Y el principio fue el Río…

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Lo cierto es que el Salto Oriental

floreció a orillas del Río Uruguay.

Al impulso de inmigrantes

Liliana Castro Automóviles

audaces y visionarios

se desarrolló con ímpetu formidable.

Grandes maestros mayores de obra

levantaron valiosos edificios

que hicieron del Salto Oriental

una ciudad señorial

que nos hace decir

con merecido orgullo:

¡Somos Salteños!

(Tomado del libro “Orígenes del Salto Oriental”, Centro de Investigaciones Históricas del Museo Histórico del Río Uruguay, Salto, 2006)

Luego de hablar de los visajes de Cortés, Pizarro, Gaboto, Solís, Magallanes, Rodríguez Serrano y Grajeda, en el mencionado libro se lee: “Y transcurre el siglo XVI sin que otras naves se internen en las aguas del Río Uruguay. Es en el siglo XVII cuando realmente la Conquista del Río de la Plata toma cuerpo, perfilándose en dos diversas corrientes. Una de valor y sentido religioso, encarnada en las Misiones Jesuíticas, que comienzan su obra en el primer cuarto del siglo XVII; otra de sentido económico, encarnada en Hernando Arias de Saavedra, y que se inicia en el 1608. En este siglo y bajo estas dos corrientes es que el Río Uruguay surgirá de la informe geografía de la época (…) La Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, es la que tomará bajo su égida la conquista pacífica de esta zona del Nuevo Mundo. Por motivos especiales de latitud y naturaleza del suelo, conjuntamente un régimen de Leyes de Indias que implantaban el Monopolio Comercial, quedó rezagada con respecto al resto de las regiones aborigenes del nuevo continente. Estos padres misioneros que en ímproba v tesonera labor dejaron un detallado estudio geográfico y verdaderos documentos históricos en sus relatos, son los que harán conocer nuestro río en la lejana infancia anecdótica e histórica. El 25 de octubre de 1619, el padre Roque González, que viene por tierras del norte, cruza el río Aracatín, afluente del Río Uruguay en la Provincia de Río Grande del Sur. Funda la primera población con el nombre de Ybiriracuá, reuniendo en el término de seis meses, más de 200 familias indígenas. Esta es la primera población del Alto Uruguay, que según Azara está situada en los grados 27° 58′ 44″ de latitud sur y 2′ 3′ 47″ de longitud (…) En el año 1626 el Padre Hernando Zayas, intentarà remontar el río y llegar hasta los pueblos misioneros (…) En este viaje se salva por primera vez el obstáculo del Salto Grande o Moconá. Acortando la distancia de estas reducciones que hasta ese momento sólo podían visitarse por la ruta del Paraná. La entrevista de Hernando Zayas con el Padre Roque González, se realiza el 24 de junio de 1625, fijándose en esta fecha la total ruta de navegación del Río Uruguay, empresa exclusiva de los padres misioneros…”.

MENSAJERÍAS FLUVIALES Y ASTILLEROS

Sin lugar a dudas, el transporte fluvial y los astilleros son hitos insoslayables en la historia del Río Uruguay y, muy especialmente por el auge que tuvieron aquí, en la historia de nuestro Salto. Para conocer más, vamos a las páginas del libro “Salto de Ayer – Crónicas y Documentos”, editado por el Consejo de Educación Primaria en 1993):

Compañía Salteña de Navegación” – 1857: Los principales accionistas del Banco del Salto (primero del país), lo fueron también de la Compañía Salteña de Navegación a Vapor, figurando entre ellos los señores: Trillo, Texo, Cabal, Sañudo, Claverie y otros. Comenzó su actividad con dos vapores: “Salto” y “Montevideo”, ambos construidos especialmente en Inglaterra. El vapor “Salto”, fue el primero de este nombre que navegó en nuestros ríos y su construcción fue vigilada por el señor Apolinario J. de los Santos, gerente de la Compañía, el cual se trasladó a Inglaterra con ese objeto. Los astilleros de T. y G. Thomson de Glasgow, corrieron con el trabajo. Al botarse al agua el “Salto”, quebrándose en la proa la tradicional botella de espumante, fue madrina la señorita Robert, hija del señor W.D. Esteves Robert”.

“Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor” – 1862: El éxito de la Compañía anterior y el desenvolvimiento del comercio del litoral estimuló la formación de una nueva empresa que tomó el nombre de Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor, iniciando sus actividades con el vapor Mississipi al cual se agregaba pocos meses más tarde el Villa del Salto, mandado a construir a Inglaterra con un costo de 60.000 pesos, capacidad para 82 camarotes de primera clase, 42 de segunda, velocidad de 16 nudos”.

Saturnino Ribes y su primera flota: “Mensajerías Fluviales a Vapor” – 1866: Un antiguo empleado de la Compañía Salteña de Navegación, el Sr. Saturnino Ribes, con un capital que tenía y otro que consiguió, se hizo armador. En 1866, este hombre de origen francés, práctico e inteligente, trajo a navegar a nuestro río el vapor de pasaje y carga “Pingo”. Más tarde fueron: “Sílex”, “Saturno”, “Júpiter” y “Ónix”. Quedó entablada así la competencia entre las dos empresas. La más antigua, la “Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor” que fue sin duda alguna uno de los principales factores del extraordinario progreso que entonces alcanzó Salto, liquidó en 1879. Cuando la mencionada empresa estaba en plena prosperidad, aconteció el fallecimiento del Presidente del Directorio Don Prudencio Quiroga (padre del escritor Horacio Quiroga), hombre inteligente, activo, fecundo en iniciativas, dueño de una de las mejores casas comerciales de esta plaza. Jefe del Directorio de la Compañía Salteña, sus disposiciones eran decretos de éxito seguro en la administración de la flota. Muy pronto se dejó sentir su falta, Quedaba en el Directorio Don Domigo Fernández, también inteligente y honrado, que con Quiroga se complementaban, pero su acción quedó debilitada por la falta del cooperador principal. Así es que entraron las divergencias entre los miembros del Directorio. Don Saturnino Ribes, supo aprovechar ese desacuerdo y por hábil negocio adquirió la empresa. Los barcos de la Compañía “Mensajerías Fluviales a Vapor” izaban emblemáticamente en el trinquete una bandera llevando en el centro al planeta Saturno, que representaba el nombre de su dueño “Saturnino”…”.

Juan Carlos Palacios – Calidad agua del río Uruguay

Se han hecho avances importantes en áreas que presentaban grandes amenazas a nivel regional, a nivel local nos quedan temas serios que resolver

Juan Carlos Palacios es Técnico Rural de profesión , título que otorgaba la Facultad de Agronomía , formado en suelos e integrante del equipo que elaboró el mapa de suelos del Uruguay , desde hace un tiempo se dedica también a la investigación histórica del período de las Misiones Jesuíticas y su influencia en el norte uruguayo, pero en esta ocasión lo convocamos por sus concomiento en materia medioambiental .

Sobre la calidad que presenta hoy el río Uruguay sostuvo que si bien se ha avanzado a nivel regional ante algunas amenazas de contaminación como por ejemplo el uso de agroquimicos en la producción, a nivel local no se ha avanzado en solucionar el problema del vertedero municipal que es la gran amenaza.

El rio Uruguay nace en Brasil, a 1.800 mts a nivel del mar en el Morro da Igreja, ahí están las nacientes del río Canoas, el río Pelotas y el río Lava Tudo , en una zona fría , las más bajas temperaturas que ocurren en Brasil se dan ahí . Esos tres ríos recorren un tramo determinado , luego se juntan y forman el río Uruguay y éste en su conjunto desde su naciente tiene alrededor de 2 mil kilómetros de extensión con tres tramos, el superior dentro de territorio brasileño , el medio situado en la frontera de Argentina con Brasil y el tramo    inferior empieza en el Salto chico y va hasta la desembocadura.

Con la construcción de la represa se generaron algunos cambios y se realizaron en    época del 70 , cinco conferencias de medioambiente sobre el impacto de la represa, y una de las cosas que se afirmaban en aquellos eventos que eran grandiosos porque reunían a especialistas de Argentina y Uruguay , era que la vida últil de la misma era de 40 años debido a la gran cantidad de sedimento que se acumula en el lecho de    lago, nosotros ya superamos largamente esos 40 años y estaríamos en ese período de finalización de vida útil de la represa. Eso desde el punto de vista de la dinámica del río.

En el año 1982 se hizo la primera conferencia de medioambiente sobre la cuenca del río Uruguay con participación de los tres países. La mayor parte de la cuenca está en Brasil y precisamente este país había desarrollado mucho el área agrícola y la erosión era enorme y de ahí la carga de sedimento que tenía el río que tradicionalmente era un río de agua transparente, durante dos o tres décadas pasó a ser un río de aguas turbias.

Después cambió la agricultura, que dejó de ser con arados y pasó a ser con siembra directa y ahí disminuyó bastante la erosión y el río ha recuperado su color original , esa transparencia original.

Lo otro que también ha cambiado es la contaminación química y biológica . Cuando hablamos de la carga de sedimento estamos hablando de la contaminación física, pero en cuanto a la contaminación química tiene que ver con las industiras y con la agricultrua. La mayor carga por km cuadrado de industrias está en el estado de Santa Catarina, fundamentalmente ahí la contaminación venía de ese sector cosa que se ha ido corrigiendo bastante porque los municipios incorporaron departamentos de ecología , normativas exigentes y controles y eso disminuyó bastante.

En cuanto a la contaminación proveniente de la agricultura se podría decir que también se ha mejorado porque se ha disminuido el poder tóxico de los productos que se venían utilizando y esos productos clorados que amenazaban ser cancerígenos, se han dejado de usar y sustituído por otros y    por un manejo de la agricultura un poco más prudente .

Lo que sí hay es una amenaza que no tengo datos que esté medida pero que de hecho existe , que es el vertimento de las ciudades , todas las aguas que provienen de las ciudades. En Brasil aumentó muchísimo la población en la cuenca del río Uruguay y cada ciudad por pequeña que sea produce sus aguas residuales que van a parar a una cañada o arroyo y finalmente terminan en el río Uruguay. Eso no está medido porque tampoco hay un organismo internacional que se ocupe de medir eso.

Acá está la CARU pero que realiza mediciones compartidas con Argentina pero más arriba no hay datos.

LA GRAN AMENAZA DEL VERTEDERO

A nivel local la mayor amenaza es el vertedero municipal, algo que hace años denunciamos como una amenaza tremenda para la ciudad colocar el vertedero aguas arriba de un curso de agua como el arroyo San Antonio que desagua pocos metros más arriba de la toma de OSE. En el año 80 a nivel municipal hablando con los arquitectos de entoces , el criterio que existía en la Intendencia era que al norte de Apolón no iba a haber urbanización porque esto contaminaría el San Antonio, sin embargo empezaron a pasar los años, eso se olvidó, se ha generado un importante desarrollo urbanístico y se instala nada menos que el basurero municipal en esa cuenca.

Yo creo que esa es la mayor amenaza que tenemos desde lo local, porque la producción hortifrutícola también era motivo de gran preocupación , pero especialmente en el área hortícola se ha ido cambiando mucho la tecnología y hoy hay un manejo mucho más prudente del que existía hace 20 o 30 años atrás.

Más allá de la existencia de la planta de tratamiento de aguas residuales que vierte el agua ya filtrada de deshechos en el río Uruguay que es una innovación importante para Salto, los residuos que salen de ahí se depositan en el vertedero y son 20 toneladas diarias    los barros que se retira, el material sólido se recoge y se traslada al basurero municipal. Sirve que se vierte el agua limpia al río pero lo demás va al vertedero.

Se habla de mejorar el basurero pero lo hay que hacer es sacarlo.

En general Juan Carlos Palacios considera que se han hecho avances importantes en aquellas ´áreas que presentaban graves amenazas a nivel regional, pero    tenemos temas serios por resolver a nivel local para preservar las buenas condiciones del río Uruguay.

Teresita y Carolina Miños recuerdan el “Centro de Lancheros Salto”, de Beltramelli, Giusto y Lapeyra

“Son recuerdos de entre los años 76 y 80, 82, más o menos”, nos aclaran al comenzar a dialogar. Teresita y Carolina Miños, viuda e hija respectivamente de Osvaldo Beltramelli, uno de los miembros del Centro de Lancheros Salto hablaron con EL PUEBLO para rememorar parte de aquella historia.

“Son vagos recuerdos, mi padre era Osvaldo Beltramelli y le decían “Nana” o ”Surubí”, era lanchero y tenía acciones en el Centro de Lancheros Salto. Tenían tres lanchas de pasajeros: “El Tiburón”, que tenía un asiento de hierro en la proa, “El Peregrino”, que era mi preferida y se hundió un día que había tormenta cuando volvía de Concordia sin pasajeros, y “El Expreso Salto”, esta era la más nueva. Cuando “El Peregrino” se hundió, después lo arreglaron en un astillero que estaba en Diego Lamas y Atahualpa, donde hoy hay un gimnasio”, empieza contando Carolina y prosigue: “en la esquina de las calles Brasil y Albisu se sacaban los pasajes, se formaban largas colas, tenían varias frecuencias, en ocasiones salía más de una lancha por turno. La gente sacaba los pasajes ahí y el trámite de Migraciones lo hacía donde hoy está el Paseo del Puerto, en ese edificio (que algunos llaman Resguardo, donde se aloja el Museo el Río). De ahí al muelle donde estaba la lancha…”.

También existía el cero kilo

Piensa y surgen más recuerdos: “Viajaban mujeres y hombres a buscar cosas que después salían a vender en carrito por las calles, golpeando puertas, era una fuente de trabajo, ropa por ejemplo…Recuerdo que había gente que se encimaba una arriba de otra, iban flacos y volvían gordos (risas), hasta botellines de aceite, todo lo que podían esconderse, porque a la vuelta tenían que pasar por la Aduana. También existía el cero kilo. Hasta en el techo de las lanchas llenaban de bolsones. Era interesante ver cuando se bajaban de la lancha, corrían para llegar primero a la Aduana porque se formaban colas y si revisaban minuciosamente se demoraba, y en esas corridas hasta se les caían cosas de lo que traían en el cuerpo, entre las ropas, todo sujetado con la misma ropa…”.

Wilma, Ema, Caracciolo, son algunos nombres que recuerda de personas que viajaban a buscar mercadería para vender.

Asimismo agrega que “donde sacaban los pasajes había un kiosko donde se cambiaba plata, un mini cambio Bella Unión, o los cambistas Carlos Silva (que años después fue asesinado en Brasil y Albisu), y el “Tono”, un murguero, fallecido también. Nosotros vivíamos en la zona, en esa época era de mucho movimiento”.

Las lanchas se fueron terminando

“Se hizo la represa, se podía pasar en auto y las lanchas se fueron terminando -expresa Carolina-; mi padre se las vendió a un señor argentino de apellido Razeto, que tenía el recorrido Paso de los Libres – Bella Unión. Este hombre era hijo de un lanchero argentino, pero que no estaba acá en Concordia, estaba en Paso de los Libres”.

Teresita Miños: anécdotas como para escribir un libro

Pero también EL PUEBLO pudo conversar con Teresita, quien sostuvo con entusiasmo que “hay tantas anécdotas que se podría escribir un libro”. Esto es parte de su relato:

“Referente a los lancheros del puerto de Salto, fue al principio gente que llevaba pasajes de Salto a Concordia, dependían de Prefectura acá, pero autorizados por la Marina Mercante y el Ministerio de Transporte Naval. Llegó el momento que se les exigía tener una empresa o cooperativa, fue así que los señores Pedro Giusto aportaba la lancha Tiburón, Osvaldo Beltramelli la Peregrino y Jesús Lapeyra el Expreso Salto. González y Pereira aportaban trabajo y en cada balance un subsidio, sus lanchas no las autorizaron. La personería jurídica estaba integrada acá por el abogado Lavecchia, el escribano Señorale y el contador Borghetti, eso en Salto. En Montevideo el doctor Addiego y el abogado Borghi. En la mañana había tres frecuencias y dos en la tarde. Siempre hubo movimiento de pasaje diario, el bagayo…”. Cuando se le consulta por los productos que más recuerda que se transportaban, dice: “termos, yerba, café, frutilla, atún, gilletes, chajá…”.

Recuerda además que “en un momento venían argentinos al Casino, a las 20 horas, y el regreso lo hacíamos nosotros, mi esposo cobraba y yo hacía las listas. Once planillas con carbónico, eran para Aduana, Prefectura, Migraciones, Inteligencia, Lancheros…Se cerraba la planilla y Osvaldo con un tripulante los llevaba hasta Concordia. También había agencias de viaje del sur, como Cita, Cot, Núñez, Coit, Bruno, que con anterioridad de casi dos meses nos enviaban listas de excursiones y el compromiso de alojamiento se lo hacíamos nosotros, ya sea Hotel Biassetti, Hotel Los Cedros, Hotel Salto, Hotel Español…Hay anécdotas como para escribir un libro…Por ejemplo la compra de El Cóndor, que era un yate hermoso que lo trajeron navegando, se desarmó su interior y se transformó en lancha de pasaje”.

Dice finalmente Teresita que “próximo a inaugurarse la represa de Salto Grande, vinieron de Bella Unión dos lancheros, querían comprar una lancha y eligieron El Peregrino (la de Beltramelli, como ya contó Carolina)”.

Soy fanático de la pesca”, dice Walter Ferradas, y se lamenta que “ya hace unos cuantos años que hay muy poco pescado”

Sabíamos que este hombre, que vive en el barrio Cien Manzanas, acostumbra a ir con mucha frecuencia hasta la costa del Río Uruguay y tirar unas lineadas. Desconocíamos sin embargo que esa actividad lo acompaña desde siempre; desde su niñez transcurrida en barrio Saladero, el río es parte de sus días.

Es Walter Ferradas, extrovertido, dicharachero; tiene 66 años y para muchos esconocido simplemente como “el Cate”, quien accedió inmediatamente a conversar con EL PUEBLO al momento de redactar el presente informe, y como también gusta de tocar la guitarra y cantar, dijo: “ya tengo el título para la entrevista: Pescador y Guitarrero, como la canción”. A eso se lo quedamos debiendo.

Pero lo primero que dijo muy animadamente fue: “Toda la vida vine a pescar, desde chiquito, desde el tiempo de la casa vieja de mi padre, en Saladero, nosotros nos criamos en la Piedra Alta, nos criamos a lo biguá (risas)…¿Vio eso que dice ahí? (señala el monumento a Horacio Quiroga, donde se lee: “…el árbol, la piedra, el río”)…Bueno, también podría decir: el árbol, la piedra, el río y el Cate Ferradas (risas)…”.

Así proseguía el diálogo, donde el entrevistado cuenta que toda su familia estuvo siempre vinculada al río, nadando, pescando, acompañando a su madre a lavar la ropa:

-¿Desde siempre por esta zona, digamos al sur de la ciudad?

Y sí, nací acá en el barrio Saladero, en calle Valentín y Paysandú, Paysandú que ahora ya no se llama así, número 1410, a unas tres cuadras del río, de ahí de la Piedra Alta para arriba…

-Así que el río está presente desde aquella época…

Claro, pegado a casa había un campito donde teníamos la canchita de fútbol, ahí jugábamos todos los días y después todos a bañarnos al río. Los más grandes nos enseñaban a nadar a los menores. Había ahí grandes nadadores, como los “Patos” Pereira (Antonio y Luís), “Titi” Gil y muchos más. Muchas veces nos llevaba Juan Echeverry y a la vuelta nos llevaba a la casa de él y nos daba un vaso de chocolate o de ensalada de fruta. Y así fui creciendo, mi madre iba a lavar ropa al río y me llevaba; mientras ella lavaba yo pescaba, y así era casi todos los días. Conocí grandes pescadores en Saladero, no había trabajo, algunos trabajaban en el frigorífico La Caballada, pero la mayoría vivían de la pesca. Pescaban con espineles y redes…

-¿Se pescaba bien?

Sí, sí…Había pescado siempre. Sacábamos por lo menos una sartita para la fritada. En el caño de La Caballada era donde más nos juntábamos, porque salían todos los desperdicios de la faena y muchas veces, todos amontonados había discusiones porque se enredaban los aparejos… Yo viví la época que realmente sacábamos; sacábamos las bolsas de arpillera llena de bagres amarillos…

-¿Y ahora qué pasa, porque hay quienes dicen que se terminaron muchas especies por ejemplo?

Y ahí sí; pasa ya hace unos cuantos años que hay muy poco pescado. Yo vengo seguido y me entretengo un rato, recuerdo épocas pasadas, escucho radio, tomo mate, me distraigo, escucho el canto de los pájaros aunque queda poco monte, pero algunos pájaros todavía andan.

-¿Siempre pescó de acá de la costa o ha salido en alguna embarcación también?

Sí, he pescado embarcado; las últimas veces ya hace unos cuantos años iba con un vecino y amigo, muy buen pescador ya desaparecido, Suárez. Él tenía los pozos bien estudiados del lado argentino y era seguro que traíamos buena pesca.

-¿Alguna hora especial para pescar?

De costa me gusta mucho de noche…Antes venía más. Íbamos con amigos la mayoría de las veces pasando los dos puentes, allá antes de llegar a donde estaba el mataburro, que era la entrada a Arenitas Blancas. Juntábamos leña, hacíamos buen fuego, sartén con grasa y toda la noche pescando, si no sacábamos no comíamos. También viví una época donde íbamos al monte llamado Las Viudas.

-¿Dónde está ese monte?

Queda un poco más para adelante de Arenitas Blancas, hay un arroyo llamado El churrasco. Ahí hacíamos dos cosas, pescábamos y cazábamos palomas, traíamos bagres y una bolsa de palomas para el guiso. Esa era la comida de la mayoría de los del barrio. Teníamos que ser curtidos a la fuerza…

-Situación económica complicada…

Y claro, nosotros éramos diez hermanos, fue “dura la bocha”, pero no me arrepiento de haber vivido esa vida dura, ¿sabe por qué?, porque no había ninguna maldad, éramos todos amigos.

-¿Algo más para agregar sobre la pesca, el río, este entorno…?

Que soy un fanático de la pesca, del río, de los sauces, los ceibos, los pájaros; como dicen los Hermanos Cuestas, soy amigo de las aves pero sin jaulas…

Carlos Albisu, Presidente Delegación Uruguaya en CTM de Salto Grande. Apoyando lo que será un hub logístico multimodal con varios proyectos de inversión privada

EL PUEBLO consultó a Carlos Albisu, Presidente de la Delegación Uruguaya en CTM de Salto Grande sobre los proyectos de inversión que ha venido impulsando.

“Hace algunos años –comenzó diciendo Albisu- venimos identificando en reuniones con empresarios nacionales y extranjeros, incluso con algunos embajadores, dicho por ellos, que Salto se encuentra en un sitio geográfico y estratégico para un hub logístico multimodal. Esto es porque se trata de la entrada de mayor tráfico de camiones paraguayos, bolivianos y chilenos. Por el puente de Salto Grande los únicos camiones de esos sitios que no pasan son los que transportan sustancias peligrosas por el hecho de que el puente está sobre una represa hidroeléctrica, pero el resto sí, y son más de 30 mil camiones que pasan cada año. Además, tenemos la única conexión ferroviaria con Argentina y con Paraguay que tiene algunos kilómetros de vía férrea”.

“Lo otro que siempre se habló, y se sabe bien que es un tema que el Presidente de la República lo tiene presente en cada momento, es el de la hidrovía y lo que es el río Uruguay como medio de transporte económico y operativo”.

“El otro punto estratégico por el lugar que estamos era el tema aéreo. Sobre octubre, noviembre de 2020 surge el tema de la renovación con el gobierno nacional con la empresa que lleva adelante los aeropuertos de Carrasco y Laguna del Sauce de Punta del Este, y la contrapartida era arreglar y poner en funcionamiento seis aeropuertos de nuestro país, entre los que Salto no se encontraba. Ahí tuvimos una reunión con el Secretario de Presidencia Álvaro Delgado a quien le hicimos saber la importancia de Salto como ciudad turística pero también por lo que es su producción y futura salida de algún producto de nuestra región hacia el exterior. Ahí se pudo conseguir que uno de los seis aeropuertos fuera Salto, obra que ya comenzó y no sé si ya para fin de año va a estar pronta”.

“El otro tema es el tren, y acá no de pasajeros, de carga, porque estamos hablando desde lo logístico. Es un tema que también hemos hablado con el Presidente de la República y con el Ministro de Transporte y Obras Públicas José Luis Falero. Ya se está en los diferentes procedimientos administrativos para terminar con los 72 kilómetros que van de Queguay a Salto Grande, más los 10 kilómetros que están en la zona de Chamberlain, de un proyecto que quedó trunco en el gobierno anterior por un error de cálculo o por falta de recursos. Esto no solo permitirá que podamos conectarnos con Argentina y Paraguay sino que también se podrá llegar a cualquier punto del país”.

“A finales de 2021 y principios de 2022, hubo algunas reuniones que se hicieron en Salto Grande donde se invitó al Intendente de Salto Andrés Lima, al Senador Germán Coutinho, a la Presidenta de la Junta Departamental de ese momento, a los tres coordinadores de bancada de la Junta Departamental, a los tres Diputados por Salto, a quienes representan a la OPP acá, como también a los partidos políticos sin representación en la Junta, como son el Partido Independiente y el Partido de la Gente en ese momento, en las cuales se hacía una presentación por parte de cinco empresas, sobre todo nacionales y algunas con alguna pata internacional, sobre proyectos para Salto, que eran de diferente índole, sobre todo enfocado en un puerto seco o parking industrial, como se quiera llamar, en la zona de Salto Grande. Fue elegido por unanimidad, llegando a firmarse una especie de compromiso por todos los que integramos esa reunión, uno de los proyectos de una empresa privada que era la explotación de ese puerto seco, un freeshop, un depósito aduanero particular y un muelle de barcazas”.

“El depósito aduanero particular que estaba dentro de ese proyecto está prácticamente terminado. Es pasar por Ruta 3 y Reyles para ver ese depósito que seguramente pronto será inaugurado. Más allá de lo que es la obra en sí, que es muy grande, tiene una particularidad con algunos temas fiscales que ya está aprobado y firmado el permiso por el Ministerio de Economía y Finanzas”.

“Está en un proceso entre Aduana y el Ministerio de Economía la autorización del freeshop y lo que sería el puerto seco, al lado de La Republicana, donde se encuentra la estación de tren de Salto Grande, y toda esa explanada. Ahí se está en el proceso más burocrático en cuanto al tema de las autorizaciones”.

“Y lo que ha tenido más complejidad, a pesar de haber sorteado lo que fue la audiencia pública del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y han tenido algunos temas que han avanzado en la DINAMA del Ministerio de Ambiente, refiere al puerto de barcazas. Ahí hubo una particularidad, que es una nota por parte de la Delegación Argentina de la CARU donde puso algunos reparos puntuales, que ahora se viene trabajando entre Cancillería y Asuntos Limítrofes y la empresa privada, porque recordemos que se trata de una empresa privada, que es justamente lo que ha enlentecido este proceso”.

“La empresa nos ha hecho saber informalmente en ese punto que está buscando algún plan B porque hay algo que es real que es la demanda de carga brasilera. Esa empresa ha estado con reuniones en Porto Alegre, en San Borjas, en Uruguaiana con los Prefectos, en algún caso con vicegobernadores, con empresarios y productores de esas zonas que le han dado el okey de la necesidad de bajar la carga. Hay que seguir empujando, hay procesos que van más rápido como es el caso del aeropuerto o del depósito aduanero particular, todos emprendimientos privados”, concluyó Albisu.

Gustavo Chiriff, Intendente (interino) de Salto. “La Intendencia no está involucrada en ninguno de estos dos proyectos”

Sostuvo Gustavo Chiriff a EL PUEBLO, quien por estos días cumple el rol de Intendente interino del Departamento de Salto, en referencia a los proyectos de inversión sobre el puerto seco y el puerto de barcazas, recordando brevemente que se tratan de propuestas que tienen origen en la inversión de capitales privados en los que la Intendencia de Salto solo interviene en el otorgamiento de los permisos y autorizaciones requeridos legalmente.

“En referencia a estos dos proyectos –comenzó diciendo Chiriff a EL PUEBLO-, tanto el puerto de barcazas en la desembocadura del Itapebí, que es un proyecto privado, la Intendencia simplemente dio la autorización para la construcción en determinados términos que se encuentran registrados en un Decreto que fue a la Junta Departamental, en donde simplemente se le dio el permiso como uso productivo del suelo. En ese sentido, de parte de nuestros asesores se entendió que efectivamente cabía esa posibilidad de que se pudiera hacer allí ese proyecto como productivo, donde se le exigía hacerse cargo de hacer el camino de acceso hasta allí y su mantenimiento, y que eso no correría por cuenta de la Intendencia, además de toda la parte de deposición de residuos y basura”.

“Tengo entendido, porque después de eso no tuvimos más contacto con los inversores que llevan adelante esta propuesta, que están esperando los permisos de medio ambiente”.

“Con respecto al puerto seco, también se trata de una iniciativa privada que hasta ahora la Intendencia no ha intervenido para nada. No sabemos en qué está, si es un trámite frente al Ministerio de Economía y Finanzas, supongo, pero también frente a la ANP, Administración Nacional de Puertos, pero no tenemos conocimiento sobre en qué trámite se encuentra en este momento”.

“Es decir que la Intendencia no está involucrada en ninguno de estos dos proyectos, simplemente, como toda iniciativa privada en algún momento deberán venir hasta la Intendencia a hacer los trámites para los permisos correspondientes”, concluyó Chiriff.

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