Comenzó la previa de la semana de Turismo y ya se respiran los primeros campamentos en las termas. La gente está aprovechando el clima y el momento de tener un buen pasar y disfrutar con la familia. Para ese momento es que Salto debió haberse organizado con más tiempo ya que se trata de una temporada clave para el comercio local.
Si bien la Semana de Turismo en su génesis tiene una connotación religiosa, debido a que en realidad se le denomina para el mundo cristiano la Semana Santa, en nuestro país como impera el principio de laicidad, se le denomina de Turismo, porque la gente la propone como una extensión de la temporada turística que prima en verano.
Sería buena cosa que se lleven a cabo reuniones conjuntas entre los gobernantes, el comercio local, los hoteleros, las empresas de gastronomías y hasta de comidas al paso, para que entre todos se trabaje en sinergias que determinen buenas prácticas para lograr resultados positivos en todas las cosas.
En ese sentido, Salto tendrá una semana sin grandilocuencias pero con ofertas que van para todos los gustos, sobre todo para un público accesible que puede llegar a gastar lo habitual de una familia uruguaya y es algo que rinde en el alicaído comercio local, que viene soportando una situación complicada con respecto a la pérdida de ventas por la falta de poder adquisitivo de la gente.