Quien esto lea seguramente dirá “con el diario del lunes todos sabemos los resultados…”, no dudamos que en alguna medida es así, pero de todas formas nos parece oportuno realizar algunas precisiones que no siempre se tienen en cuenta.
Nos referimos a las compras, como a los negocios e inversiones que se hacen hoy cada vez con mayor frecuencia a través de Internet.
Es que en todos los casos estos negocios se basan en la confiabilidad, en la credibilidad de quien está negociando y por ambas partes. Los negocios por Internet configuran un mercado creciente que no dudamos que habrá de alcanzar mayor importancia aún de la que tiene hoy, porque es incuestionable que se trata de una herramienta revolucionaria, Ud. puede comprar sin moverse de su casa hasta en China y recibir lo comprado desde la comodidad del hogar.
Pero la cuestión esencial es que en todos los casos estas transacciones se basan en la credibilidad y lamentablemente hoy existen muchas formas de engaño para intentar al menos lograr esta credibilidad y en numerosos casos estas estratagemas de los estafadores salen exitosas.
Esto se debe en buena medida a que sobre todo en las edades más tempranas, en jóvenes que han nacido prácticamente con las nuevas tecnologías vigentes y por lo tanto estas forman parte de su mundo, con frecuencia ven sus ventajas, pero no se detienen a analizar los riesgos.
Ellos ven a las personas mayores, a su óptica y sus consejos como “cosas de viejos”, de alguien que está fuera de época, de demasiado desconfiados, ni siquiera cuando chocan contra el muro de la realidad, cuando son estafados literalmente, se convencen o asumen de los riesgos que muchas veces corren sin estar debidamente seguros de lo que están haciendo.
A menudo las estratagemas de los timadores consisten en lanzar alguna “carnada”, es decir difundir y promover el caso de una o unas pocas personas que “han ganado fortunas”, haciendo el negocio que le ofrecen. Esto que suele tener parte de verdad, es precisamente la “carnada” para pescar incautos e indecisos.
A veces incluso se lo hace a través de personas conocidas y confiables que también han sido engañadas, y pasado a formar parte de la cadena de timo, aunque sin saberlo.
No significa esto que todo lo que se hace “on line” sea poco confiable, ni que el sistema no sirva. Significa que es necesario conocer y saber del tema y sobre todo asegurarse debidamente de la confiabilidad del sistema antes de concretar estos negocios, sobre todo cuando se trata de inversiones importantes.
Es sabio aquello que nos legó el genial Kino, a través de su Mafalda: “nadie amasa una fortuna sin hacer harina a los demás…”.
Ojalá se lo entienda y se lo atienda debidamente…
Alberto Rodríguez Díaz
El enorme riesgo de confiar sin cerciorarse debidamente
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