“Parece mentira las cosas que veo…”. Ayer apenas cerca de las 11 de la mañana una moto con dos ocupantes esperaba la habilitación del semáforo en Florencio Sánchez casi Uruguay. Detrás, lo hacía una camioneta. Cuando tuvieron luz verde, el conductor de la camioneta tocó bocina para avisarle al de la moto (¿que estaría distraído?) que ya podía seguir la marcha. Pero este lo tomó mal, insultó al otro con el más bajo vocabulario como suele decirse, palabras irreproducibles aquí.
Enojado el de la camioneta al recibir los insultos, chocó a la moto, aunque suave, sin que se cayeran siquiera los motonetistas. Un “espectáculo” completo para todos quienes andaban por allí.
Hay otras cosas que parecen…Por ejemplo, en la edición de ayer hablamos del complejo de viviendas del Calafi 3, donde los ancianos (son viviendas para jubilados) viven encerrados porque les roban continuamente. Pues ayer mismo, ¡otra vez! De la casa de una señora que vive con su hijo, intentaron llevarse un lavarropas; como vino la Policía huyeron, pero apenas los efectivos se fueron, los malhechores volvieron por el lavarropas y se lo llevaron.

Hay cosas que “no cierran”, como nos decía una vecina de allí. “¿Cómo puede ser -decía- que se lleven, como me pasó a mí, ocho macetas grandes todas juntas más un montón de herramientas, y ahora un lavarropas grande?. Tienen que andar en algún vehículo”