Cada vez que sopla viento del Norte la temperatura sube varios grados en relación con la que predominaba con anterioridad. No se trata de ninguna novedad, así como tampoco es novedad hacer mención a que es considerado “el viento de los locos”.
Ya sea por el propio viento o por la temperatura que genera, ello determina que las personas más o menos irritables, incrementen su nerviosismo, según explican algunos. De ahí la identificación de ese viento con la “locura”, aunque solamente se trate de nervios.
Un tema que pasó desapercibido para muchos, aunque en realidad no tuvo relevancia, fue que unas 30 butacas de las nuevas colocadas en la platea del teatro Larrañaga presentaron problemas e incluso se produjo la caída de una prominente figura del ámbito político en la inauguración.
Sin embargo, de inmediato se convocó a técnicos de Montevideo (donde se fabricaron las butacas) y ya para la segunda función que se realizó, todo estaba normalizado, con el agregado de algunas arandelas de por medio.
A medida que se intensifica la campaña política con miras a lo que serán las elecciones nacionales de octubre, cabe plantearse hasta que punto el trajín de la misma puede incidir en la salud de candidatos que ya transitan por el entorno de los 70 años de edad. Los continuos actos, viajes y ruedas de prensa desgastan sin dudas.
