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viernes, 20 de septiembre de 2024
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Vergüenza ajenas

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Que seis meses después de recibir el aviso de que el líder de los narcos Sebastián Marset, estaba en Bolivia, el Ministro del Interior boliviano, recién reconozca que la información principal se la proporcionó su colega uruguayo nos llama mucho la atención.

Que al mismo tiempo se reconozca que a 2.000 policías bolivianos se les escapó, no sólo él sino su pareja y cuatro hijos.

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Que había montado un equipo de fútbol apareciendo frecuentemente en los medios de comunicación, es muy fuerte (para decirlo con el léxico de los más jóvenes).Sencillamente sentimos vergüenza ajena.

Tampoco nos tragamos la pastilla que el responsable es quien es señalado por Marset como el “amigo” que le avisó y así pudo escapar a tiempo. Sucede que esta zona de Bolivia (Santa Cruz de la Sierra) es la zona donde se produce y procede la mayor parte de la droga ilegal que circula en el mundo.

Precisamente la zona hacia donde se cree que fugó el narco, es conocida en el mundo –según se señala- por ser una zona donde abundan los campos de aterrizaje ilegales.

Pero a todo esto nos preguntamos ¿por qué este caso nos despierta tanto interés? Es por el hecho de que este narco sindicado como un “peso pesado” es uruguayo? ¿Es porque se trata de uno de los narcos más buscados a nivel internacional?

El interés consiste en saber que nos espera en el futuro. Mientras las autoridades sigan negando la realidad no habrá modificación alguna en esta situación. Nada descubrimos y así lo revelamos muchas veces, el poder del narcotráfico es casi que infinito. Se manejan sumas voluminosas y “don dinero”, maneja esta sociedad a su antojo.

Es más sabemos que hay policías que cumplen un rol encomiable en la sociedad y en algunas oportunidades así lo hemos destacado, pero como ellos hay también policías y otras altas autoridades corruptas, que en ocasión se transforman en los principales enemigos y traidores de los policías que pretenden cumplir con la tarea que les asignó la sociedad.

Esta es la realidad y pocas veces hemos oído hablar de ella. Es que mientras se siga pretendiendo ocultarla o disimularla, no podremos esperar una cosa diferente a la que tenemos hoy.

El caso Marset simplemente es una muestra más de lo que decimos. No sólo la policía nacional, sino incluso la DEA y los organismos internacionales como INTERPOL han resultado burlados en este caso.

Alguien “chiflo” y no es tan difícil saber quien fue “don dinero” sigue reinando.

A.R.D.

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