“Que la gente cante mis canciones es el mayor premio que me ha dado el carnaval”

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Carlos María Cattani, comunicador y carnavalero

Carlos María “Camaca” Cattani es sinónimo de carnaval y comunicación. Hoy sus escritos engalanan las páginas de EL PUEBLO, pero en esta oportunidad, fue objeto de una entrevista a tono con los días que estamos viviendo, a pleno carnaval.

Liliana Castro Automóviles

1. ¿Qué recuerdos tiene de aquellos primeros años de su vida?

– Nací el 20 de diciembre de 1954, en Salto. Tengo infinitos recuerdos de mi niñez, “un viajero de dos mundos”. Un mundo era el barrio Lazareto, calle Piedras al 400, donde vivía mi gente, padres, hermanos, primos y tíos, al que iba seguido, y el “otro mundo”, era el de la calle 8 de octubre al 1900 donde viví y crecí, con unos tíos-padres maravillosos, y dos hermanas-primas que hasta ahora me miman. Por esa calle 8 de octubre, tiznados y con tambores de latas de dulce hacíamos nuestro propio carnaval.

2. ¿Se puede vivir sin humor?

– La vida sin humor no es vida. En mi familia, por el lado de los Cattani, a cual más humorista. Era un deleite escuchar a mis tíos tantas historias jocosas, y de las otras, que nos atrapaban. A eso sumale a primos como el Juanjo Díaz Cattani, y su hermano El Chochó, que cuando se juntaban no parábamos de reírnos. El humor siempre ha estado presente en la familia. En mi vida es un alimento imprescindible.

3. ¿Qué es el carnaval?

– Es la fiesta mayor del pueblo. Es sentirse artista por un mes, intentando alegrar la vida a vecinos, parientes y pobladores de tu ciudad y sentirse uno mismo feliz, por el simple hecho de ser parte del carnaval. Pero el carnaval, que viene de remotos tiempos, es también un vehículo de reflexión, de solidaridad, de denuncia, del libre albedrio, de creatividad, de arte, cambiar los roles. Antes el esclavo se burlaba del amo, del noble, del patrón, de los gobernantes, hoy sucede algo parecido.

El carnaval apareció en mi vida en tiempos difíciles para nuestra sociedad, pero me dio luz, primero como espectador, luego como intérprete y creador de canciones que me dieron algunos premios, el mayor de todos es que la gente cantara esas canciones. Desfilar ante más de 30 mil personas, cantar ante 15 mil, subir a decenas de tablados barriales, no tiene precio. A eso le sumo que hice programas de carnaval en radio y televisión y me dieron un premio. Escribí por años sobre el carnaval en medios locales y de otras ciudades, el carnaval me dio un trabajo que fue muy lindo porque pudimos hacer cosas.

4. ¿Prefiere el carnaval de samba o de candombe?

– Los dos, porque tienen raíces comunes, una herencia africana que América perfeccionó y le puso esa magia que cautiva a multitudes y son representativos de su pueblo, como el samba en Brasil y el candombe uruguayo. Es hermoso ver desplegarse a una escuela de samba, admirar cada una de sus alas, a los puyadores cantar el samba enredo, a las bailarinas y bailarines danzando al compás del tambor, los carruajes, las ropas, los maquillajes. Por otro lado el candombe, que es parte de nuestras raíces, de nuestra historia, que atenuaban sus penas los esclavos en aquellas llamadas en tiempos de la colonia, en los murallones junto al mar. Eran momentos de libertad que le permitían los amos y ellos, los que vinieron de África y sus descendientes, se liberaban a través del tambor. Fueron parte de la revolución artiguista, los negros lucharon por la libertad y los tambores decían presente luego de la batalla. En el exilio en Paraguay, los negros que se fueron con Artigas crearon una comunidad que hasta ahora hace latir sus tambores. Hoy ver una Llamada, como las Llamadas al Puerto o ver por televisión las Llamadas de Montevideo, te hace vibrar, te da placer, y te reafirma en este camino que trajo a una raza en su lucha por la libertad al presente, y que los uruguayos, de cualquier color de piel, la hemos tomado como propia.

5. ¿Es imaginable un carnaval sin murgas?

– Y no, porque la murga es pueblo, es barrio y es de todas las edades. Antes se decía que si querías saber lo que había pasado en tu ciudad o en tu país durante el año, bastaba con escuchar un repertorio de murga, porque sintetizaba lo ocurrido. La murga es crítica, es picardía, humor, es denuncia, pero es un sueño de un mundo mejor, como objetivo inalcanzable, quizás, pero, siempre presente, en cada canción. Las murgas fueron clave en la lucha por el retorno de la democracia en nuestro país, con sus cantos, con su participación solidaria y como vehículo de expresión del pueblo.

Aquí en Salto el auge de las murgas fue en los años 30, 40 y 50, algo de los años 60 y el estallido a fines de los 80, que se mantuvo en los 90, y a comienzo de este siglo. En estos últimos años ha decaído un poco, pero, hay ciertas vibras que nos hacen creer que hay un resurgir del rubro murguero.

6. ¿Hay murgas opositoras y oficialistas o así es el carnaval?

– La esencia de las murgas es ser opositoras, es rebeldía, es la de reivindicar las causas populares, denunciar lo que está mal, señalar qué se hace bien, pero es casi como un fiscal de la propia sociedad. La murga es murga siempre, el problema o lo que a veces cae mal es cuando hay un sesgo en el canto, cuando se señalan errores de gobernantes, por ejemplo, o de autoridades, o personalidades del país y no se habla, no se critica casos y cosas, hechos y protagonistas, por ejemplo, de otra parte de la sociedad. Es decir no se mide con la misma vara algunos hechos o personas.

La murga ha criticado siempre, ha tenido voz propia y se ha identificado con determinados pensamientos, lo que puede verse ahora es cierta tendencia de algunas agrupaciones que han tomado posturas partidarias y se exceden de las críticas, sin sentido, sin humor y cayendo en lo grotesco, en lo soez, como en el caso de Laura Raffo el año pasado, o la referencia a Jorge Larrañaga ya fallecido, eso no suma, eso resta y es de una bajeza que no merece ser parte del carnaval. Podemos elogiar al Rusito González en sus imitaciones de Lacalle Pou, un humor cuidado, fuerte, sí, pero no ofensivo. Lo que propone este año la murga Nos Obligan a Salir es la imitación a Carolina Cosse y María Inés Obaldía, solo verlas provoca una sana risa. Aquí en Salto, Ítalo Suárez cuando subía al escenario haciendo de Susana Giménez te divertía solo de verlo o Ruben Milán haciendo de El Tero, Cucaracho Rodríguez haciendo de Enrique Soler o del Flaco Garaventa, Milton Trindade haciendo de Quique Risa, solos de verlos te reías y la gente deliraba con ellos, eso es carnaval.

7. ¿Cómo ve el carnaval de Salto?

– Uno siempre escuchó las historias de los carnavales de antaño, donde cada tanto se tenían que parar las carrozas enredadas en tanta serpentina. Hubo carnavales de grandes orquestas internacionales llegando a Salto. Yo viví en los 70 el carnaval de los HI FI en Ferro Carril, aquellos brasileños que se quedaban casi todo el mes, y Ferro era una fiesta de multitudes. Vi el carnaval de la tristeza de 1974 al 1984, el carnaval de las calles, digo, en los clubes los bailes eran otra cosa. Vi el surgimiento del Carnaval Naranja con el Bocha Ardaix a la cabeza. Congregaba multitudes en las calles, en los barrios y en los clubes. Fue el resurgimiento de las murgas, de las escuelas de samba, de los carros alegóricos, de grupos humorísticos. Fueron años brillantes. Hubo luego un tiempo de merma de calidad, que renació en el 2011, donde estuvimos junto a Víctor Hugo Solís, y el Negro le dio brillo hasta el 2015. Luego decayó hasta el año pasado en que Solís volvió a ponerlo en un buen nivel, pero este año se cambió, es distinto. Se pone mucho esfuerzo, mucha voluntad, ganas y salvan con nota. Lo ideal sería que esto que se logra hoy no se pierda y que el carnaval siga creciendo.

8. ¿Cómo ve al carnaval uruguayo en comparación con los carnavales de la región?

– Si es por la majestuosidad, por la movilización de público y artistas, el brasileño es un carnaval que no tiene comparación. El carnaval argentino tiene muchos matices, los carnavales del norte son una cosa, y estos del litoral, casi a imagen y semejanza de los brasileños, pero con una impronta muy argentina, llaman mucho la atención, convocan multitudes en Entre Ríos y Corrientes, son de un gran nivel. Es difícil compararnos, pero hay carnavales como el de Artigas, tal vez muy abrasilerado, pero que atrae a miles de todo el país. Lo que no se dice es sobre la presencia de salteños como artistas del carnaval, como creadores de carrozas, alegorías, carpinteros, electricistas y creativos salteños trabajando en la puesta en escena de este carnaval. El carnaval de Melo es distinto, muy farandulero. El fuerte del carnaval uruguayo está en Montevideo, en Las Llamadas, en los tablados, en el Teatro de Verano, y en la televisión que lo lleva por el mundo. La diferencia a favor del carnaval uruguayo, y en la que no se comparan ni los brasileños ni los argentinos, son en los libretos de murgas, parodistas, humoristas, Revistas, con un nivel creativo que pueden actuar todo el año y no sólo en carnaval. Los trajes, maquillajes, coros, cuerpos de baile, músicos, escenografías, puestas en escena, son de primerísimo nivel.

9. ¿Podría contar alguna anécdota que le haya dejado el carnaval?

– La que me viene en mente fue una del año 1987. Ensayo de la murga Falta la Papa en el fondo de la Magisterial. Pololo Brunetti llega con un amigo, un morocho voluminoso que se sienta en primera fila. Largamos el cuplé de El Guardián -el personaje de El Tero- que hacia Ruben Milán. El cuplé era súper risueño y a medida que se desarrollaba el Ruben se esforzaba más y más, y al llegar al final, agotado, dice, “paramos un ratito”. Me llama a mí, a Pololo, Mario San Cristóbal, Darío Figueroa y a dos o tres más. Nos vamos lejos explota. “Vamos a tener que cambiar la letra, vamos tener que cambiar los chistes del cuplé, algo está mal. No vieron que el morocho ni se rió, estaba en primera fila y no se le movía un pelo, ¿no vieron?”, “¿El gordo que vino conmigo decís?, preguntó Pololo. “Si”, dijo Ruben. “Es sordo…”.

10. La última palabra es suya.

– El carnaval me ha dado mucho, repito, premios, trabajo, amistades, la ilusión de vivir el sueño de un artista por un mes. Estuve en Falta La Papa en 1987, 1988, 1990; en Jaque Mate en 1989, 1991 y 1992, fueron tres primeros premios y tres segundos premios en esos 6 años, pero nada comparable con la alegría de la gente coreando mis canciones, de lo que despertaba en la gente el fenómeno murguero. Tanto que actuábamos en cumpleaños de 15, en casamientos, en aniversarios, en bautismos, en reuniones de empresas, en discotecas, hicimos carnavales de invierno, con repertorios nuevos. En 1993 con el padrinazgo del Bocha Ardaix, creamos el Grupo Debutaca, que salimos en carnaval sin competir pero recreando canciones y cuplés muy conocidos. Repetimos en parte esa experiencia en 1996 sumando al legendario Ángel Multato Alvez, una gran figura del carnaval. También estuve en la recreación de la Comparsa Los Pelotaris en ese mismo 1996, invitado por Ricardo González Vetey.

Finalmente, hago un brindis y un saludo a todos los carnavaleros de siempre, y a los actuales, que entreguen lo mejor de sí en este carnaval y que disfruten. Los premios son simples accidentes, lo que importa es la entrega y el disfrute, ¡salud a todos!

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