Más de una persona que el sábado de tarde estuvieron de paseo por la costanera, volvieron con el cuerpo repleto de picaduras de mosquitos. «Era horrible, estaban insoportables…solo llenándose de repelente se podía estar», nos decían. Y se preguntaban cuándo se iniciarían las fumigaciones. ¿Habría que comenzar ya? Tal vez. Es que fue una jornada densa, de calor y humedad, que desembocó en un domingo lluvioso de punta a punta.
La lluvia de ayer suspendió muchas actividades previstas al aire libre, por ejemplo los festejos por un nuevo aniversario de la comisión del barrio Baltasar Brum, que se pensaba hacer en la tarde en Plaza Flores.
Sin embargo había quienes estaban muy contentos con la lluvia: los vendedores de tortas fritas de los distintos barrios. Al contrario de los que tienen puestos en las costaneras y parques: «A la gente le gusta la torta frita cuando llueve, pero el problema es que acá viene mucho menos gente los días de lluvia que los de sol», nos decía una persona que vende cerca del Ayuí.
¿Habrá quienes hagan todavía tortas fritas utilizando el agua de la lluvia? En ello reside la tradición de unir una cosa con la otra, ¿verdad? Y que quedan mucho más ricas, no caben dudas.
A propósito de tradiciones, esta noche es Halloween, aunque muchos ya celebraron el fin de semana, y otros lo harán mañana, aprovechando el feriado del miércoles.
