Los 29 goles en 10 partidos de Nacional. El promedio es de 2.80 cada 90 minutos de juego, pero además, solo 10 goles en contra. Por lo tanto en cada partido le convierten un gol.
Los 10 partidos encarados por el equipo de Héctor Alejandro Torrens, a la medida de un Nacional potenciado, resolutivo y esencialmente ganador.
De 10 ganó 9, implican este SER DE NACIONAL, a partir de una razón básica: la continuidad de un equipo en la mayoría de los puestos. Asentamiento de un 85% de jugadores que se han convertido en sostenes, más allá de los que pueden ingresar, al amparo mismo de la eficacia expuesta en más de una ocasión.
Habría que indagar en la historia de San Eugenio de Artigas, si alguna vez le convirtieron cinco goles en un mismo partido, jugando por el Torneo de OFI. Pero en el caso de los tricolores, el resultado del pasado sábado, se manda de cabeza a los anaqueles de la historia.
¡5 a 0 a San Eugenio! No fue un resultado más.
No solo hace a la trinchera de Nacional y esta nueva proyección campante, sino al fútbol salteño en su conjunto.
Es la imagen de Nacional, copetuda y ejecutiva, pero también la expresión del fútbol salteño «hacia afuera». Y eso, es un valor agregado en sí mismo.
Las cuestiones inocultables. Validez real.
LA PROGRESIÓN EN EL TIEMPO
Un aspecto que no es menor: desde aquel debut frente a El Tanque 4 a 0, con dos goles de José Martínez, un autogol y el restante de Agustín Suárez, hasta el juego ante San Eugenio: EN TODOS LOS PARTIDOS NACIONAL FUE PRODUCTO DE GOLES.
Nunca dejó de registrar frente a las piolas contrarias.
2 a Barrio Obrero, 2 a Obreros Unidos, 3 a El Tanque, 4 a Obreros Unidos, 3 a Barrio Obrero, 1 a Uruguay de Bella Unión, 3 en el desquite frente a Uruguay, 2 a San Eugenio de Artigas y 5 a San Eugenio.
En ese orden, el mandamiento ofensivo de Nacional, traducido en goles. La eficacia sin derrumbes. La maquinaria a full. La imperturbable consigna.
Pero además: JUGANDO. Desde la influencia de Basualdo, pasando por la diablura cristalina de Agustín Suárez y todo lo que supone una trilogía del gol a luces plenas: Morales-Martínez-Trindade.
Al fin de cuentas, Nacional no es lo que es, por obra de la fantasía ocasional.
Desde la terrenal muestra que defiende la idea, solo hay que pedirle lo que Nacional tiene. Y como tiene, da. No se guarda ninguna carta. Las pone sobre la mesa. Es parte de la misión.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-