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Y ahora se sumó el fentanilo…

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Liliana Castro Automóviles
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Estos días más de una persona me ha preguntado si estoy de acuerdo o no con que se habiliten los allanamientos nocturnos en Uruguay. No olvidemos que mediante un plebiscito, el 27 de octubre los uruguayos tendremos que pronunciarnos al respecto.

Mi respuesta es que no tengo problema en que se los habilite, si es que realmente sirve como una herramienta para mejorar la seguridad y, por ende, la vida de todos. De hecho, por algo en todo el mundo (menos solo acá y en tres países más) están habilitados.

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Marcha por la Vida - Viernes 28 de marzo, 19:15hs
ALBISU Intendente - Lista 7001 - COALICIÓN SALTO

Pero también digo que quienes promueven esta medida y la asocian especialmente al combate al narcotráfico, deben decir con claridad que esto es apenas una mínima herramienta, que muy lejos está de ser una solución para el narcotráfico, y mucho menos aún, para el consumo problemático de drogas.

Usted seguro ha visto que con frecuencia la Policía cierra “bocas” de venta de droga. Pero habrá visto también, que cuando uno de estos lugares se cierra, abren otros. Y también sabrá que muchas veces, los que caen presos en esos procedimientos, simplemente “le pasan la posta” a otros para que sigan con el negocio. Cuando no, desde la misma cárcel lo siguen manejando ellos mismos.

Pienso que, en ese sentido, los allanamientos nocturnos ayudarían a cerrar “bocas”, pero ¿usted cree que no va a seguir pasando que abren otras? Pero además, ¿alguien piensa que los grandes narcotraficantes van a ser apresados en alguno de esos operativos?

Reitero que no me opongo a que se habilite esta medida. Pero seamos realistas: el problema de fondo no tiene nada que ver con hacer o no hacer allanamientos nocturnos. Ni el problema de la delincuencia en general, ni el del narcotráfico en particular.

Hablemos ahora del gran problema de las adicciones. En primer lugar, hay que entender que a veces, reitero: solo a veces (no siempre) está vinculado a la delincuencia. Hay consumidores problemáticos que no son delincuentes. Pero quiero aprovechar la oportunidad para decir que el primer paso para tratar de solucionar un problema es reconocerlo, y reconocer lo que se ha hecho mal. Si hablamos de drogas, en mi opinión Uruguay ha hecho mal con la legalización de la marihuana.

Hace diez años nos convertíamos en el primer país de la región en tomar esta decisión. Y nada mejoró, de todo lo que se prometió que iba a mejorar a partir de esa ley. Nos mostramos a la región y al mundo como muy avanzados, muy progresistas quizás. Pero, ¿cuándo vamos a reconocer que la experiencia falló? Porque sabrá usted, estimado lector, que el consumo de drogas ha ido en aumento, y la violencia desatada como consecuencia de la compra-venta de estupefacientes también.

La legalización hizo que muchos (jóvenes sobre todo) vieran a esta droga como «no muy peligrosa…si total, hasta es legal».

Cualquier persona que mire con atención un informativo de alcance nacional, comprobará que los enfrentamientos entre bandas criminales (donde habitualmente terminan personas muertas) no cesan. ¿Y no se decía que esta ley les iba a quitar mercado?

El diario argentino La Nación, en un informe elaborado hace muy poco tiempo, asegura que en Uruguay, al legalizarse la marihuana, la situación es peor que antes; y que no solo no cumplió con sus objetivos, sino que «ha expuesto al país a nuevos desafíos que amenazan con agravar aún más la inseguridad pública».

Así que hablemos claro y con humildad para reconocer errores: no tuvo los resultados esperados y prometidos la legalización de la marihuana. Al contrario, le agregó al Estado el problema de la plantación y distribución, lo que está resultando sumamente dificultoso. Pero tampoco echemos encima toda la culpa al gobierno que la impulsó (el del Frente Amplio con Mujica como Presidente), porque este gobierno actual podría haberla derogado, y ni insinuó hacerlo.

Dice El Observador que en un reciente estudio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, el 64% de los uruguayos cree que el consumo de drogas aumentó desde la implementación de la ley. Pero lo mismo es ratificado por el Observatorio Uruguayo de Drogas, quien confirma que hubo “un incremento del consumo declarado”.

Insisto, aquella ley que se nos “vendió” casi como una solución, no solo no trajo beneficios sino que agravó el panorama. Y con los allanamientos nocturnos, ¿acaso no tenemos derecho a preguntarnos, al menos a preguntarnos, si no pasará algo similar?

Porque lo cierto, y creo que en eso hay una coincidencia generalizada, es que estamos ante un problema que tiene muchas aristas, y que resulta esencial el abordaje desde la educación, la salud, la familia…No es (por lo menos únicamente) una cuestión policial y legal.

Pero ahora nos encontramos con otra cosa. Otra droga que poco a poco quiere imponerse. Otro problema que deberemos enfrentar: el fentanilo. Hace poco tiempo se incautó esta droga en Uruguay. Es una droga conocida por sus efectos devastadores y su capacidad para provocar sobredosis masivas con dosis mínimas. Como si fuera poco, fue encontrado en ambientes relacionados a la delincuencia. ¿Alarmante verdad? Por tanto, las políticas actuales no solo no están funcionando para detener el narcotráfico ya existente, sino que además, parece que están abriendo puertas a otras sustancias prohibidas incluso más letales.

Al fentanilo se lo conoce como “la droga zombie” por los efectos que produce. La Fiscalía dice que por el momento, no se ha detectado un “mercado ávido” de fentanilo en Uruguay, pero alcanza con su presencia para estar preocupados.

¿Y los partidos políticos que estarán en pugna en octubre qué dicen? Sabemos que algunos se han pronunciado sobre el tema drogas y adicciones, pero no es suficiente. En nuestro entender, amerita que se hable mucho más y se diga con claridad a la población qué se piensa hacer en los próximos cinco años.

Mientras que un partido como Cabildo Abierto asegura que dará un combate muy duro a todo lo que sea droga y narcotráfico como verdadero delito, el Frente Amplio propone “analizar y promover estrategias de regulación de los mercados, como instrumentos para la lucha contra el narcotráfico, teniendo en cuenta las experiencias fallidas de la guerra a las drogas. Promover a nivel regional e internacional, la revisión de políticas de drogas, a efectos de consolidar el paradigma de regulación de mercados…”.

¿Y todos los demás? No decimos que no hayan dicho algo, pero fue muy tímido en algunos casos, y muy demagógico en otros, si es que lo hicieron.

No hay otra lectura: el Uruguay enfrenta un problema con el tráfico y consumo de drogas sintéticas que va en aumento. Cuidado, estas sustancias como el éxtasis, el LSD, el fentanilo, entre otras, pueden ser mortales. Ni más ni menos. No estamos hablando de temas menores. ¿También con todas ellas llegaremos a que gran parte de la sociedad, como está pasando con la marihuana, las empiece a asumir como normales y tenga tan baja percepción de sus riesgos?

Hay que actuar ahora, ya, no queda otra.

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