Para los primeros cristianos la semana – que precede al día de Pascua propiamente dicho – era vista como sagrada, de ahí el nombre. Un tiempo en el cual se debía extremar la devoción y la santidad en el marco de los grandes misterios de su religión para honrar la Pasión del Salvador y la noche en que se vio cubierto de tormentos y de oprobio.
Una noche tan triste, que, según la tradición, Cristo sudó sangre.
La noche terrible en la cual fue entregado por Judas, llevado ante los tribunales y maltratado por los soldados romanos. A continuación veremos como la celebración de esta semana se fue modificando y cómo cada día tiene un significado propio” – subrayó La Historiadora y Docente Mónica Nicollielo.
Carta de Colón a su hijo don Diego en la que le encarga, en obsequio del licenciado Cea, que procure en Semana Santa el perdón para dos reos