Ayer hablábamos en esta misma columna de temas vinculados al tránsito y en especial de las lomadas o reductores de velocidad. Una lectora se comunicó con nuestra Redacción para plantearnos una curiosidad. Es la siguiente: en algunas esquinas, esos resaltos no llegan hasta el cordón de enfrente, sino que terminan unos centímetros antes. Y por esos centímentros, que no son ni medio metro, aunque parezca increíble intentan pasar muchas motos. Ejemplos: Agraciada casi Invernizzi, o Rincón casi Cervantes. Además, sabiendo que deberían parar, porque allí, tanto Invernizzi como Cervantes son preferenciales.
Es un peligro, nos decía esta señora, porque “pasan raspando el cordón y no crea que pasan muy despacio, algunos pasan a altísima velocidad”.
El vandalismo no tiene fin, lamentablemente. Desde varias zonas de la ciudad nos han hecho saber sobre roturas en placitas de juegos infantiles. En los últimos días sucedió al menos en dos: la de 19 de Abril y Raffo (Zona Este) y la de barrio Talleres Norte.
Hablando de plazas…”En vez de disfrutar del lugar que está precioso, mire lo que hacen”, nos decía ayer un vecino de Plaza de Deportes. Se refería a tres muchachos cuya diversión era caminar por el murito de piedra que da hacia la cuadra del lado Oeste, agarrándose y dando tirones en el tejido, el que la vez, por supuesto iban aflojando.
