, representantes del Grupo Celíacos de Salto afirman a EL PUEBLO que la misma no existe, salvo una lista elaborada por uno de sus integrantes, Sara Fernández Silva, la que ha ido confeccionando con el correr de los años y que a esta altura alcanza a unas cuatrocientas personas, «pero tengo la seguridad que deben estar faltando no menos de quinientos celíacos que no conozco». Fernández ha ido registrando a cada celíaco para tener una guía de lo que ocurre en Salto con esta enfermedad. «Si me encuentro a alguien en el super revisando productos para celíacos, enseguida me acerco y le pregunto si es celíaca, si es, ya le tomo todos los datos y la incorporo a ese registro».

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Cuando Fernández tomó noticia de su enfermedad, comenzó a reunirse con otras personas que también eran celíacos buscando fundamentalmente informarse e informar a otras personas de la condición de su enfermedad, buscando brindarle contención. A partir de mayo de 2017 se unieron al grupo Celíacos de Salto, manteniendo reuniones semanales en el Club de Leones Salto Centro, las que debieron suspenderse en 2020 por la pandemia del COVID 19, manteniendo igualmente contacto a través de un grupo de WhatsApp.
De esa forma iniciaron en el pasado mes de mayo a través de su página de Facebook una campaña de «registro de la población celíaca de Salto» pero únicamente de aquellas personas «que hayan sido diagnosticadas mediante biopsia de duodeno». El objetivo que se busca a través de este registro, «es cuantificar los casos de celíacos en nuestro departamento, al igual que lo están haciendo en el resto del interior». Según consta en dicho documento colgado en su página de Facebook, la realización de este registro habría terminado, pero Fernández destaca la importancia de acercarse de todas maneras al grupo, que lo podrá asesorar en lo que necesite respecto a esta enfermedad.
«Cuando el Ministerio de Salud Pública impartió aquella orden en 1989 para elaborar un registro de personas celíacas –agregó Fernández-, adujo en ese momento que era porque se tenía pensado hacer una ley para celíacos, como hay en otros países. Bueno, al día de hoy esa ley sigue sin aparecer. El senador Germán Coutinho presentó esa inquietud en el Parlamento y esperemos que sea de recibo por las autoridades. El propio ministro de Defensa, Javier García, a quien conozco por tener en su familia a un celíaco, me dijo que ojalá salga esa ley, le tuve que recordar que eso depende de los políticos, que son los que hacen las leyes».
¿Una ley para qué? En principio para abaratar costos de lo que implica una canasta básica de personas celíacas. «Lo que yo pago por un pan de tortuga, equivale a que ustedes compren un paquete con seis u ocho tortugas. Todo es carísimo para nosotros, no podemos comer cualquier cosa». Recuerda que «conseguimos que un supermercado pusiera una góndola exclusiva para celíacos, y de esa forma quienes vamos a hacer las compras sepamos directamente a dónde ir a buscar nuestros productos, pero nunca tiene nada, tiene poquitas cosas. Si vas a Brasil, vas a ver los supermercados con góndolas exclusivas para celíacos cargadas de productos, pero lamentablemente acá aún no hemos logrado eso». Pero además, también se reclama que a través de la ley «se bajen los precios de la medicación que debemos tomar y algunos costos en los laboratorios». Se trata de hacer una ley integral como las que hay en otros países más avanzados en este tema.
Fernández recordó que cuentan con «NMAT (National Medical Admission Test), que nos da el listado de todos los medicamentos, está continuamente poniéndose al día a través de una aplicación que tenemos en el celular, como tengo yo, por ejemplo, y si voy a un lugar y estoy en duda de comprar o no, me meto en esa aplicación que me informa»
«En Salto, los celíacos no podemos ir a comer a ningún lado, hay solo un restaurante («La Caldera») que tiene comida para celíacos. Lamentablemente en otros lugares, ni podemos ir a tomar un té o un café porque no tienen el té o el café que nosotros podemos tomar, y pedir un postre, olvídate. O sea que acá no podemos salir, salvo que salgamos con nuestra comida. Yo viajo con todo, voy a casamientos o a cumpleaños o aviso que soy celíaca o me llevo todo, lamentablemente es así».
«No hay empatía de nadie, porque enseguida te dicen ‘pero yo no soy celíaco’, o no tienen comida para celíacos. No hay empatía de los restaurantes ni de nadie. Vamos a un cumpleaños familiar y enseguida te dicen, ‘ay, me olvidé tuyo’», concluyó.

Elvira Rolla fue diagnosticada en 2014 y a partir de allí fue «muy difícil hacer una vida normal»

«Al comienzo fue difícil respetar la dieta… comía a escondidas»

Elvira Rolla Martínez tiene 47 años de edad, es madre de siete hijos y trabaja como educadora en un centro CAIF de nuestra ciudad. Cuenta que desde niña sentía malestar de diverso tipo, pero no se sabía la causa, hasta que hace siete años fue diagnosticada como celíaca y desde entonces su vida cambió completamente. Sostiene que por diferentes motivos no resulta nada sencillo convivir con la celiaquía: «es muy difícil hacer una vida normal», afirma.

En busca de su palabra también fue EL PUEBLO al momento de elaborar el presente informe.

  • ¿Cuándo supo que era celíaca?
    En el año 2014 fue que me realizaron la biopsia que confirmó mi Celiaquía.
  • ¿Y desde antes notaba síntomas de esta enfermedad?
    Desde niña me sentía mal, con dolores de cabeza, vómitos, constipación, anemia… Pero los médicos no daban con mi problema.
  • ¿Cómo surge el diagnóstico?
    Mis exámenes surgen porque llevé a mi hija al gastroenterólogo por dolores abdominales, el médico decide hacerle exámenes de sangre para descartar que fuera celíaca. Entonces le comento mis síntomas y me manda a mí también dichos análisis en sangre. A mi hija le salen negativos, no pasando eso conmigo, sino que resulta que los anticuerpos son positivos para mí.
  • ¿Cómo recibió la noticia de ese resultado positivo?
    Luego del resultado de la biopsia fue un impacto bastante fuerte, en esos momentos estaba embarazada de mi séptimo hijo. Al comienzo fue difícil respetar la dieta, me hacía trampas a mí misma, porque comía a escondidas, pero claro, después me sentía mal. Me costó mucho hacer la dieta, en gran parte por lo económico, porque tengo siete hijos y se me hace muy difícil comprar los alimentos aptos, así como también las materias primas para realizar las recetas, es decir para elaborarlos yo misma.
  • ¿Siente que la vida se le ha vuelto difícil o simplemente diferente?
    Es muy difícil hacer una vida normal…
  • ¿Por ejemplo?
    Por ejemplo, si vas a una fiesta, cumpleaños, despedidas, donde lo que hay es todo de lo que no podés comer nada. Además, es difícil porque tengo que cocinar, hacer mandados, también para mis hijos, y es ahí que veo todas las cosas ricas que no puedo comer. También es difícil porque lo económico muchas veces no te deja comprar los alimentos indicados. Con el tiempo he aprendido a realizar algunas recetas, pero se me hace complicado por la famosa contaminación cruzada.
  • ¿Qué es eso?
    Contaminación cruzada es la que se produce por ejemplo cuando cortas un pedazo de pan con un cuchillo y después vas a cortar tus alimentos con el mismo cuchillo, eso no se puede hacer. Lo mismo cuando lavás cosas que pueden tener gluten, con una esponja, y después vas a usar la misma esponja para tus cosas.

El gluten es una partícula tan pequeña que se mete en cualquier lado: en la tabla de cortar pan o verduras, en los utensilios de cocina, en el repasador…en la máquina de cortar fiambre, por eso la máquina tiene que estar lavada. La harina es muy volátil y produce contaminación si está en esa máquina o en los cubiertos, o platos. Otro ejemplo: puede pasar en una carnicería donde hagan milanesas, que el pan rallado caiga en la carne picada.

  • ¿Nota que en general se ha avanzado en cuanto al conocimiento que tiene la gente sobre esta enfermedad y a la oferta de productos especiales?
    Sí, además se nota eso en que hoy en día hay más variedad de productos especiales para personas celíacas, hay más comercios que ofrecen estos productos, aunque creo que estamos lejos todavía de la accesibilidad a los productos y a un costo más accesible.

Sin más podemos ver que en la vecina ciudad de Concordia hay muchas, pero muchas más variedades de alimentos y el costo económico es casi a la mitad que acá. Otro tema es el etiquetado de los productos, con el logo y las especificaciones del contenido, eso todavía falta más.

  • ¿Su familia ha logrado adaptarse a sus requerimientos?
    Sí, te diría que hoy en día las personas que me conocen, sobre todo en mi ámbito familiar o en el lugar de trabajo, cuando me invitan a alguna reunión ya piensan en lo que yo puedo comer.

«Tener a una hija celíaca fue toda una trayectoria de mucho sacrifico»

María Celia Álvarez Núñez – Madre de paciente celíaca

uestra entrevistada, María Celia Álvarez Núñez, es madre de Katy, una joven de 25 años que, comenzó con la enfermedad al año y poco de vida. Nos cuenta cómo fue el descubrir una situación confusa por ser, en aquel momento, desconocida, y luego, afrontarla, en base a una dieta sumamente difícil de llevar adelante, sumado el alto costo que conlleva.

NADA FÁCIL
Tener a una hija celíaca fue toda una trayectoria de mucho sacrifico, mucho, llanto, muchas angustias, en el sentido que, cuando nació, ella ahora tiene 25 años, cuando empezó a comer al año y medio, fue cuando arrancaron todas las complicaciones. En aquel tiempo todavía no existía la palabra celíaco. No se sabía bien lo que era.
Tenía dos años y pesaba 9 kilos, por lo que estuvimos tres meses en Montevideo, siendo una especie de conejita de indias, padeciendo muchas biopsias. Allí me la desahuciaron, me la dieron para que la trajera, entraba a hacérselas y no sabíamos si salía con vida. En fin, pasamos por muchas cosas; hasta que descubren totalmente la enfermedad, pasás por muchas angustias. Hablo como madre.
Una vez que la traje a Salto, una persona que me vio muy mal, me aconsejó que la llevara al Puigari, donde al final la tratamos durante cinco años. Cuando comenzó a tratarse allí, estaba muy grave, pesaba 9 kilos apenas, imagínese, con dos años y poco. Me la fueron llevando poco a poco, aunque la trataron como alérgica, porque, todavía no se sabía el tema del celíaco. Fue bravo. Viajaba día por medio, para darle una vacuna; luego una vez por semana y luego, una vez por mes. Fue duro, realmente.
Después, a los 12 años, al ser un tema muy diferente a la alergia diagnosticada, comenzaron los problemas alimenticios. Recuerdo una noche en la que comenzó con vómitos imparables, y ahí, el médico que empezó a tratarla fue Ibargoyen, quien inmediatamente me dijo que era celíaca, mandándola a Montevideo, donde le realizaron una nueva biopsia. Aunque fue el examen de sangre donde le saltó que tenía un grado avanzado de celiaquía que nunca habían visto, me dijeron.
La agarramos a tiempo, tenía casi perforado el estómago y todos los intestinos comidos. Fue algo espantoso.

TRATAMIENTO
Si bien es por grados como avanza la enfermedad, ella la tenía muy alta. Ahí comenzó con el tratamiento en base a una dieta estricta, también, concurrir al Psiquiatra, por todo lo pasado.
Reitero, ella tenía el estómago casi perforado y los intestinos comidos, y es por eso que, cuando no se cumple con la dieta, cuando el enfermo no se cuida, deriva en un cáncer.
El tema dieta es algo complicado. Como madre le digo que, no sabemos para dónde disparar. Empezamos a averiguar cómo era, de qué manera poder realizarla. Ella misma tuvo que ir al Psiquiatra, no por otro motivo que no fuera el ayudarla a enfrentar esa realidad. Además, le trajo consecuencias como el hipotiroidismo, hipoglicemia, muchas cosas aparejadas. Esta enfermedad, si uno no se cuida, trae otras consecuencias. Son personas que no tienen defensas.
Súmele que, la dieta, es lo más caro. Es una alimentación sumamente cara, porque, todo, desde la harina que es especial, la higiene al no poder tener nada contaminado, no se puede cruzar, por ejemplo, alimentos en la misma cocina, debiendo cocinarse y prepararse todo aparte. Lo difícil que era, ya que yo, por ejemplo, tenía a mis otros hijos que, no eran celíacos. Al final, en aquel momento, tomé la decisión de cocinar lo mismo para todos. Porque, si no cocinás, es imposible comprar la comida hecha con lo que cuesta. Además, en aquel momento, no existían lugares que prepararan ese tipo de comida, hoy sí los hay, pero, de todas formas no es muy barato.
En estos momentos, ella, con 25 años, no puede alimentarse de la misma manera que nosotros, que si tenemos un antojo vamos y lo cumplimos. Por eso digo que, lamentablemente, no se alimentan bien. A nosotros, un bollo que nos cuesta 10 pesos, a ella le cuesta 100. Es todo un proceso de adaptación, en varios aspectos.
Mi hija sabe, es consciente de que tendrá dicha enfermedad de por vida, que no puede comer nada que no sea lo indicado, a lo cual se acostumbró. Reitero, considero que no se alimentan bien, en el sentido que, no se pueden comprar todos los días harina para hacerse unos bizcochos, cuando medio kilo de harina especial, cuesta unos 300 pesos; después está la goma especial para unir la masa, que cuesta otro tanto. Parar comer como uno desearía hacerlo, tenés que ser millonario. He agarrado bastante la mano en el tema y le he enseñado a ella cocinarse, ya que no esté por siempre. Pero es muy difícil.
Los enfermos celíacos con pocos recursos, necesitarían una ayuda del Estado. Se les niega una pensión, siendo que necesitan medicamentos además del costo de la alimentación. Pero hasta el shampoo y el jabón son especiales para ellos. Es algo a tener en cuenta y que debería tener un tratamiento profundo.
El Estado debería estar más presente. Se ha venido trabajando en el tema, pero falta mucho aun.

«El tratamiento debe seguirse tanto en pacientes sintomáticos como asintomáticos, de por vida»

Victoria Pagani, Lic. en Nutrición:

Victoria Pagani (26 años) egresó el año pasado de la Universidad Católica del Uruguay como Licenciada en Nutrición. La pandemia, la cuarentena, la vuelta a Salto, fueron impulsos para comenzar su proyecto «Healthy Bytoria»: trabaja de forma independiente brindando consultas 100% online adaptadas a la nueva normalidad, donde ayuda a personas de todo el país a «crear hábitos saludables y mejorar su calidad de vida, mientras disfrutan del proceso; además divulgo información, consejos y recetas saludables en mi cuenta de instagram @healthybytoria», comenta al conversar con EL PUEBLO.

-¿Cómo definirías a la Celiaquía?
Es una enfermedad crónica, autoinmune, caracterizada por una intolerancia a las proteínas que forman el gluten, en personas genéticamente predispuestas. Estas proteínas dañan las vellosidades del intestino delgado encargadas de absorber los nutrientes, lo que ocasiona una malabsorción que puede derivar en graves problemas de salud, no sólo a nivel digestivo, sino de otros sistemas. Puede ser causa por ejemplo de talla baja, trastornos neurológicos, osteoporosis e infertilidad, entre otros. Al contrario de lo que se suele pensar, no existen grados de celiaquía sino que hay personas más sintomáticas que permiten un diagnóstico precoz de la enfermedad, y otras cuyos síntomas no son tan claros, o incluso son inexistentes.

-Si hablamos de dieta, ¿cuál es el tratamiento?
Consiste en una dieta estricta libre de gluten, que excluye a 4 cereales: trigo, avena, centeno, cebada y a todos sus derivados. El tratamiento debe seguirse tanto en pacientes sintomáticos como asintomáticos, de por vida. Una dieta libre de gluten permite no sólo remitir los síntomas, sino también recuperar la funcionalidad intestinal y llevar una vida normal.

-El trabajo del nutricionista con estos pacientes, ¿en qué consiste?
Los nutricionistas trabajamos en todas las etapas de la enfermedad. En un comienzo, el tratamiento nutricional está focalizado en tratar las deficiencias alimentarias que pueda tener el paciente, como la anemia ferropénica por ejemplo, y disminuir los síntomas presentes. Una vez se haya recuperado su estado nutricional, se brinda EAN (educación alimentaria nutricional), tanto a paciente como a su familia, educando sobre cuáles son los alimentos a excluir y las consecuencias que puede tener el incumplimiento de la dieta. La educación es un pilar fundamental del tratamiento, ya que el gluten es utilizado por la industria con diversos fines tecnológicos. Está presente en muchos alimentos que a priori no deberían incluirlo, como lácteos, fiambres o conservas, e incluso lo podemos encontrar en productos no alimenticios, como pasta de dientes, shampoo, o medicamentos. A largo plazo, lo ideal es continuar con un seguimiento donde se acompañe al paciente para lograr una mejor adhesión al tratamiento.

-Hemos oído a nutricionistas hablar de personas sensibles al gluten, pero no celíacos, ¿es así?
Sí, en los últimos años ha aumentado considerablemente la prevalencia de una nueva enfermedad, la sensibilidad al gluten no celíaca. La comunidad científica aún está estudiando sus causas, y no se ha establecido un criterio para su diagnóstico, sin embargo se habla de una prevalencia 10 veces mayor a la celiaquía. Al igual que los celíacos, las personas con sensibilidad al gluten no celíaca tienen una intolerancia al gluten, pero la principal diferencia es que en este caso no es mediada por el sistema inmune, o sea, si se realizan las pruebas de celiaquía, darán negativo. Otra diferencia con la celiaquía es que esta enfermedad es en algunos casos reversible, ya que puede ser secundaria a otras alteraciones.

-Ahora parecen estar de moda dietas para celíacos pero usadas por otras personas, para adelgazar. ¿Qué hay de cierto?
Hoy en día las dietas gluten free se han puesto muy de moda, bajo la falsa creencia de que son más saludables, o incluso que puedan ayudar en el descenso de peso. Sobre esto quiero destacar que las únicas personas que se benefician con una dieta libre de gluten son las personas con celiaquía o quienes presentan sensibilidad al gluten no celíaca. Para el resto de las personas, seguir una dieta sin gluten es totalmente inútil e incluso puede causar la pérdida de la capacidad de absorción de estas proteínas.

«Tanto en el niño como en el adulto los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando su diagnóstico»

Dra. Marie Howe – Gastroenteróloga

a Universidad Católica del Uruguay realizó una investigación sobre la enfermedad celíaca, síntomas, diagnóstico y dieta saludable para sobrellevarla, ya que tiene varios aspectos que dificultan a la persona celíaca mejorar su calidad de vida.
La Dra. Marie Howe, Gastroenteróloga, explicó en qué consiste la enfermedad, cuáles son los estudios a realizar, el diagnóstico y el tratamiento recomendado para llevar adelante.


LA ENFERMEDAD
La enfermedad celíaca es la intolerancia permanente a un conjunto de proteínas (denominadas prolaminas), presentes en el trigo, la avena, la cebada, el centeno, que producen individuos genéticamente predispuestos. Estas prolaminas se encuentran en el gluten, una red que se forma por la hidratación y el amasado de la harina. La intolerancia al gluten aparece en las personas que tienen predisposición (genes HLA) para sintetizar una proteína que posee la capacidad de unirse anormalmente a las prolaminas. De éste modo, a nivel de la mucosa intestinal se genera un complejo proteico atípico que no es reconocido por el sistema inmunológico del organismo y por lo tanto, es atacado por los linfocitos T generando una reacción inflamatoria. Esta verdadera alergia alimentaria determina el aplanamiento de las vellosidades del intestino delgado, que son especiales para la absorción de nutrientes, vitaminas y minerales. Dentro de ese contexto inflamatorio, también se genera la producción de anticuerpos antigladina, antiendomisio y antitransglutaminasa, que son liberados a la circulación sanguínea donde pueden ser detectados a través de análisis de laboratorio sencillos y confiables.
¿A QUIÉN AFECTA?
Afecta a 1 de cada 250 personas nacidas vivas. La enfermedad celíaca la padecen individuos predispuestos genéticamente. Su base genética justifica que puede haber más de un paciente celíaco dentro de una misma familia. Pueden padecerla tanto niños como adultos. Los síntomas más frecuentes son: pérdida del apetito y peso, diarrea crónica, distención abdominal, alteración en el carácter. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando su diagnóstico. Los niños entre 9 y 24 meses presentan náuseas, vómitos, diarreas, distención abdominal, pérdida de masa muscular y peso, fallo del crecimiento, laxitud e irritabilidad. Después de los 3 años son frecuentes las deposiciones blandas, talla baja, anemias ferropénicas resistentes a tratamiento y alteraciones del carácter. En los adolescentes, en cambio, suele ser asintomática. En adultos, la máxima incidencia se registra en mujeres entre 30 y 40 años de edad, aunque el 20% de los pacientes supera los 60 años en el momento del diagnóstico.
En la enfermedad celíaca hay muchísimos síntomas por eso les afecta la calidad de vida porque se sienten mal, se sienten débiles, tienen anemia, tienen llagas en la boca, se les cae el pelo, se le quiebran las uñas, tienen diarrea, tienen materia dura, tienen dolores de panza, se les hincha el abdomen, no se desarrollan, no les viene la primera menstruación, generalmente se desarrollan más grande, cuando quieren tener hijos y no quedan embarazadas, pierden los embarazos o tienen bebés con bajo peso o muy prematuros, tienen fracturas, se fracturan cualquier tipo de hueso. Pueden de no tener nada y ser un celíaco sin síntomas y de casualidad, porque tiene un familiar celíaco; se estudia a la familia y a veces se descubre a un celíaco que no tenía ningún síntoma o puede tener todos los otros síntomas y esos son los más graves en general. Los más complicados son en el intestino porque le afecta muchísimo. Cuando están haciendo la dieta les afecta la vida, en sentido de tener que cuidarse en lo que comen, de tener que estar siempre atentos a las etiquetas, con que productos se elaboran los alimentos, pero en realidad se sienten bien en la parte médica, lo logran y hacen una vida bastante normal. Desde el punto de vista social hay cosas que hay que vigilar, que estar pendientes pero desde lo médico se normaliza.
DIAGNÓSTICO
Puesto que la enfermedad celíaca se parece a otras afecciones digestivas, sólo un médico puede determinar con seguridad si una persona la padece. Si un médico sospecha que se trata de enfermedad celíaca, probablemente indicará que se haga una prueba de sangre como primer paso para el diagnóstico de la enfermedad. Si los resultados de la prueba de sangre indican que la persona tiene un nivel alto de anticuerpos contra ciertas proteínas en el revestimiento intestinal y el gluten — una señal de que la persona podría tener enfermedad celíaca — el médico podría recomendar una biopsia del intestino delgado para confirmar el diagnóstico. La biopsia consiste en la toma de una muestra de tejido que se envía a un laboratorio para ser analizada. En el caso de la enfermedad celíaca, para tomar esta muestra del intestino delgado los médicos introducen un tubo largo y delgado llamado endoscopio a través de la boca y el estómago hasta el intestino delgado. Este procedimiento no produce dolor. La mayor parte del tiempo, la persona está sedada. En algunos casos, durante el procedimiento el médico se puede recomendar anestesia general.
TRATAMIENTO
Su tratamiento consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva una normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria. Todos los pacientes reciben información sobre la enfermedad celíaca y cómo realizar correctamente la dieta sin gluten. No obstante, este tipo de dieta impone limitaciones sociales que, con frecuencia, determinan, especialmente en adultos con síntomas leves, una escasa adherencia. Además, pueden presentarse recidivas, complicaciones o enfermedades asociadas que hacen recomendables el seguimiento del paciente celíaco durante toda la vida. El celíaco debe basar su dieta en alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz. Deben evitarse los alimentos elaborados o envasados ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten. La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.
ESTUDIOS
Para confirmar que una persona es celíaca se hacen dos estudios. El primero es un análisis de sangre, donde buscamos anticuerpos en sangre que nos digan que la persona pueda ser celíaca. Nos da la sospecha que pueda ser celíaca, y lo que realmente nos va a confirmar el diagnóstico, es el segundo estudio que es la endoscopía, es una gastroscopia con biopsia del duodeno, que es la primera porción del intestino delgado, la cual es uno de los sitios más afectados por la enfermedad celíaca.
El análisis de sangre la mayoría no tiene problema, el problema se convierte en la endoscopía. Hay mucha gente que le tiene miedo, que no se la quiere hacer, pero en general les hablamos bien, les explicamos cómo es el estudio, que no duele, que son cinco minutos, que es necesario y se lo hacen. A veces los que no quieren, no hay caso ni forma de convencerlos y se lo hacemos con anestesia. En general, cuando le explicamos la importancia que tiene saber el diagnóstico, de si son o no son celíacos, la gente se lo hace igual.
Se está atendiendo incluirlo como análisis de rutina, en general no se lo hacen. Creo que es importante porque la mayoría de los celíacos que hay todavía no los hemos diagnosticado. De 10 celíacos solo 3 son los que diagnosticamos, hay 7 que todavía no sabemos. Lo ideal sería poder incluirlo, es un examen caro y creo que esa es la principal contra de que por eso no se lo incluye, ante la mínima sospecha hay que hacerlo.
Como tiene tantas formas de manifestarse, se puede asemejar a muchas enfermedades.
Dentro de las enfermedades digestivas cualquier diarrea puede ser confundida con la enfermedad celíaca y no serlo, o a veces el intestino irritable, que es un intestino que funciona mal, trae dolor de panza, da hinchazón, da diarrea, que bien se confunde con la enfermedad celíaca, pero para eso están los análisis.

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